7 de octubre de 2023

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A propósito de las definiciones del líder venezolano.

EL ANTIMARXISMO DE CHAVEZ

Por: Gustavo Robles.

5 de agosto de 2007

’De cada quién según su capacidad, a cada cual según su necesidad’ (Carlos Marx).

’Para la dialéctica, no hay nada definitivo, Absoluto, ni sagrado...(F. Engels).

El comandante Chávez, aparentemente, ha fijado posición respecto del marxismo-leninismo en su programa ’Aló presidente’, y, para muchos que adherimos a los postulados de Marx, Engels y Lenin, ha sido un golpe duro de digerir. Fundamentalmente por el innegable peso del líder venezolano en la formación de la opinión de vastos sectores de las masas latinoamericanas.

El comandante tiene todo el derecho a decir lo que piensa, y a obrar en consecuencia. Tiene todo el derecho a no ser marxista, y construir su proyecto político bajo otros postulados. En todo caso, el futuro dejará en claro lo acertado o no de tal opción, expresado en la suerte de la Revolución Bolivariana.

De lo que estamos seguros es de que el compañero no tiene derecho a tergiversar el significado y la esencia del marxismo.

Si lo que se quiere es enviar un claro mensaje a los pueblos de que no se repetirán los errores cometidos en lo que se conoció como Bloque de Países ’Socialistas’, creemos que se ha equivocado el análisis. Porque es cierto que los errores (y horrores) existieron, pero justamente por haberse alejado de los postulados del marxismo-leninismo, y no al contrario.

Repasemos entonces los dichos de Chávez..

’El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) no tomará las banderas del marxismo-leninismo porque es una tesis dogmática que ya pasó y no está acorde con la realidad de hoy’.

¿Es el marxismo dogmático?

Una de las vertientes filosóficas a las que Marx adscribió y en la cual apoyó toda su construcción intelectual fue el materialismo. El materialismo, en una somera descripción, es una concepción filosófica que establece que la esencia de la realidad es la materia. Todo está compuesto por ella: el Universo, las galaxias, los planetas, la vida, las diferentes especies, el ser humano. De la materia surge el pensamiento, el mundo de las ideas, no al revés. De ello se derivan las diferentes formas de organización de la sociedad. El ser humano entonces es el que modela su propio mundo, la sociedad en la que vive.

Otro aspecto fundamental del pensamiento marxista es la dialéctica. ¿Qué nos dice la dialéctica? Sencillamente, que la realidad no es estática, se modifica en forma continua, se desarrolla por la permanente contradicción entre opuestos, que éstos pueden sintetizarse en uno que a su vez generará otra oposición. Es el movimiento, el cambio permanente.

El marxismo entonces nos dice básicamente que el hombre no es objeto de una idea que lo engendró, sino que es constructor de su propio destino. Que esa construcción se desarrolla en el ámbito social, la que a su vez genera contradicciones entre los diferentes intereses que surgen al relacionarse los individuos a través de los medios de producción. Que esas contradicciones son el motor de la historia.

Todo lo contrario a lo estático, que es la característica principal de lo dogmático.

El dogma no admite contradicción. No admite discusión.

El marxismo indica que allí donde haya un pensamiento, puede haber otro contrario. En el debate encuentra su confirmación.

El dogma es conservador, estigmatiza toda posibilidad de cambio.

El marxismo se ve reflejado en el movimiento, en el cambio permanente. En aquello que revoluciona la realidad.

Entonces, como dijo el comandante Chávez, ¿es dogmático el marxismo?

Podemos afirmar rotundamente que no.

¿Ya ’pasó’?

Si nos atenemos a lo antedicho, queda claro que el método marxista de análisis de la realidad sigue vigente.

¿No está acorde con la realidad?

El marxismo se nutre de la realidad para explorar los caminos posibles de cambio. Si no estuviera acorde con ella, no sería marxismo.

Sigamos con Chávez: ’tesis como la de la clase obrera como el motor del socialismo y de la revolución están obsoletas’. ’El trabajo hoy es otra cosa, es distinto, está la informática y la telemática, y Carlos Marx ni siquiera podía soñar con estas cosas’.

El papel de la clase obrera

Aquí la cosa se pone más seria, porque pone en cuestión los objetivos de la Revolución Bolivariana, por lo menos en el pensamiento de su líder.

Porque si el Comandante Chávez no quiere ver como vanguardia de la revolución a la clase obrera, ¿a quién ve?

