19 de septiembre de 2024

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MARTELLY MÚSICO SIN EXPERIENCIA POLÍTICA GANA ELECCIONES EN HAITÍ

Agencia EFE.

5 de abril de 2011

Martelly el futuro presidente del país más pobre de la región construyó su popularidad a partir de una imagen libertina desde los escenarios. Antes recibió educación militar, estudió ingeniería y fue vendedor y obrero

Con el 67,57 de los votos, Martelly se impuso en las votaciones de la segunda ronda a la ex primera dama Mirlande Manigat, quien obtuvo un 31,74 % de los sufragios, según los resultados oficiales provisionales, que deberán ser confirmados por el Consejo Electoral Provisional (CEP) el 16 de abril.

La vida de Martelly ha dado muchas vueltas desde los años de la década de 1980, cuando era un joven emigrante haitiano que trabajaba como dependiente en una tienda de alimentación en los Estados Unidos. Su recorrido hasta llegar al sillón presidencial ha sido tan variado como sorprendente: además de vendedor, ha trabajado en la construcción, ha cursado estudios de ingeniería y también posee formación militar.

Pero, sobre todo, se le conoce por su faceta musical como compositor, cantante y teclista. La música ha sido la rampa de lanzamiento de Martelly a la popularidad y un elemento clave en su carrera política. Desde los escenarios, Sweet Micky, como es conocido musicalmente, ha conseguido buena parte del tirón popular que hoy representa su gran baza política, sobre todo entre los jóvenes.

Pianista autodidacta, trabajó como teclista en varios locales de Puerto Príncipe y sacó su primer disco sencillo en 1988, con el tema Ou La La, que fue un éxito, al que luego siguieron 14 discos de larga duración.

Ídolo del kompas, un ritmo muy popular en Haití, ha sabido rentabilizar bien en el terreno político su faceta artística, aunque ello le ha creado no pocos problemas por la utilización de vestimenta estrafalaria y disfraces y por la exhibición de bailes obscenos.

Las imágenes de estas apariciones han circulado mucho por internet y le han valido duras críticas de sus detractores. Hay quien considera que ello le inhabilita para presidir Haití por su imagen libertina, mientras que otros, como su oponente, Manigat, se limitaron a calificarle de "comediante" y a esgrimir que carece de formación y de argumentos para el debate político.

Todas estas críticas no han podido parar el fulgurante ascenso político de Martelly, de 50 años, a quien no le importa ser considerado un novato en política. Él se define como un dirigente "honesto" y preparado para llevar al país el cambio que necesita al frente de la plataforma política Repons Peyizan (Respuesta Campesina en créole, idioma cooficial de Haití junto al francés).

Martelly, casado en segundas nupcias con Sophie, con quien tiene cuatro hijos, asegura que los haitianos "quieren el cambio" y ven en él "la materialización de sus sueños". Se presenta como alguien "de fuera del sistema", ajeno a los modos políticos de los gobernantes que ha tenido Haití durante las últimas décadas y que no han logrado resultados.

Pero esta idea es rechazada por observadores que esgrimen su pertenencia al sistema que apoyó abiertamente el sangriento golpe de Estado militar de 1991 a 1994 contra el primer gobierno electo de Jean Bertrand Aristide. Además, argumentan que también recibió mucho dinero cada año para participar en el carnaval, una arraigada tradición en Haití.

Los haitianos han dado finalmente la Presidencia al cantante de la cabeza rapada y ahora resta por saber si convertirá en realidad las promesas de cambio que ha defendido para su país, que aún no se levanta del feroz terremoto que hace más de un año dejó un saldo de 250 mil muertos y más de un millón de personas sin hogar. Aún no fue retirado ni el 10%. El nuevo escenario es bastante más complicado que los que Sweet Micky está acostumbrado a pisar.