3 de noviembre de 2024

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NICARAGUA: ORTEGA, EL MANIPULADOR.

Por: Alfonso Gumucio D. (*).

11 de noviembre de 2006

El Sandinismo perdió las elecciones.

El triunfo de Daniel Ortega en Nicaragua no es el triunfo del sandinismo, sino el triunfo del oportunismo. Daniel Ortega es el perfecto equivalente de Jaime Paz en Bolivia: ambos empezaron en la izquierda y el oportunismo político y la ambición de poder los llevó a pactar con la derecha más reaccionaria.

Quienes no conocen Nicaragua y no han vivido de cerca el proceso sandinista se confunden y saludan la victoria de Ortega como el triunfo del sandinismo, pero la realidad muestra otra cosa. Basta leer los diarios de los últimos años para estremecerse frente a la sinuosa trayectoria de Daniel Ortega, un líder sin ética pero con mucha labia, capaz de engañar a los menos informados de su país, y a muchos fuera de Nicaragua. En la comparsa de ingenuos están varios presidente progresistas de la región, como Hugo Chávez y Evo Morales. Incluso Fidel se equivoca, es muy triste.

¿Qué ha pasado con Daniel Ortega? Durante sus años en la oposición, no ha dudado en pactar con la ultra-derecha somocista, representada por el ex presidente Arnoldo Alemán, uno de los políticos más corruptos que ha tenido Nicaragua. Ambos nombraron "a dedo" a los magistrados del Consejo Supremo Electoral. La alianza con la derecha le ha permitido a Ortega manipular al congreso, eliminando a aquellas fuerzas políticas que podían restarle fuerza al "Danielismo", que no es lo mismo que el sandinismo de base. Con el apoyo de la derecha somocista, Ortega logró que el Congreso aprobara una modificación en la Ley Electoral, de manera que no fuera necesario obtener el 50% de la votación para llegar a la presidencia. De ese modo, evitó ahora pasar a la segunda vuelta electoral.

No solamente ha pactado Daniel Ortega con la derecha sandinista, sino con la "contra" que tanto daño le hizo al país durante los años de la revolución. La contra, financiada por Ronald Reagan y la CIA, asesinó a miles de jóvenes nicaragüenses que defendían su país a instancias del gobierno sandinista. La memoria de ellos queda ahora mancillada con la alianza de Daniel Ortega, cuyo vice-presidente es uno de los principales dirigentes de la contra-revolución.

La hipocresía y el oportunismo de Daniel Ortega lo han llevado a cambiar completamente su posición de cara a la iglesia reaccionaria y derechista que representa Monseñor Obando, el Cardenal de Nicaragua. Ortega ahora va a misa todos los domingos y se abraza con Obando, quien fue uno de los enemigos más notorios de la Revolución Sandinista. La mujer de Daniel Ortega, Rosario Murillo, no para de hablar de dios y de rezar (bueno, hay que decir que a ella siempre le faltó un tornillo).

Esta reconciliación con la derecha de la iglesia católica se traduce en cosas concretas: hace pocas semanas los "danielistas" en el congreso votaron por la anulación de la ley que permitía abortos terapéuticos. O sea, de regreso a las cavernas. Esto es lo que dijo Rosario Murillo para justificar la posición de los danielistas:

"Nosotros estamos profundamente comprometidos con la fe; pensamos que los valores religiosos, son el consuelo, el amparo; la fe es la forma en que los seres humanos encontramos la paz; los valores religiosos son la fortaleza que necesitamos para lidiar con la vida cotidiana, que ha sido en los últimos tiempos suficientemente dura. La vida cotidiana que nos obliga a enfrentar desafíos fortísimos y, con el amparo y el consuelo de la fe, la gente se nutre, se levanta; el alma se fortalece. Nosotros, precisamente porque tenemos fe, tenemos religión; porque somos creyentes, porque amamos a Dios sobre todas las cosas, es que hemos sido capaces de sobrellevar tantas tormentas, ¡sin inmutarnos! únicamente, aprendiendo de cada dificultad, lo que el Señor ha querido enviarnos como lección, como aprendizaje. Por eso también defendemos, y coincidimos plenamente con la Iglesia y las Iglesias, que el aborto es algo que afecta, fundamentalmente a las mujeres, porque ¡jamás nos reponemos del dolor y el trauma que nos deja un aborto! Cuando las personas tienen o han tenido que recurrir a eso, jamás se reponen. Y, ese dolor, nosotros no lo deseamos para nadie. Además, es un atentado contra la fe; contra la vida."

Con actitudes de hipocresía religiosa como estas, Daniel Ortega ha logrado que mucha gente se olvide que fue acusado por su hijastra Zoilamérica, de haberla abusado sexualmente cuando ella era menor de edad. Ortega se encargó de enterrar y desaparecer el juicio que había en su contra, y presionó a los medios de información para que dejaran de publicar sobre el tema.