Tal vez se haga eco de las nuevas teorías post-marxistas que aseguran que la clase trabajadora como tal está en vías de extinción. Sin embargo, concienzudos estudios indican que los trabajadores en el mundo rondan los ¡2800 MILLONES! Casi la mitad de la población mundial, y la absoluta mayoría de la población activa (tengamos en cuenta que casi un tercio de la población está compuesta por menores de edad, y casi un 10% es mayor de 65 años).

¿Se basará entonces en los cambios en los medios de producción desde la época de Marx hasta la actualidad?

Eso no cambia la contradicción fundamental del sistema burgués que señala el marxismo, que es capital-trabajo. Y cuya expresión es la apropiación de la riqueza que producen los trabajadores por parte de los patrones, lo que Marx denominó plusvalía.

Eso no ha cambiado, sigue vigente más que nunca en la actualidad.

Si la burguesía es hoy la clase dominante porque posee los medios de producción y de servicio... ¿quién otra que la clase trabajadora está en condiciones de reemplazarla en la dirección de la humanidad?

Sigamos con las frases polémicas:

’El socialismo venezolano acepta la propiedad privada. Estatizar es aferrarse a un dogma’

¿Puede haber socialismo con propiedad privada?

Los marxistas debemos admitir que hubo varias vertientes ’socialistas’ antes de Marx y Engels. Visiones románticas de bucólicas sociedades donde todos los seres humanos son hermanos por voluntad propia, más allá de los condicionamientos que impone la realidad.

Pero lo que deben admitir los no marxistas es que sólo el marxismo le dio basamento científico al pensamiento socialista. Que se sumergió en los intrincados vericuetos del desarrollo de la sociedad humana, en su historia, en su filosofía, en su sociología, en su economía, en su política. Explicó la esencia de la explotación del hombre por el hombre en el capitalismo, y con ello nos dio la posibilidad de generar las herramientas para terminar con ella.

El marxismo explica claramente que el carácter fundamental del sistema burgués es la propiedad privada de los medios de producción. Que toda la sociedad está estructurada para preservar ese privilegio. Que las instituciones del estado burgués existen con esa sola finalidad. Que de esta manera, através del estado burgués, la burguesía explota y oprime a las demás clases. Y que sólo podrá haber socialismo si esas clases se rebelan y le arrebatan los medios de producción a los burgueses, para luego socializarlos. El carácter fundamental del socialismo, entonces, es la abolición de la propiedad privada de los medios de producción.

¿Puede haber socialismo allí donde exista la propiedad privada burguesa?

Es obvio que no.

Lenin

Hasta ahora nos hemos referido sólo a Marx y a Engels, pero no podemos dejar de lado a Lenin, ya que Chávez señaló concretamente al marxismo-leninismo.

Lenin era un marxista. Posiblemente el más brillante de todos, porque interpretó cabalmente la esencia del marxismo: el espíritu crítico, el antidogmatismo, la necesidad de llevar la teoría a la práctica, de intentar cambiar la realidad partiendo de los datos de la realidad. Lenin fue un revolucionario dentro del marxismo, no se conformó con lo escrito, vio la posibilidad de cambio donde no había sido previsto.

Y lideró la primera revolución proletaria triunfante de la humanidad, en un país pobre, atrasado, en alianza con el campesinado. ¡Eso, en definitiva, es el espíritu marxista! ¡No dar nada por acabado, revolucionar lo establecido, aunque lo establecido lo haya escrito Marx! ¡El propio Marx lo hubiera aplaudido!

Todo lo contrario al dogmatismo.

Dicho esto, puede parecer entonces una contradicción citar a Marx, Engels y Lenin, pero justamente en esa contradicción se afirma el acierto del pensamiento marxista. Y es, justamente, porque la realidad lo legitima.

Como hemos dicho, el comandante Chávez tiene todo el derecho a elegir sus propios caminos. Nosotros, los marxistas, vamos a apoyar el proceso revolucionario venezolano incluso con nuestras vidas, siempre y cuando contribuya a la liberación del pueblo de todos sus yugos, no sólo del imperialismo. No debemos ahorrar críticas cuando sea necesario hacerlas, como en este caso.

Y vamos a luchar para que el verdadero socialismo triunfe en Venezuela, única manera de lograr una sociedad justa, libre de las lacras de la explotación y la miseria.

Seguramente el compañero Chávez esté luchando por lo mismo, y no estará entonces más que siguiendo los postulados del marxismo-leninismo aunque lo niegue.

Hugo Chávez, primer mandatario venezolano.

(ARGENPRESS.info)