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HABLA VIDELA: PERON Y LA TRIPLE A
Izquierda punto info. Editor: Carlos Petroni
• Habla Videla
– El gobierno de Isabel tenia cosas positivas – La Complicidad de Balbin, la UCR, la burocracia sindical y la Iglesia - Testigo de cargo de sus crímenes y el de otros.
Extractos de la entrevista en la revista Española Cambio16, Domingo, 12 de febrero de 2012. conducida por el periodista Ricardo Angosto, al dictador y genocida, y ex General, Jorge Rafael Videla. Con comentarios del Editor de Izquierda Punto Info
Las negritas son de nuestra autoria para resaltar partes significativas de la entrevista. Las declaraciones de Videla extraidas de Cambio16 estan entre comillas y en letra italica. Los subtitulos son nuestros
"Peron... organiza la Triple A, las famosas tres A -Alianza Anticomunista Argentina... De esta manera, se van dando los primeros pasos y pone orden en el país"
“Perón... en una reunión secreta con los dirigentes peronistas, en Los Olivos, da a entender a través de una directiva que se acabaron los miramientos hacia estos actos y que había acabar de una vez, incluso por la violencia, respondiendo a este tipo de acciones violentas y terroristas. Esta decisión dio lugar a que se produjeran una serie de acciones encubiertas... organiza la Triple A, las famosas tres A -Alianza Anticomunista Argentina... De esta manera, se van dando los primeros pasos y pone orden en el país, pero, sin embargo, el líder ya no es el de antes y tiene la salud muy desgastada. Hasta el último aliento da todos sus esfuerzos por normalizar y por trabajar en su proyecto, que desde luego no era el de los jóvenes "idealistas", sino el de normalizar el país de una vez por todas tras los excesos cometidos.”
Lo unico que lamenta Videla del proyecto de la Triple A es que “lamentablemente la mano ejecutora de este grupo que operaba bajo las órdenes y el consentimiento de Perón era el ministro de Bienestar Social, José López Rega, que se dedica a ejecutar las órdenes que le da el viejo general y que no siempre se atienen a la legalidad.” Videla consideraba a Lopez Rega un inepto en las tareas, ademas que aunque actuaba a veces por “razones ideologicas”, otras lo hacia “por venganzas personales.”
Videla no acota que, a pesar de sus criticas a Lopez Rega, el en persona – y los otros jefes de las FFAA – se negaron a dar informacion en sus manos sobre la Triple A a la justicia despues de la partida de Lopez Rega del pais y de que se iniciara, en 1978, una investigacion sobre la misma.
Aducieron la necesidad del “secreto militar” según consta en la causa sobre el terrorismo de estado de aquella epoca, actualmente llevada por el Dr. Norberto Oyarbide.
Calla tambien el genocida que miembros de las FFAA participaron desde un comienzo en la Triple A en zonas como Cordoba, Tucuman y otras provincias. Videla tendria que ser llamado a testificar en la causa Triple A y aportar el conocimiento sobre la misma y su participacion y apoyo, asi como la de otros militares de la epoca que oportunamente se rehuso a dar.
Para Videla “Hay un episodio que lo conmueve a Perón, que es el atentado contra el dirigente gremial José Ignacio Rucci, que es asesinado y ahí, el presidente dice: "Me cortaron las piernas". Fue un acto doloroso y mostraba que Perón no dominaba todavía la situación, mostrando a las claras que el oponente ya no tenía miramientos y estaba dispuesto a llegar hasta el final.”
Pero Videla oculta de que la primera accion de la Triple A fue precisamente la Masacre de Ezeiza, a la llegada de Peron al pais, donde son acribilladas las columnas de la izquierda peronista y que Rucci es uno de los organizadores de ese ataque vil. Videla tambien oculta que miembros de las FFAA y policiales colaboraron proporcionando logistica e inteligencia a la derecha peronista al ejecutar esa masacre, que el ex dictador reduce a “un enfrentamiento entre la derecha y la izquierda del movimiento”.
