3 de noviembre de 2024

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Socios en la matanza de prisioneros de guerra.

GARCIA PEREZ, MANTILLA Y GIAMPIETRI: SOCIOS DEL CRIMEN

Por: Luis Arce Borja.

11 de febrero de 2007

"Es la oportunidad número 19 en que declaro ante jueces y fiscales por el debelamiento del motín en El Frontón en 1986. Estoy dispuesto a seguir prestando mi colaboración y mi testimonio cuando sea necesario", expresó el viernes 9 de este mes Alan García, después de declarar ante la jueza María León Yarango, quien tiene a cargo las investigaciones que involucran al presidente peruano en la matanza de el penal de El Frontón, crimen masivo planificado desde palacio de gobierno en junio de 1986.

El cinismo de García hace parte de su torva personalidad política. Siempre ha sido un mentiroso y falso. Mentir y cambiar los hechos corresponde a su moral y a su formación política de aprista recalcitrante. Por ello con toda facilidad ha declarado ante la jueza que no envió a Agustín Mantilla a la isla El Frontón y que este tampoco le informó de los avances y el resultado del operativo militar. Hay que recordar que Alan García Pérez, el principal responsable de la matanza de 300 prisioneros de guerra en 1986, desde palacio de gobierno siguió paso a paso, los hechos sangrientos que ocurrieron en los penales de El Frontón, en Lurigancho y en la cárcel de mujeres del Callao. Como se conoce, Agustín Mantilla era en ese tiempo vice ministro del Interior, y una vez que se inicio la matanza de prisioneros se trasladó al penal de El Frontón (prisión que estaba ubicada al costado de la Isla San Lorenzo). Ahí sobre el terreno se vistió con uniforme militar de camuflaje, y con una metralleta en mano dirigía personalmente el remate de los prisioneros. Un sobreviviente de El Frontón, que se salvo por que lo dieron por muerto, narra que él pudo ver a mantilla como se acercaba a los prisioneros moribundos y les apuntaba con su arma en plena cabeza, y disparaba directo hasta hacer estallar la caja craneana de los moribundos.

El “gato” le dicen a este sobreviviente de El Frontón”, y cuenta él que se salvo de las balas de Mantilla, porque encima tenia varios prisioneros muertos. En realidad dice este sobreviviente, los cadáveres me camuflaron y a pesar que apenas podía respirar (varios cuerpos muertos encima de alguien tienen tremendo peso), me mantuve oculto durante varias horas. Los restos mortales de los prisioneros habían sido amontonados unos sobre otros, de los cuerpos aun brotaba sangre caliente, y como me dieron por muerto también me amontonaron ahí y encima me arrojaron varios cadáveres. Sobre mi chorreaba la sangre caliente de los otros, y ello daba la impresión que mi cuerpo estaba lleno de agujeros hechos por la perforación de las balas de grueso calibre que utilizaron los marinos en el operativo. Así pude salvarme y fui dado por muerto. Vi cerca las botas de militar que tenía Mantilla, y sin casi respirar pude ver la llegada de una comisión de civiles que inmediatamente detuvo el remate de prisioneros heridos. Más aun esta comisión exigió que los prisioneros heridos que se encontraban entre los escombros fuesen llevados a algún hospital de El Callao. Así fue como haciendo un esfuerzo sobre humano pude librarle de los cadáveres que tenía encima y entre pequeños saltos pude llegar cerca de uno de los miembros de la comisión. El resultado de ello, fue que me anotaron entre los sobrevivientes y me trasladaron a un hospital.

La presencia de Mantilla

“Los testigos dijeron que Agustín Mantilla Campos se encontraba en el lugar durante la operación en El Frontón y que la Marina le asignó un radio operador, mediante el cual se comunicaba durante todo el tiempo con un superior que los declarantes no pudieron identificar. "No sabemos a quién Mantilla le daba parte de los hechos. Tenía un radio operador asignado. Todo el tiempo estaba con un radiotransmisor en la mano, dando cuenta de lo que sucedía", dijo. Después precisaron que fue Mantilla quien recibió al senador Armando Villanueva del Campo cuando llegó a la isla. Al arribar el líder aprista, los fusilamientos cesaron. Todo indicaría que la eliminación de los terroristas rendidos fue también de conocimiento de Mantilla”. (Asociación pro derechos humanos, Lima Peru).

García es un mentiroso, y si Agustín Mantilla se trasladó al El Frontón lo hizo con la autorización, de Alan García Pérez. Así lo confirmó Mantilla hace algunos años cuando fue investigado en relación a los hechos sangrientos de El Frontón. Mantilla dijo, no solamente que el presidente estaba al tanto de todo, sino que él fue enviado por el propio García para “supervisar” que “todo salga bien”. Por su parte Luis Giampietri, actual vicepresidente de García, y jefe del operativo en El Frontón en ese entonces, no solo fue el jefe del operativo sino que este militar se puso al frente del abominable crimen masivo de prisioneros. ¿Sanción para García en el Perú actual?. No hay que ser ilusos y es por demás pensar que el presidente actual del Perú, recibirá una sanción y castigo por sus crímenes cometidos. García miente, y así lo hace también Mantilla o el almirante Giampietri, por que están seguros que nada les ocurrirá. Por ello, aunque sea repetitivo, hay que señalar una vez más que solo el pueblo sanciona y castiga a los asesinos de las masas oprimidas.