Todo el mundo sabe en Nicaragua que los comandantes "danielistas" y otros militantes del FSLN cercanos a Daniel Ortega viven como millonarios y poseen numerosas empresas. Nada menos que Humberto Ortega, el hermano de Daniel, es uno de los hombres más ricos de Nicaragua, aunque ya ni siquiera vive allí sino en Costa Rica. Hizo su fortuna con el tráfico de armas cuando fue Comandante del Ejército Sandinista, y luego, muy convenientemente, se desentendió de la política y de su país.

La trayectoria de la mayoría de los nueve Comandantes de la Revolución ha sido lamentable en estos años. Es triste, para quienes hemos vivido en Nicaragua durante la Revolución en los años ochenta, ver cómo han cambiado los comandantes que admirábamos. Ya he dicho algo de Daniel y Humberto; Bayardo Arce es un negociante, Tomás Borge es un viejo verde que sigue correteando jovencitas (hay un libro donde lo denuncian), y así sucesivamente. Honrosa excepción es el Comandante "Modesto" Henry Ruiz, con quien me tocó trabajar. Modesto vive como vivía antes de la Revolución, no se enriqueció con la "piñata". Su honestidad molesta a Daniel Ortega y a su banda de corruptos, al extremo de que hace unos meses trataron de meterlo en la cárcel con alguna acusación insustancial.

El argumento de quienes apoyan a Ortega es que había que cerrarle el paso a la nueva derecha representada por Montealegre, pero ese argumento es cobarde y anti-ético, porque Daniel no era la única opción de izquierda. Edmundo Jarquín y su candidato a la Vice-Presidencia, el músico Carlos Mejía Godoy, representaban un movimiento de renovación en el sandinismo, recogiendo la opinión de todos aquellos que no quieren ser parte de las alianzas con la derecha y con la contra. El Movimiento Renovador Sandinista (MRS) solamente sacó el 6,44 %de los votos, pero son votos de la gente más consciente y honesta que tiene Nicaragua, que se negó a respaldar el juego corrupto de Ortega. La derecha, sin contar a Daniel Ortega, suma 55%, con el 29% de Montealegre y el 26% de Rizo, el hombre de Arnoldo Alemán.

Ahora no se sabe lo que va a pasar en Nicaragua. Hay dos escenarios posibles. Por una parte, Daniel Ortega pagando a la derecha y a Arnoldo Alemán los favores que le han hecho en estos años, manteniendo sus buenos vínculos con la iglesia reaccionaria de Monseñor Obando, y por supuesto haciendo todo lo necesario para complacer a Estados Unidos; y por otra parte, un escenario que algunos todavía sueñan, y es Daniel Ortega recuperando la ideología sandinista y haciendo un gobierno de izquierda, o por lo menos progresista, para restablecer su imagen ante la historia. Pero cualquiera que haya seguido la trayectoria sinuosa del personaje, pensará que esto último es improbable.

Como escribió hace poco Ernesto Cardenal, el poeta y ex Ministro de Cultura de la Revolución Sandinista: "el FSLN de Daniel Ortega no es el sandinismo, sino su traición. Votar por Daniel es votar por Alemán Ellos tienen un pacto que no se ha disuelto. Por ese pacto Daniel ha gobernado junto con Alemán. Ellos controlan la Corte Suprema de Justicia, la Asamblea Nacional, la Contraloría, el Ministerio Público, la Procuraduría de los Derechos Humanos y el Consejo Supremo Electoral. A ese pacto se debe que Alemán, condenado a 20 años, esté libre".

Nota:

(*). Escritor, cineasta, periodista, fotógrafo y especialista en comunicación para el desarrollo. Es autor de una veintena de libros y películas documentales, y ha trabajado en seis continentes en proyectos de comunicación participativa para el cambio social. Es Director Ejecutivo del Consorcio de Comunicación para el Cambio Social.

Fue miembro de la redacción del Semanario "Aquí" hasta el golpe de 1980, y ha publicado en diarios y revistas de Bolivia, América Latina, Europa, Norteamérica, África y Asia.

Desde 1980 su trabajo en comunicación para el desarrollo lo ha llevado a todas las regiones del planeta. Trabajó con UNICEF en Nigeria (1990-94) y Haití (1995-97); fue director del "Tierramérica" (1998), una plataforma regional de información para el medio ambiente. Ha sido consultor de FAO, UNESCO, PNUD, PNUMA, la Cooperación Australiana, UNAIDS, DTCD y la Fundación Rockefeller en proyectos de comunicación para el cambio social.

Ha escrito veinte libros de poesía, narrativa, testimonio, y estudios sobre literatura, cine y comunicación: Historia del Cine Boliviano (México, 1982); Cine, Censura y Exilio en América Latina (1979); Luis Espinal y el Cine (1986); Las Radios Mineras de Bolivia (1989) en colaboración con Lupe Cajías; Comunicación Alternativa y Cambio Social (1990); La Máscara del Gorila (1982) que obtuvo el Premio del Instituto Nacional de Bellas Artes de México (INBA); y Haciendo Olas: Comunicación Participativa para el Cambio Social (2001), entre otros.