Para Videla, y eso se manifiesta en otras partes de le entrevista, la creacion de la Triple A y el ejercicio del terrorismo de estado bajo los gobiernos peronistas eran pasos en la direccion correcta y los apoyaba.
Para Videla, el gobierno de Isabel tenia cosas positivas
Contrariamente a lo que sostienen muchos dentro del peronismo, Videla no expresaba oposición frontal contra el gobierno de Isabel Peron porque como el mismo admite en la entrevista que citamos:
"Isabel llegó a ser muy dura con el marxismo, en ese sentido no quedaban dudas de que la dirección ideológica estaba encaminada”
“Era una buena alumna de Perón, eso sí, ya que desde el punto de vista ideológico se situaba en la extrema derecha del peronismo y el marxismo le provoca un rechazo total. En un almuerzo con varios generales, una treintena si mal no recuerdo, llegó a ser muy dura con el marxismo, en ese sentido no quedaban dudas de que la dirección ideológica estaba encaminada”
El jefe de los genocidas del Proceso critica sin embargo que a Isabel “le faltaban fuerzas y conocimientos para llevar a cabo el combate, la lucha, y poner orden.”
Videla caracteriza por ejemplo que Luder, quien reemplazaba periódicamente a Isabel en la Presidencia durante sus licencias de vacaciones o enfermedad, era un hombre mucho mas proclive a luchar a fondo contra lo que el denomina “terroristas”. Llega incluso el dictador a decir que, de cuatro planes que le presenta al que estaba ungido como Presidente interino, Luder había elegido el mas cruel y despiadado, aunque también el de mas riesgos.
En la reunión que hace mención en los párrafos siguientes, donde se toman esas determinaciones y se llega a elaborar los famosos “decretos de exterminio” también se encontraban los ministros mas importantes del gobierno de Isabel, entre ellos Antonio Cafiero y Ruckauf. Videla silencia esas complicidades necesarias.
“Luder nos dio el derecho a matar”
“Así llegamos a finales de agosto de 1975, en que soy nombrado Comandante en Jefe del ejército argentino, y en los primeros días del mes de octubre, a principios, somos invitados los comandantes de los tres ejércitos a una reunión de gobierno presidida por Italo Luder, que ejercía como presidente por enfermedad de María Estela, en las que se nos pide nuestra opinión y qué hacer frente a la desmesura que había tomado el curso del país frente a estas acciones terroristas.”
“... Y con el acuerdo de las otras dos fuerzas militares, la armada y la aérea, yo expuse algunos lineamientos para hacer frente a la amenaza terrorista que padecíamos. De acuerdo con el gobierno de entonces se realzaban algunas medidas acordadas entre las partes para hacer frente al terrorismo y que (en) un periodo de año y medio esta amenaza fuera conjurada de una forma eficiente.”
“Italo Luder llegó a firmar los decretos para que las Fuerzas Armadas del país pudieran actuar efectivamente en la lucha contra los "subversivos" y el terrorismo. También se decidió que las fuerzas de seguridad del Estado, conjuntamente con las Fuerzas Armadas, se coordinasen en estas acciones antiterroristas. Se había logrado un acuerdo entre el poder político y los militares para luchar conjuntamente contra el terrorismo.”
Nota del editor de Izquierda Punto Info: Con estos acuerdos se legalizo el “Operativo Independencia” en Tucuman, una verdadera caza de sindicalistas, activistas juveniles y estudiantiles en conjunto con una estrategia de lucha masiva contra un pequeño batallón de la guerrilla del ERP en los montes tucumanos.
Corresponde también a esta decisión el desarrollo e intensificación de los primeros campos de concentración para detenidos desaparecidos como la “La escuelita” y otros en Tucuman, “Automotores Orletti” en Buenos Aires y media docena mas.
