3 de noviembre de 2024

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ECUADOR: LA PRIVATIZACIÓN, AVANZA

Por: Galo F. Benitez.

13 de octubre de 2011

Con profundo pesar he de reconocer que el cáncer de la privatización ha invadido todo el tejido de la industria petrolera nacional. Aquellos días de lucha en contra de la política neoliberal del pasado, que permitió la caducidad del contrato con la petrolera OXY, hoy parecen tan lejanos ante la arremetida del gobierno de Correa y la atomización de los grupos sociales y el pueblo en general.

Sin pelos en la lengua el régimen ha anunciado la privatización de los campos petroleros marginales Charapa, Ocano Peña Blanca, Eno Ron, Singue, Armadillo y Chanangué, los cuales suman más de 21 millones de barriles de petróleo en reservas probadas; o sea, alrededor de 1700 millones de dólares de riqueza que será festinada por esta mal llamada revolución ciudadana.

Hoy la derecha neoliberal de Correa, con el dulce veneno del discurso seudo izquierdista, está dando continuidad a la pérdida sostenida de la soberanía petrolera del Ecuador. No bastó con entregar el campo Pungarayacu a Ivanhoe; no fue suficiente concesionar Oglán a Agip; peor aún poco importó ceder Sacha a la operadora Río Napo de PDVSA. Ahora buscan arrasar con todo, en la subasta aparecen los grandes campos de Petroecuador, llámese Shushufindi, Libertador, Auca, Cononaco, Lago Agrio y Guanta, cuyas reservas superan fácilmente los 1000 millones de barriles de reservas, es decir sobre los 80 mil millones de dólares de patrimonio.

Y esto no queda ahí, el neoliberalismo enquistado en este régimen ha puesto los ojos en 12 bloques del suroriente, ubicados en plena selva virgen de la Amazonía, con reservas estimadas en 200 millones de barriles de crudo, que serán concesionados a empresas estatales extranjeras, en detrimento del interés nacional.

En esa orgía privatizadora hay responsables directos que hacen lobby día a día, en complicidad con los medios de comunicación para repetir el discurso oficial y no entorpecer la entrega del patrimonio nacional a la voracidad del sector privado. Allí figuran Rafael Correa, otrora defensor nacionalista de la industria petrolera; Wilson Pastor, eterno asesor y consultor de las licitaciones petroleras del pasado; Carlos Pareja Y. ficha clave de los negocios petroleros; Ramiro Cazar, ex OXY y alto ejecutivo de Petroamazonas S.A, etc, etc.

¡Qué descaro! por decirlo menos, el gobierno de Correa por un lado utiliza la sede de la ONU para re lanzar ante el mundo la propuesta ‘ecologista ambientalista’ del ITT, a fin de no explotar el crudo del Yasuní; pero por otro, impulsa a los cuatro vientos la privatización de inmensas zonas naturales sensibles, con grupos humanos no contactados, cuya supervivencia se ve amenazada con la política de doble filo del régimen.

Los vendepatria y enemigos de la naturaleza lograrán su objetivo, si es que el pueblo organizado no despierta antes para impedírselo. La Constitución de Montecristi es pisoteada una vez más sin escrúpulos. De cualquier modo, la historia no se podrá borrar y en letras negras se escribirá el capítulo más oscuro del saqueo petrolero en pleno siglo XXI.