3 de noviembre de 2024

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SOBERON: ¿MARTIR O TRAFICANTE DE LOS DERECHOS HUMANOS?

Por Gabriel Adrián.

27 de mayo de 2008

El gobierno búfalo de García Pérez arremete furiosamente contra la Asociación Pro-Derechos Humanos (APRODEH) por haber manifestado ante el Parlamento Europeo que el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) se encuentra desactivado y, por lo tanto, no merece ser calificado como una organización terrorista por el Parlamento Europeo. APRODEH ha expresado que tal calificación apoyaría al Estado peruano y al gobierno de García Pérez en su práctica de usar el fantasma del terrorismo para criminalizar y perseguir a los movimientos sociales y de protesta en el país.[1]

APRODEH, especialmente en la figura de su director Francisco Soberón, han recibido el cargamontón bufalesco del gobierno aprista, encabezados por el Ministro de la Producción, Rafael Rey beato ex-espadachín del genocida Fujimori. Soberón está siendo elevado a la categoría de mártir por las mal llamadas organizaciones de Derechos Humanos por la persecución que enfrenta. Esto parece hacer olvidar el historial de Soberón y su APRODEH.

Soberón, siguiendo la táctica de otros supuestos defensores de DDHH en el Perú, ha utilizado casos rimbombantes ante la opinión pública para crearse una imagen como paladín de la justicia y ser apoyado millonariamente por fundaciones internacionales. Pero Soberon está lejos de ser un “martir” de la democracia o cosa parecida. Para empezar este eterno funcionario de ONG, como parte de la izquierda legal peruana (IU) fue uno de los que contribuyeron a llevar al poder al sanguinario Alberto Fujimori. Lo mismo hizo en el primer gobierno de Alan Garcia. Durante las dos décadas sangrientas (1980-2000), Soberón NO HIZO ABSOLUTAMENTE NADA por los derechos humanos que él dice defender, y por lo que recibe varios millones de dólares por año. Soberón no hizo nada por la defensa de presos políticos en los años ochenta y noventa. Cuando cayó el régimen fujimorista continuó sin hacer nada por miles de detenidos condenados por tribunales militares, ni hizo nada por abolir una legislación anti-terrorista altamente represiva y que sirvió para encarcelar y torturar a miles de peruanos.

Actuando con un pretendido prurito de imparcialidad, Soberón a la cabeza de APRODEH dice denunciar las violaciones de DDHH, sean cometidas por quien sea. De esta manera, Soberón niega la responsibilidad del Estado como el mayor violador de DDHH en el Perú, limpia la imagen del Estado ante la opinión pública y lo legitima como “víctima” del terrorismo. Lo cierto es que la estrategia anti-subversiva del Estado peruano estaba basada en el asesinato selectivo e indiscriminado y en la persecución, tortura y encarcelamiento de activistas del movimiento popular.

Desde la Comisión de la Verdad ha contribuido a exculpar al Estado peruano, a militares y policías genocidas como los máximos perpretradores de violaciones de DDHH en el marco de la guerra interna que libraron Sendero Luminoso y el MRTA contra el Estado. Fue eje central de esta misma Comisión de la Verdad que envió una carta a la Carta Interamericana de Derechos Humanos exiguiendo que no se le de razón a la ciudadana estadounidense Lourdes Berenson acusada de terrorismo.

En los pasados días Soberón ha denunciado la criminalización y persecución judicial de dirigentes y autoridades comunales por oponerse a la presencia de la minería. Cabe recordarle aquí a Soberón que es el mismo Poder Judicial que juzgaría a Mónica Feria, abogada peruana detenida en Alemania y para cual Soberón ha pedido vehemente su extradición. ¿Qué pasa señor Soberón? ¿No decía Usted que la justicia peruana da todas las garantías del caso para un juicio justo para un acusado de terrorismo?[2]

Notas:

[1] Uno extraña, sin embargo, que APRODEH no se pronuncie en el mismo sentido respecto a Sendero Luminoso, cuyos minúsculos remanentes esporádicamente activos en el Alto Huallaga no son ni la sombra de y no tienen nada que ver con la organización guerrillera de los años ochenta y noventa, que se colude con el narcotráfico y que es matenida viva por el Estado peruano para justificar el fantasma del terrorismo, para crear opinión pública con el fin de exculpar a militares y policías genocidas responsables por innumerables violaciones de DDHH y, sobre todo, para justificar la criminalización y represión del movimiento de protesta popular.

[2] Ver artículo sobre el apoyo de Soberón y APRODEH a la persecución contra la abogada Mónica Feria: http://www.eldiariointernacional.com/spip.php?article1780&var_recherche=gabriel%20adrian