Sigue Videla: “Con acuerdo de las otras dos fuerzas, yo hube de exponer cuatro cursos de acción, que no viene al caso detallar ahora, que culminó con la selección de parte del doctor Luder del cuarto curso de acción, que era el más riesgoso, en cuanto que confería más libertad de acción, pero que garantizaba en no más de un año y medio que el terrorismo sería derrotado. Los cursos de acción del 1 al 3 eran más contemplativos, pautados con el fin de evitar errores, pero – de ser seguidos – irían a dilatar sin término el caos en el que se vivía.”
“El acuerdo se firmaba, bajo estos decretos, para combatir el terrorismo en todas sus formas y hasta el aniquilamiento definitivo”
Videla desmiente taxativamente en la entrevista a Luder cuando este declaro en el Juicio a las Juntas y afirma en la citada entrevista de Cambio16:
“Por otras razones, más tarde, cuando fuimos juzgados, se le preguntó a Luder por el término aniquilar e hizo un excelente exposición en términos semánticos sobre la cuestión, que se resume en reducir a la nada; no tiene otra interpretación. A partir de ese momento, de hecho y de derecho, el país entra en una guerra, pues no salimos como Fuerzas Armadas a cazar pajaritos, sino a combatir al terrorismo y a los subversivos. Estamos preparados, como militares, para matar o morir, estábamos en una guerra ante un enemigo implacable, aunque no mediara una agresión formal, estábamos en una lucha. Así, a principios de octubre de ese año, entramos en una guerra de una forma clara. Desde el punto de vista del planeamiento no fue sorpresa porque el ejército ya jugaba con hipótesis de conflicto, una de las cuales era un desborde sorpresivo terrorista que sobrepasara a las fuerzas de seguridad y que se tuvieran que emplear a las Fuerzas Armadas para detener la amenaza. Teníamos esa contingencia prevista y, ante tal eventualidad, lo único que teníamos que hacer era salir a luchar con los planes previstos.”
La resistencia del pueblo y los trabajadores al gobierno de Isabel y los militares era legitima
Nota del editor de Izquierda Punto Info: Videla, y con el muchos historiadores del pasado y presente de nuestro país, prefieren ignorar que con la aparición de la Triple A y la prosecución del terrorismo de estado de los gobiernos peronistas de la época, con el que las FFAA colaboraron y apañaron, el gobierno de Isabel, y los interinatos de Luder, cesaban de ser “constitucionales” y “democráticos” como afirman.
Cualquier acuerdo entre las FFAA y el gobierno de entonces para “aniquilar” a la subversión eran ilegales, anticonstitucionales y por supuesto deslegitimizados de cualquier aditamento “democrático.” Se dieron en el marco de la “Bordaberryzacion del gobierno de Isabel” al que entraron como cómplices en el gabinete los comandantes en jefe de las FFAA y la burocracia sindical.
Las excusas “semánticas” de Luder en el Juicio a las Juntas, sobre los decretos de exterminio, carecían de toda significancia legal o política, ya que un gobierno – como el suyo y el de Isabel – por practicar el terrorismo de estado cesaban de cumplir con los requisitos de constitucionales, y por tanto “democráticos” y se disparaban las cláusulas constitucionales de resistencia a la tiranía como derecho legítimo, por los medios que fueran, de dichos gobiernos:
Art. 21 - Todo ciudadano argentino está obligado a armarse en defensa de la patria y de esta Constitución...
Art. 36 - Todos los ciudadanos tienen el derecho de resistencia contra quienes ejecutaren los actos de fuerza enunciados en este Artículo...
La Declaracion Universal de los Derechos del Hombre tambien sostiene enfaticamente el derecho a la rebelion contra la opresion.
Aquí, hay quienes podríamos disentir con las tácticas o la estrategia de muchos de los que nos enfrentábamos al gobierno ilegal y terrorista de Isabel desde el seno de los trabajadores y el pueblo, pero es indudable que a todos les asistía el derecho legítimo a la resistencia a el. Y a los militares que, junto a la Triple A, le hacían el trabajo sucio de la tortura, la desaparición y la muerte.
