3 de noviembre de 2024

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El Perú de García es tan corrupto y represivo como en la época de Fujimori.

PERU: ABOGADO ALFREDO CRESPO AMENAZADO DE IR A PRISION.

Por: Luis Arce Borja.

20 de octubre de 2006

El Perú que dejó Alberto Fujimori no ha cambiado un milímetro. Es como si la podredumbre política y social se restauraría a mayor velocidad con que entran y salen los sucesivos gobiernos. La corrupción, los jueces no encapuchados pero corruptos siguen en vigencia, la represión, la cárcel y el chantaje siguen siendo métodos de gobernar el país. Las leyes y las reglas entre los mafiosos son las mismas. La coima y el poder del dinero se sobreponen por encima de la moral, la ética y la justicia. Alejandro Toledo, no solo se montó en el sistema lumpenesco dejado por la mafia anterior, sino que hizo lo mismo y profundizó el mal manejo del Estado. Y hasta la mujer de Toledo salio comprometida en hechos de corrupción. Eliane Karp esta acusada de varios delitos y ahora la INTERPOL la busca internacionalmente. Alan García Pérez, que por naturaleza política (formación aprista), no tiene ningún problema para asimilarse a la inmundicia política de este país. No solo no hace nada para cambiar el desastre peruano, sino que como el gallinazo que se alimenta de la carroña, convive e incentiva las instancias corruptas del Estado.

En este tinglado de corrupción y represión, el poder judicial funciona como instrumento clave que regula las luchas internas de las distintas bandas que ahora controlan el poder del Estado. Los jueces, que como hemos indicado en notas anteriores, se venden por peso, ahora sirven “plena e incondicionalmente” a la nueva banda que esta en el poder. De esta manera, si los jueces encapuchados dictaban sentencias al gusto de Fujimo, ahora se dicta sentencia al deseo del gobierno y de los corruptos políticos del país. En este sistema de hampones, rige la ley de la navaja y del balazo por la espalda. Nadie esta a salvo del cuchillazo traidor, y pobre de aquel que caiga en manos de esta justicia pervertida.

En este panorama que se asemeja a la jungla, no por sus animales salvajes, sino más bien por las bajezas humanas, la jauría grita que el abogado Alfredo Crespo, vuelva a prisión para “cumplir una condena de 20 años”. Este abogado fue presidente de la Asociación de Abogados Democráticos del Perú, institución que desde 1980 se encargaba de la defensa de los presos políticos y prisioneros de guerra. Ya desde el primer gobierno del bufón García (1985-1990) los abogados democráticos fueron violentamente reprimidos. Algunos de ellos fueron secuestrados y eliminados clandestinamente. Por ejemplo el Abogado José Vásquez Huayca, miembro también de la Asociación de Abogados Democráticos del Perú fue secuestrado el 29 de octubre de 1986. Su cadáver nunca se encontró. Otro caso es el de Manuel Febres, también abogado y miembro de esta institución, quien en 1988 fue secuestrado y asesinado por el comando “Rodrigo Franco” grupo paramilitar que había organizado el gobierno aprista para liquidar clandestinamente a sus enemigos.

El bogado Alfredo Crespo, es actualmente uno de los defensores legales de Abimael Guzmán, el líder senderista que en 1993 escribió las “cartas de paz” para pactar con el gobierno de Fujimori, hecho indiscutible que llevó a la derrota la lucha armada que con éxito venia desarrollándose desde 1980. Guzmán acaba de ser condenado a cadena perpetua por un tribunal civil, pero sigue insistiendo en su planteamiento respecto a una “solución política a los problemas de la guerra”. Crespo paso 12 años en las terribles prisiones del Perú, y fue encarcelado y condenado a prisión por un tribunal de la época de Fujimori. Su pecado fue haber defendido a prisioneros de guerra, y entre ellos a Abimael Guzmán que en septiembre de 1992 fue capturado. Junto con Crespo fue encarcelado también el abogado Jorge Cartagena Vargas, también destacado miembro de la Asociación de Abogados Democráticos del Perú, quien lamentablemente murió en la prisión a consecuencia de la falta de asistencia medical.

Si Alfredo Crespo esta amenazado una vez mas de ir a prisión, es la prueba que en Perú, a pesar que ahora son los jueces civiles y no militares, los que administran la justicia, sigue primando el criterio anticomunista y de venganza en el poder judicial. La prensa peruana, de la misma forma que aplaudía los atropellos y los crímenes de la banda fujimorista, ahora aplaude las amenazas contra este abogado democrático. Respecto a este problema, la segunda sala Penal Transitoria de la Corte Suprema peruana “dejó al voto un pedido de la fiscalía para que Crespo regrese a prisión” para que el abogado cumpla una pena de 20 años en sanción a su “filiación con el terrorismo de Sendero Luminoso”.

Las amenazas contra este abogado muestran como ningún otro caso, que el Perú actual sigue hundiéndose en una crisis política y moral sin fin. Parte de esta crisis es la vergonzosa conducta de los jueces y del poder judicial que como antro de corrupción sirve indistintamente a los gobiernos de turno y a las mafias enquistadas en las instituciones del Estado. A partir de una nueva condena contra el abogado Crespo, ya ningún abogado honesto y ético, podrá asumir la defensa de los prisioneros políticos y prisioneros de guerra. A partir esta amenaza, se reimplanta en Perú los tribunales de la época de Fujimori, cuyos jueces encapuchados sancionaban cualquier manifestación de oposición al sistema, y que a punta amenazas dejaron en el completo aislamiento a los miles de prisioneros que lentamente han sido eliminados en las cárceles medievales del Perú. Hay muchas razones para expresar nuestra solidaridad con este hombre de leyes, y exigimos alto a la represión a la ética y el valor profesional, como es el caso del abogado Alfredo Crespo.