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RESISTENCIA AFGANA ELIMINA 31 SOLDADOS DE EEUU
GARA |
Estados Unidos sufrió ayer su peor revés desde que en 2011 invadiera Afganistán bajo el paraguas de la OTAN al perder a 31 soldados de sus fuerzas especiales tras derribar los talibanes un helicóptero, en el que también viajaban siete militares afganos, durante una operación conjunta contra una insurgencia que ha ganando terreno en los últimos años. Desde comienzos de año, las tropas de ocupación han perdido a al menos 374 efectivos.
Treinta y un miembros de las fuerzas especiales estadounidenses y siete militares afganos murieron ayer en el centro de Afganistán al ser derribado por los talibanes el helicóptero en el que viajaban, causando a la coalición extranjera liderada por Washington su peor pérdida desde la invasión del país a finales de 2001.
Según las autoridades de la provincia de Maidan Wardak, donde se estrelló, el aparato fue abatido por la insurgencia talibán en el transcurso de una operación conjunta de las tropas de la misión de la OTAN en el país y del Ejército afgano en la noche del viernes al sábado. La Presidencia afgana, murieron 31 miembros de las fuerzas especiales de EEUU y siete de las fuerzas especiales afganas.
La OTAN, que confirmó que uno de sus helicópteros se había estrellado, rechazó de inmediato confirmar el balance ofrecido por Kabul así como las causas del «accidente».
«Nuestra información indica que había actividad del enemigo en la zona», precisó la escueta nota de la Alianza.
Los talibanes, a través de su portavoz habitual, Zabiullah Muyahid, habían indicado con anterioridad a AFP haber derribado el helicóptero en el transcurso de una operación conjunta de la OTAN y el Ejército afgano contra un reducto insurgente en el valle del Tangi.
Cohete talibán
La Presidencia afgana, en su comunicado, no especificó las causas del siniestro, pero pero Shahidullah Shahid, un portavoz de las autoridades de Maidan Wardak, indicó a AFP que «el helicóptero de EEUU que se estrelló durante la noche (...) fue derribado por un cohete disparado por los talibanes cuando disparaba».
El aparato, un Chinook, es un helicóptero militar capaz de transportar hasta 44 personas, además de a tres miembros de la tripulación.
«Alrededor de 22:00 Hemos escuchado helicópteros sobrevolando el pueblo. Estábamos en nuestra casa, cuando vimos un helicóptero aterrizar sobre el tejado de la vivienda de un comandante talibán y empezar a disparar», relató a AFP Mohammad Saber, un residente en Amikhan. «Poco después de volver a despegar, el helicóptero perdió altura y se estrelló», añadió.
Hasta ahora, la mayor pérdida de vidas humanas de la coalición liderada por EEUU que invadió Afganistán había tenido lugar el 28 de junio de 2005, cuando fallecieron 16 militares estadounidenses al derribar los talibanes con un disparo de cohete un helicóptero Chinook en la provincia oriental de Kunar.
El 26 de octubre de 2009, tres helicópteros se estrellaron, dos de ellos tras colisionar en el aire, causando la muerte a once soldados estadounidenses y a tres funcionarios de la DEA.
También ayer, un soldado de la OTAN falleció en el sur del país por la explosión de una bomba artesanal.
Con las pérdidas de ayer, se eleva a 374 el número de soldados de la OTAN que han fallecido en operaciones militares en Afganistán desde principios de año, según un recuento de AFP en base a datos de la web independiente icasualties.org. Desde 2001, han muerto más de 2.600 soldados extranjeros.
Los talibanes multiplicaron recientemente los ataques contra emplazamientos estratégicos o altas personalidades.
Los nuevos actos de violencia preocupan sobremanera a la OTAN, cuando sus fuerzas comienzan a retirarse del país y a traspasar la responsabilidad de la seguridad a las fuerzas afganas. Ambos procesos deben concluir a finales de 2014 con la partida de todas las unidades de combate extranjeras que apoyan al frágil gobierno de Kabul frente a la insurrección talibán.
Afganos y expertos dudan de la capacidad del Ejército y de la Policía para defender solos al Gobierno frente una rebelión que ha ido ganando terreno.
La OTAN mata a ocho civiles en un ataque aéreo en Helmand
Un ataque aéreo de la fuerza de la OTAN en Afganistán (ISAF) mató al menos a ocho civiles el viernes en el distrito de Nad Ali, en la provincia sureña de Helmand, bastión de los talibanes. La OTAN admitió haber abierto fuego contra los insurgentes en la zona, indicando haber sido informado de la posible presencia de civiles retenidos por los talibanes, en el momento del bombardeo.
El gobernador del distrito de Nad Ali indicó que en el ataque fallecieron un imán, su esposa y sus seis hijos.
El jefe de la Policía del distrito, Shadi Khan, señaló a AFP que tras el ataque sufrido por una patrulla de la OTAN se pidió apoyo aéreo y se bombardeó la casa del imán de la mezquita de la zona.
En declaraciones a Efe, un portavoz de la misión de la OTAN, Justin Brockhoff, admitió el enfrentamiento armado y un posterior bombardeo contra «la posición de los insurgentes».
«Poco después del suceso, las fuerzas de la coalición recibieron información de que varios civiles habían sido tomados como rehenes por los insurgentes y de que podían haber estado presentes durante el bombardeo», agregó.
Las bajas civiles durante los bombardeos u operaciones de la OTAN es un tema sensible y una de las cuestiones que más fricción crea entre las fuerzas extranjeras y las autoridades afganas y más resentimiento antioccidental están provocando en un país que lleva diez años ocupado.
Los civiles son, con mucho, las principales víctimas del conflicto afgano.