Entonces, cuales eran los problemas de Videla con el gobierno de Isabel, si este hacia todo lo que le indicaban los militares en el plano de la lucha contra quienes se rebelaban contra el orden existente:
1. Según dice el propio genocida: “poner coto a las actividades de López Rega, que mataba por razones ideológicas pero que también lo hacía por otras razones para cobrarse algunas cuentas pendientes. La situación, como ya he dicho antes, era muy difícil, reinaba un gran desorden. A Isabel se le hizo saber este estado de cosas y destituye finalmente a López Rega, que lo envía de embajador itinerante al exterior. Así se cumplía el deseo de muchos, entre los que me encontraba, que no queríamos que este hombre siguiera al frente de sus responsabilidades.” Videla (y sus socios militares) y Lopez Rega se parecían en mas de un aspecto: ambos ansiaban el poder supremo y ambos estaban dispuestos al asesinato en masa para lograrlo. No había sitio para ambos y tenían permanentes roces por ello. Ademas Videla le reprochaba a Lopez Rega la desprolijidad en la ejecución del terrorismo de estado y de que los hombres a su alrededor, así como el mismo, se enriquecieran sin repartir el botín de guerra que era el país. Lopez Rega pretendía que los militares se sometieran a su mandato.
Videla consideraba a Isabel débil, mas aun siendo mujer, falta de carácter y deseosa por complacer a muchos. Dice Videla en la entrevista “Vivíamos unos tiempos turbulentos y había que dar una respuesta. Muestra de la debilidad del momento era la enfermedad de la presidenta, que ni siquiera podía ejercer su mandato en esa difícil situación.”
Videla menciona “vacio de poder”, y por sobre todas las cosas le preocupaba a el y al resto de las FFAA que el gobierno de Isabel, a pesar del terrorismo de estado, la complicidad de la burocracia sindical y la represion, no podia terminar de doblegar a la clase trabajadora que en 1975 conmocio al pais con huelgas generales que, valga aclarar, fueron las que obligaron a irse del pais a Lopez Rega, no los militares o el propio gobierno de propia decision.
Videla: Contaba con el apoyo de Balbin y la UCR para el golpe
No cabe la menor duda de que buena parte de la Union Civica Radical (UCR) y el PJ de aquella época, así como de la burocracia sindical y la jerarquía de la Iglesia Catolica casi en pleno apoyaban el golpe de estado.
Prueba de ello son los miles de miembros de la UCR, el PJ y otros partidos como el Democrata de Mendoza o el PDP de Santa Fe brindaron como funcionarios a la dictadura: Ministros, secretarios de estado, interventores en instituciones publicas y privadas, como intendentes de cientos de municipalidades y aun como parte del aparato represivo.
Los curas y obispos que presenciaban, colaboraban o encubrían las torturas y los asesinatos, que brindaban apoyo moral y religioso a los asesinos, abundaban.
Esa parte de la complicidad y participación necesaria con la dictadura aun no se ha investigado y castigado a fondo y el sistema político tiene pocos deseos de hacerlo. Videla lo sabe, por eso habla siempre de ese apoyo a su impunidad.
Videla: “Llegamos así, ya en plena lucha contra el terrorismo, al mes de marzo de 1976, en donde padecemos una situación alarmante desde el punto de vista social, político y económico.” – Se refiere sin duda a la creciente resistencia de la clase trabajadora que, a pesar de la represión y el terrorismo de estado había hecho varias huelgas generales durante 1975 y acorralado al gobierno de Isabel.
Explica Videla: “Yo diría que en ineficacia la presidenta había llegado al límite. Sumando a esto la ineficiencia general se había llegado a un claro vacío de poder, una auténtica parálisis institucional, estábamos en un claro riesgo de entrar en una anarquía inmediata.”
Traducido: para los generales no había sido suficiente haber derrotado a los grupos guerrilleros, enviado al conjunto de la izquierda a la clandestinidad y atemorizando a parte de la dirigencia burguesa. Habia que ir mas allá y aplastar a sangre y fuego a los que continuaban luchando.
