7 de octubre de 2023

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DE PERUANOS CONFISCADOS A VULGARES LIMOSNEROS.

Por: Carlos Angulo Rivas.

1ro de septiembre de 2006

Un gran anuncio nos espera. El ministro de Energía y Minas, Juan Valdivia, informa que las conversaciones entre el Gobierno y las empresas mineras para definir el monto de un ’aporte voluntario’ al Estado se podría anunciar durante presentación del gabinete ministerial del secretario privado de García Pérez, Jorge del Castillo. En declaraciones a la emisora CPN Valdivia afirma que las empresas del sector están dispuestas a cumplir dicho pago en beneficio de las comunidades que residen cerca de las minas. ’No hay ningún tipo de resistencia por parte de las empresas.’ Como se observa, aquí no hay nada claro; y tampoco se quiere aclarar ¿se trata de una donación (’aporte voluntario’) o de un pago al Estado por conceptos aún no precisados? ¿Se están cobrando las regalías que las mineras han dejado de pagar? ¿O tal vez los impuestos a las sobre-ganancias debido a la enorme alza de los precios en el mercado internacional? ¿Es el ’aporte voluntario’ por una sola vez como propina de inauguración al gobierno de García Pérez o lo darán anualmente si se les ablanda el bolsillo las supuestas donantes?

En realidad, a la fecha no sabemos qué pretende Alan García Pérez. Ya comienzan a faltar palabras en el diccionario para calificar las recientes acciones de este sujeto convertido en presidente por mero accidente, debido a la parte asustadiza de la memoria colectiva. La limosna es un acto de misericordia y recurren a ella los hombres o las mujeres en un acto de desesperación después de ultimar toda esperanza de obtener medios de subsistencia limpios y decorosos. Para llegar a extender la mano en la puerta de una iglesia, de un mercado o en las veredas de los centros públicos más concurridos, se requiere haber renunciado al orgullo propio de toda persona humana, de alguna manera a la dignidad y el pudor frente al que dirán. Ni el más miserable de los miserables se atreve, a veces, a pedir limosna, a extender la mano, prefiriendo tragarse su propia hambre con la cabeza alzada. De ahí que debemos preguntarnos sin solemnidades de ninguna clase ¿qué se ha creído Alan García Pérez para someter a los peruanos a un régimen de vulgares limosneros extendiendo la mano a las empresas mineras para que nos reconozcan de ’buena voluntad’ lo que por derecho nos pertenece?

No sabe Alan García Pérez que la dignidad y la soberanía de un país no son negociables ni pueden someterse a un régimen de caridad propia de las iglesias y las organizaciones sociales del bien común. No se ha enterado García Pérez que los recursos mineros son agotables, no renovables y que pertenecen a todos los peruanos constituidos en Nación y Estado. Desconoce este huachafo majadero y mentiroso que las empresas mineras tienen la obligación de pagar regalías al beneficiarse del uso y comercio de nuestros minerales y recursos naturales. Desconoce que los Estados modernos e industrializados viven de la cobranza de sus impuestos a los ciudadanos y a las empresas, sin exoneraciones ni privilegios de ninguna clase. Desconoce que tanto el estatuto de Fujimori como la constitución de 1979 señalan que los recursos naturales y mineros son patrimonio de la Nación.

No García Pérez. Usted no debe negociar limosnas más grandes o más pequeñas, por una sola vez o anuales. Su obligación es negociar con las empresas el pago estricto de los impuestos y de las regalías. Si puede negociar con Camisea puede también hacerlo con las demás empresas sujetas al cuento de la ’estabilidad jurídica’ o lo que es lo mismo la estafa al país. No se acuerda que Usted lo planteó en la campaña electoral como una medida imprescindible ¿por qué ha dado marcha atrás? ¿No será que parte de las limosnas de las mineras, el diez por ciento acostumbrado, durante su primer gobierno, irán a acrecentar su fortuna personal? ¿No será que ahora con dos gobiernos encima ya no quiere un apartamento de lujo en Paris sino un palacete al estilo Luis XV?

Oiga García Pérez ¿por qué negocia limosnas y no lo que nos corresponde por justo derecho constitucional? ¿Qué hay de por medio, comisiones para usted y su camarilla de tragamonedas? ¿Por qué quiere que el Estado renuncie a su responsabilidad central de cobrar lo que le corresponde, ni un centavo más ni un centavo menos? ¿Por qué pedir dádivas sin criterio técnico alguno poniéndose a merced de las empresas? ¿por qué renunciar a los principios que observa cualquier Estado digno y soberano? ¿Qué pasa con el canon minero para uso de los gobiernos regionales y locales?

Una donación no es lo mismo que la recaudación tributaria. El Estado dispone de los tributos sin intervención de nadie a través del Presupuesto de la República; en cambio las limosnas están sujetas a la fiscalización empresarial de quien las otorgó con lo cual el gobierno termina subordinado a los donantes. ¿Se quiere eso para el futuro del país? ¿Puede un Estado sobornado por las limosnas exigir a las empresas mineras el cumplimiento de requisitos de inversión y de protección al medio ambiente? ¿Puede defender los cultivos de los campesinos de la contaminación del agua y de las tierras?

No García Pérez, usted está poniendo irresponsablemente el país de cabeza. Usted en pocos días no puede más, su incompetencia es total y su arbitrariedad no tiene límites. Los donativos no puede convertirse en una política de Estado avalada por un gobierno que como teníamos previsto comienza a dar muestras de la consolidación de una picardía indigna, inmoral y corrupta. Mejor váyase a su casa, cuando más temprano mejor. Y sepa que no podemos pasar de la casi confiscación de los recursos naturales aceptada por Fujimori y Toledo a la expropiación total esperando la ’buena voluntad’ de las avarientas empresas transnacionales. Algo se pudre en el Perú de hoy.