7 de octubre de 2023

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Los “verdes” en primera fila de la falsa “antimundialización”.

REPRESIÓN Y SOPLONERÍA A FAVOR DEL G-8

Por: Gabriel Adrián.

10 de junio de 2007

Esta semana se reúnen en Heiligendamm, en el Norte de Alemania, los del Grupo de los 8 (G-8): Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Inglaterra, Japón y Rusia . El ya institucionalizado encuentro sirve, por un lado, para que los Estados más poderosos se legitimen ante la población mundial, buscando dar la impresión que les preocupan los problemas del planeta y que intentan encontrar una solución conjunta. Personajes como Bush y Blair se presentan sonrientes hablando sobre protección del medio ambiente, reducción de emisiones, lucha contra la pobreza y ayuda a África. Por otro lado, sin embargo, los G-8 pretenden mostrar su poder en toda su dimensión. Legitimación y manifestación del poder son los dos motivos principales del encuentro del G-8. Linda con la estupidez pensar que el encuentro sirva para decidir algo. Las grandes decisiones ya fueron tomadas antes, en beneficio de los más grandes consorcios transnacionales y la banca internacional por supuesto.

La manifestación del poder se expresa en la inmensa inversión que demanda la seguridad de la Cumbre y en la masiva violación de derechos civiles. La seguridad de la Cumbre cuesta más de 100 millones de euros; el alahambrado metálico que separa el lugar de la Cumbre de molestosos manifestantes ha costado 12 millones de euros. Estamos hablando de 100 millones de euros para un encuentro de un par de días. En los días precedentes a la Cumbre hubo pesquisas en decenas de oficinas de organizaciones de derechos humanos y apartamentos privados; diversas personas fueron detenidas sin que haya habido una razón para ello. Los controles policíacos en las cercanías de la Cumbre asemejan prácticas hitlerianas. La lista de violaciones de derechos ciudadanos es innumerable.
El encuentro de los G-8 ha echado a andar la maquinaria de la protesta tolerada. Críticos de la Globalización neoliberal se reúnen en Heiligendamm para protestar contra la Cumbre del G-8. La plataforma es realmente variopinta, se encuentran desde salvadores de ballenas hasta militantes antifacistas pasando por cristianos antiglobalizadores. El grueso de esta plataforma Anti-G-8 grita, casi orgullosa, a los cuatro vientos que la de ellos es una protesta pacífica. Sus acciones se expresan a través de manifestaciones, bailes, performances teatrales y musicales. La izquierda más radical, militante piensa, sin embargo, que de esa manera los poderosos jamás sentirán la seriedad de sus demandas. Lo que los medios llaman el “Bloque Negro”, por lo dominante de este color en las ropas de estos manifestantes, ha tenido en lo que va de la semana varios enfrentamientos con la policía durante las manifestaciones. El “Bloque Negro” ha sido la comidilla de los medios y políticos conservadores que han pretendido justificar la desmedida represión con el accionar de los antifascistas. Incluso hubo políticos que demandaban la intervención del comando de élite de la policía alemana “GS9” que está reservado para acciones de asalto.

Está demás decir que el “Bloque Negro” ha recibido la más desenfrenada represión de la policía. Decenas de heridos, algunos de ellos de gravedad, son el saldo de casi una semana de manifestaciones. El temido “Bloque Negro” está formado por jóvenes alemanes, muchos de ellos menores de edad, que, en su mayoría, no realizan trabajo constante alguno capaz de poner en peligro al Estado alemán. Pero la represión no perdona. Varios jóvenes ya han sido condenados en procesos sumarios hasta a 10 meses de prisión por supuestas acciones violentas. Han sido condenados sin que se pueda probar que haya herido a alguien. Hasta 10 meses de prisión! Hay que resaltar aquí que en incontables casos neonazis no han recibido ni un sólo día de prisión por golpear casi hasta la muerte a extranjeros. Así es la justicia de un Estado que es considerado de los más democráticos del mundo.

El grueso de los manifestantes en vez de solidarizarse con las víctimas del llamado “Bloque Negro” se ha distanciado públicamente de ellos. Muchos de estos llamados críticos de la globalización han propuesto denunciarlos inmediatamente ante la policía y muchas iniciativas han decidido parar sus acciones pacíficas si el llamado “Bloque Negro” recurre a la violencia. En otras palabras la soplonería más baja y rastrera. Los “verdes”, partido político ecologista, fue uno de los grupos “antimundialización” que mejor ha colaborado con la policía para ubicar y apresar a los revoltosos. Cmo se conoce, los “verdes” de Europa, hablan de la antimundializacion, pero en los parlamentos o municipios colaboran con los planes políticos de los grupos de poder y las grandes transnacionales. La policía elogia contenta ante las cámaras la soplonería de los pacifistas. De esta manera ese llamado movimiento de protesta pacífico muestra de la manera más clara como le hacen el juego a la Cumbre G-8. Esta protesta pacífica, tan bienvenida por los poderosos, legitima la Cumbre y ayuda a reforzar la idea que los cambios son posibles y que sólo es necesario que los presidentes depredadores tomen conciencia de ello. Nada más lejos de la realidad.