"¿Van a dar el golpe o no?", me preguntaba Balbín, lo cual para un jefe del ejército resultaba toda una invitación a llevar a cabo la acción que suponía un quiebren en el orden institucional."
Videla: “El máximo líder del radicalismo, Ricardo Balbín, que era un hombre de bien, 42 días antes del pronunciamiento militar del 24 de marzo, se me acercó a mí para preguntarme si estábamos dispuestos a dar el golpe, ya que consideraba que la situación no daba para más y el momento era de un deterioro total en todos los ámbitos de la vida. "¿Van a dar el golpe o no?", me preguntaba Balbín, lo cual para un jefe del ejército resultaba toda una invitación a llevar a cabo la acción que suponía un quiebren en el orden institucional. Se trataba de una reunión privada y donde se podía dar tal licencia; una vez utilice este argumento en un juicio y me valió la dura crítica de algunos por haber incluido a Balbín como golpista. Los radicales apoyaron el golpe, estaban con nosotros, como casi todo el país. Luego algunos dirigentes radicales, como Alfonsín, lo han negado.”
El golpe se dio contra los trabajadores, no para derrotar a un enemigo ya derrotado
El periodista de Cambio16 pregunta: ¿Cómo reaccionó la sociedad civil ante la intervención militar del 24 de marzo de 1976 y después de la misma?
Videla contesta: “Padecíamos vacío de poder, parálisis institucional y riesgo de una anarquía, y frente a este estado de cosas el clamor ciudadano, con sus dirigentes a la cabeza, pidiendo la intervención de las Fuerzas Armadas. Había un sentir general, que representaba Ricardo Balbín y otros dirigentes, en favor del cambio, de la intervención. La gente nos demandaba que interviniéramos e incluso Balbín llegó a decir en esos momentos que tenía las manos vacías de soluciones, que la clase política no podía hacer más...”
“... además, el gobierno que teníamos, que actuaba de una forma pusilánime y anarquizante, no estaba en condiciones de hacer frente a la amenaza que vivíamos en esos momentos, en que cada día el deterioro era mayor.
“Había unidad total (en las FFAA), sin ningún género de dudas. Así como la hubo en lo que fue la lucha contra la subversión, también la hubo en lo que fue la necesidad de llevar a cabo la intervención militar para poner orden en el país.” Después hubo divisiones, por otras razones, porque la política obra siempre con matices, hubo algunas diferencias, pero en ese momento hubo total unanimidad en lo que respecta a llevar a cabo la intervención militar.”
Videla separa cuidadosamente en su respuesta la lucha contra la “subversión” – como ya dijimos legítima en su derecho a la resistencia - de la que habla en pasado y luego se refiere al golpe como motivado “para poner orden en el país”, es decir un argumento que da por tierra a toda la teoría de la derecha de los “dos demonios” – ya que el propio Videla admitía que no había una fuerza militar a la cual vencer – y que el terrorismo de estado impuesto por el estado y gobierno militares lo fue contra todo el pueblo “para poner orden en el país” a como diera lugar.
Y aclara, sin dudas: “Quiero decirle algo, los decretos de Luder nos dieron todo el poder y competencias para desarrollar nuestro trabajo e incluso excedían lo que habíamos pedido; Luder, prácticamente, nos había dado una licencia para matar, y se lo digo claramente. La realidad es que los decretos de octubre de 1975 nos dan esa licencia para matar que ya he dicho y casi no hubiera sido necesario dar el golpe de Estado. El golpe de Estado viene dado por otras razones que ya explique antes, como el desgobierno y la anarquía a que habíamos llegado.”
Mas claro, hay que echarle agua bendita.
Lo dice claro Videla en la entrevista: “En Argentina de una forma natural siempre se ha creído que las soluciones políticas cuando los gobiernos fracasaban se arreglaban con golpes de Estado.”
