3 de noviembre de 2024

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"Lula es neoliberalismo compensatorio y Alckmin, neoliberalismo radicalizado".

Por: Prensa De Frente.

27 de octubre de 2006

Entrevista con Alipio Freire, del MST de Brasil :: "La política de subsidios atiende -aun deficitariamente- las necesidades de la base de los movimientos y debemos encontrar en esta etapa la forma de no quedarnos aislados de esas bases, es una trampa de la que debemos salir"
Alipio Freire fue fundador del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, del que se alejó por diferencias políticas. En la última década se acercó al Movimiento de trabajadores rurales Sin Tierra (MST). De visita en nuestro país, invitado por el Frente Popular Darío Santillán, y antes de comenzar con una serie de actividades que lo llevarán por varias provincias, Freire dialogó con Prensa De Frente sobre la actualidad socio-política brasileña, donde la oposición al presidente Lula experimentó un severo corrimiento a la derecha, lo que provocó nuevos marcos de apoyo a su reelección.

“Luego de la primera vuelta electoral y el triunfo de Lula, un gran movimiento mediático de la derecha histórica brasileña, la derecha que hizo la dictadura en alianza con el PSDB, partido de la social democracia brasileña -que con mucha buena voluntad es un partido de centro, de “extremo centro”- y cuyo actual candidato es Geraldo Alckmin, integrante del Opus Dei, armó un golpe mediático. Fue la primera vez desde el fin de la dictadura que la derecha viene a plantear, por intermedio del presidente del PFL (partido del frente liberal), de ultraderecha, que es el momento de `exterminar toda esta raza’. Esta `raza’ no es Lula, son los movimientos populares de trabajadores en lucha y hasta el propio PT. La derecha tuvo una estrategia de desmonte del PT y Lula la aceptó.

Al mismo tiempo, el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, del PSDB, dice que a Brasil le falta Carlos Lacerda, un político de la Unión Democrática Nacional de antes del golpe, que intentó un golpe de derecha en 1954 e impulsó el de 1964. En ese contexto, las fuerzas militares emitieron una nota conjunta manifestando profunda preocupación con la democracia y la corrupción.

Esto provocó una gran confusión que aumentó después del episodio de la compra de un dossier (investigación) en que aparecen denuncias contra integrantes del PSD. Un grupo de idiotas del PT fueron filmados comprando ese dossier. La prensa entonces puso todas las luces sobre la compra, escondió el informe y creó un gran escándalo nacional. Sobre eso giraron los últimos 20 días de campaña. Luego, mucha gente que iba a votar Lula se volcó a otros candidatos. Pero a la vez mucha gente que iba a votar nulo en primera vuelta declaró que va a apoyar a Lula.

Ahora, los movimientos populares han entregado a Lula un documento de apoyo crítico. Sabemos -los movimientos- que el segundo mandato de Lula será más de agenda neoliberal que el primero, dado todo el proceso de alianzas por derecha que hizo en estos cuatro años y para llegar a las elecciones. Pero en esas bases de apoyo de Lula -muchas de ellas del ala derecha del PT- ninguna de esas fuerzas amenazó la frágil democracia que tenemos. Que es frágil, pero que fue conquistada por los trabajadores y los movimientos sociales. Las cosas más avanzadas de la constitución las hicimos nosotros, así que vamos a defenderlas.

Desde el campo popular brasileño no tenemos fuerza suficiente para enfrentarlos definitivamente. En estos momentos, los movimientos están relativamente frágiles. Pero no creemos, como dicen algunos sectores militantes, que "cuanto peor, mejor". Cuanto peor sólo es mejor para quienes enfrentan al pueblo. La victoria de Alckmin será la victoria de la agenda neoliberal mas radicalizada, con más privatizaciones aceleradas. Significa la criminalización de los movimientos sociales y la eliminación de las política de subsidios, que sabemos que no es suficiente porque debería venir acompañada de una política económica de desarrollo que en ese caso reemplace los subsidios por empleos. Esta es la situación, todo esto hay que explicar antes de decir que se vota por la reelección. Lula es neoliberalismo con políticas compensatorias, Alckmin será neoliberalismo radicalizado sin políticas de compensación".

- En este marco de debilidad y tras apoyar en muchos casos la reelección de Lula, ¿qué desafíos se abren para las organizaciones populares brasileñas, teniendo en cuenta la afirmación de que el segundo mandato establecerá con mayor firmeza una agenda neoliberal?

- En este segundo gobierno los movimientos deben salir a las calles. En el primer gobierno hubo la ilusión de muchos compañeros de la izquierda de que había un gobierno en disputa. Yo creo que si, pero disputa por la derecha, no por nosotros. Los acuerdos fueron firmados antes de las elecciones, eso esta claro. Además, tenemos otro problema, y es que la política de subsidios atiende -aun deficitariamente- las necesidades de la base de los movimientos y debemos encontrar en esta etapa la forma de no quedarnos aislados de esas bases, es una trampa de la que debemos salir.

Por otro lado en este segundo gobierno Lula gobernará cada vez menos con el PT; Lula entregó en bandeja la cabeza de sus principales articuladores. Yo tenia muchas diferencias con ellos, Palocci y Dirceu sobre todo. Pero ellos eran hombres de partido y la posibilidad de continuidad. El Partido gobernante es hoy un partido fraccionado al medio, la gente de lo que llaman el campo mayoritario y la izquierda del PT, que no es ninguna gran izquierda. Tiene la misma perenne estrategia de que los cambios llegarán por el control del aparato del estado y no importa bajo que alianzas.