3 de noviembre de 2024

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EL MAS BOLIVIANO Y LA CORRUPCIÓN

Por: Grover Cardozo.

24 de febrero de 2007

(Bolpress). En estos días se está acusando a algunos dirigentes del MAS de haber tejido una red que, por 300 dólares emitía avales para dar cargos públicos. El asunto está en investigación y en algún momento se sabrá lo real de los hechos.

En todo caso conviene admitir que para todo ser humano administrar una parcela de poder implica un reto, una buena misión, un riesgo, una tentación o en algunos una misión imposible.

Dependiendo de muchos factores, cada persona reacciona de modo distinto cuando alguien pone sobre la mesa o en algún lugar furtivo 100, 300, 1000 o 10.000 dólares.

Desde una posición cínica se expresan frases como estas: “Nadie aguanta un talegazo” “todos tienen un precio” o que “tarde o temprano todos muerden”.

De verdad el problema es delicado y difícil, pero no se puede llegar a la miserable conclusión de que no existe gente honesta. Existe gente honesta y un ministro, director, secretario de una institución pública o el dirigente de un partido en función de gobierno debe tener un comportamiento honesto e impecable ¿sabe porqué?. Porque la corrupción en toda sociedad es negocio de unos cuantos y pérdida para la mayoría y sobre todo para los más pobres.

Desde Adan y Eva existen vivillos que como gusanos podridos intentan reproducirse y contaminar lo que tocan. Hoy no es el mejor momento de estos gusanos, pero aún son un riesgo latente y preocupante.

En el caso que nos ocupa, se ha puesto en duda el comportamiento de algunos dirigentes del MAS, es decir de la organización política, que al haber planteado un rotundo rechazo a la corrupción es hoy la esperanza de Bolivia.

Por esta razón el MAS tiene que ser medido con la misma vara con la que se midió a los partidos políticos en los últimos 20 años.

Si no se hace eso este movimiento estaría en camino a una derrota catastrófica; porque la fortaleza, el fuerte del MAS radica precisamente en el poder moral que hoy tiene.

Si el MAS no erradica todo síntoma de corrupción estaría aceptando que le golpeen en el corazón, o como dicen los mexicanos estaría permitiendo que “le den en la madre”, en lo que más le afecta porque el MAS sin honradez, sería lo mismo que todo lo que vimos en la vieja política durante siglos.

En lo concreto el MAS sin etica quedaría aniquilado, porque quedaría en el suelo, en la lona el gran anhelo de contar con un proyecto político que motorice la reforma intelectual y moral que requiere la sociedad boliviana.

Por tanto el MAS está en la obligación de ser inclemente e implacable con cualquier vestigio de corrupción y ante cualquier indicio -si ese es el caso- sus máximos dirigentes deben cortar con una filosa guadaña la mala hierba.