La complicidad de la Burocracia Sindical
Para 1978, según Videla los objetivos militares y políticos se habían conseguido (aunque persistían problemas económicos según el) y la colaboración de la burocracia sindical había sido esencial:
“Había, además, una gran paz social y se aceptó, mediante un acuerdo con los gremios, que los salarios estuvieran sujetos a la productividad."
“Había, además, una gran paz social y se aceptó, mediante un acuerdo con los gremios, que los salarios estuvieran sujetos a la productividad y no a otros elementos; el que más trabaja más ganaba, simplemente.”
Son innumerables las evidencias de la colaboración de la burocracia sindical, muchos de cuyos dirigentes de entonces permanecen al frente de la CGT y los principales sindicatos. Esa colaboración no se limitaba a los problemas saláriales, sino que incluso los burócratas colaboraban en la represión, entregaban activistas, y en muchos casos cumplían con el trabajo sucio de los militares.
Al principio de la dictadura, algunos burócratas se exiliaron (Casildo Herrera), otros fueron detenidos VIP y bien tratados, como Lorenzo Miguel y los pocos que creyeron que podían jugar el juego del tire y afloje con la dictadura pronto se convencieron de que en la nueva situación solo existía la colaboración sin condiciones. Eso lo advirtieron cuando en los primeros tiempos del Proceso algunos dirigentes de Luz y Fuerza fueron detenidos por un conflicto laboral y la cabeza del gremio, Smith, asesinado.
Ese mensaje aquieto durante toda la dictadura a los demás dirigentes sindicales.
¿Y que hacían los partidos políticos burgueses ante la situación? Según Videla:
“Los políticos no querían meterse mucho en estos asuntos y los dejaban para aquellos que manejaban la seguridad del país, responsabilidad que recaía en nosotros en aquellos momentos.”
“La Iglesia cumplió con su deber, fue prudente... Mi relación con la Iglesia fue excelente, mantuvimos una relación muy cordial, sincera y abierta"
Videla: “La Iglesia cumplió con su deber, fue prudente”
Pregunta: ¿La Iglesia católica qué actitud tomó en aquellos momentos?
Videla es claro en definir la colaboración de la jerarquía de la Iglesia con el genocidio:
“La Iglesia cumplió con su deber, fue prudente, de tal suerte que dijo lo que le correspondía decir sin que nos creara a nosotros problemas inesperados. En más de una oportunidad se hicieron públicos documentos episcopales en donde, a juicio de la Iglesia, se condenaban algunos excesos que se podían estar cometiendo en la guerra contra la subversión, advirtiendo de que se corrigieran y se pusieran fin a esos supuestos hechos. Se puso en evidencia de que se debía concluir con esos excesos y punto, pero sin romper relaciones y sin exhibir un carácter violento, sino todo lo contrario. No rompió relaciones, sino que nos emplazó a concluir con esos hechos. Expresó lo que consideraba que no se estaba haciendo bien, porque podía corresponder a su terreno, pero no fue a más. Mi relación con la Iglesia fue excelente, mantuvimos una relación muy cordial, sincera y abierta. No olvide que incluso teníamos a los capellanes castrenses asistiéndonos y nunca se rompió esta relación de colaboración y amistad. El presidente de la Conferencia Episcopal, Cardenal Primatesta, a quien yo había conocido tiempo atrás en Córdoba, tenía fama de progresista, o sea proclive a la izquierda de entonces, pero cuando ocupó su cargo y yo era presidente del país teníamos una relación impecable. Y debe reconocer que llegamos a ser amigos y en el problema del conflicto, de la guerra, también tuvimos grandes coincidencias. La Iglesia Argentina en general, y por suerte, no se dejó llevar por esa tendencia izquierdista y tercermundista, politizada claramente a favor de un bando, de otras iglesias del continente, que sí cayeron en ese juego. No faltó que algún miembro de esa Iglesia Argentina entrara en ese juego pero eran una minoría no representativa con respecto al resto.
En esta ultima frase, Videla se refiere al puñado de obispos y curas que, contra la decisión de la mayoría de la jerarquía católica que avalaba a la dictadura, expresaban criticas contra ella. Unos fueron asesinados, como Angellelli y los cinco curas palotinos y las dos monjas francesas y otros marginados de la propia Iglesia.
“Los empresarios también colaboraron y cooperaron con nosotros".
Videla: “Los empresarios también colaboraron y cooperaron con nosotros” ;
Pregunta: ¿Y con los empresarios cómo fue esa relación?.
Videla: “Los empresarios también colaboraron y cooperaron con nosotros. Incluso nuestro ministro de Economía de entonces, Alfredo Martínez de la Hoz, era un hombre conocido de la comunidad de empresarios de Argentina y había un buen entendimiento y contacto. Hubo algún roce, claro, como suele suceder, porque cada uno defiende sus intereses siempre. Pero, en general, fue una buena relación.”
¡Como no! La dictadura le garantizaba a los grandes empresarios ganancias siderales y el control de la clase trabajadora a partir de los acuerdos con la burocracia sindical la que fue premiada con cajas, subsidios y prebendas, además de garantizarles la impunidad de sus propios crímenes.
En algunas grandes fabricas multinacionales como Ford o Mercedes Benz funcionaban salas de torturas y campos de concentración. Los empresarios solo tenían que dirigirse a los militares para “despedir” obreros molestos que pronto desaparecían sin dejar rastros
Como pensaba Videla culminar el proceso sanguinario de la dictadura. Contesta sin dudas:
“¿Cómo? Dejando la herencia de un Proceso exitoso a los políticos que eran nuestros aliados y amigos, ese era el camino de entonces que yo defendí.
Videla es testigo de cargo, por eso molesta tanto a algunos con sus declaraciones. Es el asesino serial explicando sus motivaciones, deschavando a sus cómplices, explicando quienes colaboraban y como con su tarea.
Sin los políticos, sin numerosos miembros de la UCR y el PJ, sin la burocracia sindical y sin la Iglesia Catolica, la junta genocida no habría podido ni mantenerse en el poder ni ejecutar la masacre que ejecuto.
Sin embargo, mas allá de una pequeña cúpula y algunos colaboradores, la mayor parte de los militares y los burócratas sindicales, los políticos, los jerarcas de la Iglesia Catolica permanecen impunes, reciclados en el sistema político. Es hora de juzgarlos, en la practica de los juzgados, pero tambien para la historia.
En la entrevista de Cambio16 Videla también insiste en la discusión repugnante sobre el numero de desaparecidos.
El afirma que fueron 7.000 y no 30.000 aduciendo que ese es el numero de indemnizaciones recibidas. Claro, se olvida de las familias que borro de la faz de la tierra; aquellos que estuvieron y están en contra de recibir indemnizaciones; aquellas víctimas sin familiares; aquellos de los que no se sabe su destino ni fueron denunciados; los extranjeros que fueron entregados, muertos, desaparecido y que nadie reclamo en nuestro país…
De ello, ni vale la pena discutir con el asesino.
No existe diferencia en la magnitud de los crímenes cometidos. 30.000 es una cifra estimada y debe sostenerse y, mas aun, deben agregarse los miles de presos que permanecieron en las cárceles, los mas de 200.000 que fueron forzados al exilio. Si de cifras debemos discutir, las que se le atribuyen a la dictadura son inferiores a las reales.
Debemos advertir, sin embargo, que esta y otras declaraciones del genocida deben ser incluidas en causas judiciales e investigadas en detalle. Videla ha dicho claramente, una vez mas, quienes fueron sus cómplices civiles y religiosos, que los militares cumplieron el plan de exterminio, que participaron del terrorismo de estado aun antes del golpe…
Hora de que la justicia deje de escatimarse y se complete.
Las organizaciones de DDHH deben exigir que así sea. ■