3 de noviembre de 2024

INICIO > LATINOAMERICA > Perú

NO VOTAR: PERUANO DILE NO A LA ESTAFA

Por: Luis Arce Borja.

5 de junio de 2016

Las elecciones en Perú, tanto la primera vuelta (10 de abril de 2016) y la segunda (5 de junio 2016), constituyen una estafa organizada desde el Estado. Históricamente el sistema electoral peruano, es ilegal y no se ajusta al espíritu de justicia y democrático del pueblo. Su ilegalidad se relaciona a una clase política, y a un poder judicial altamente corrompido. Todos los partidos políticos en Perú, tanto de “izquierda” como de derecha, están involucrados en este sistema mafioso. Por ejemplo, Alberto Fujimori, actualmente en prisión, fue elegido presidente del país en 1990, con el apoyo electoral y político de lo que en Perú se denomina “izquierda” que decía de Fujimori, el “chinito del pueblo”.

En el sistema electoral peruano, no hay límites para ser candidato presidencial o parlamentario. En épocas de carnaval electoral, bandidos, estafadores, bribones, narcotraficantes, y cualquier delincuente común crea su “frente electoral” y queda listo para alcanzar la más alta magistratura del país. Las leyes actuales y la constitucion permiten que cualquier criminal y ladrón, puede ser candidato electoral, incluso llegar a ser presidente. Un ejemplo de ello, es que hay varios partidos políticos cuyos representantes en el parlamento están acusados de narcotraficante. Un informe del propio parlamento del 2015, señala que la “penetración del narcotráfico en la política peruana es creciente”. Muchas publicaciones hablan, con mucha razón del narco Estado Peruano. En setiembre de 2016), la periodista Giovanna Castañeda, anotó “que las redes del narcotráfico habían penetrado las paredes del Congreso peruano”. En el 2014, el analista Jaime Antezana decía que : “hay 14 congresistas vinculados al narcotráfico”.

En los últimos 30 años se han sucedido en el poder, civiles o militares acusados de haber delinquido, asesinado y robado. Muchos casos ilustran este fenómeno típico del Perú. El caso más reciente es el caso Ollanta Humala, actual presidente de este país. Este militar en retiro, inicio su carrera presidencial en el 2006, pero en esta fecha ya estaba acusado penalmente de haber secuestrado, torturado y asesinados a diferentes ciudadanos peruanos durante el gobierno de Alberto Fujimori. Fueron las fuerzas armadas en complicidad con el poder judicial las que se encargaron de “limpiar” el terreno y dejar sin sanción a este militar.

Otro de los casos es Alan García Pérez. Este fue presidente entre 1985-1990 (también apoyado por la izquierda. Durante su periodo presidencial hundió al Perú en una abominable corrupción. Desde palacio de gobierno se formaron grupos paramilitares para liquidar enemigos políticos. García ordenó el genocidio de 300 prisioneros de guerra en el 1986. Desde su gobierno se dio directivas para asesinar abogados, campesinos, estudiantes, trabajadores, etc. Pero nada impidió que entre el 2006-2011 fuera nuevamente presidente del Peru, y que en abril de este año (primera vuelta) se presentara como candidato presidencial. Alejandro Toledo, es otro caso, también presidente (2001-2006) con el apoyo de la izquierda legal. Este ex presidente está acusado en el poder judicial de corrupción y haberse enriquecido ilícitamente desde el Estado. Ninguna acusación fue un escollo para que en abril fuera nuevamente candidato presidencial.

Ni Verónica Mendoza, una mujer que se presentó en las últimas elecciones como inocente candidata de la “izquierda peruana”, puede ponerse al margen de la corrupción oficial del Perú. Ella es producto del “nacionalismo” de Ollanta Humala y Nadina Heredia, esposa del presidente y acusada actualmente de graves delitos de corrupción (Venta de influencia y blanqueo de millones de dólares). La señora Mendoza se ligó políticamente al militar Humala, cuando ya se habían hecho públicas una serie de denuncias contra este militar. En este periodo se sabía que Humala era un turbio personaje que se reunía clandestinamente con grandes empresarios mineros y la embajada norteamericana en Lima. Ninguna de estas denuncias públicas hizo cambiar de opinión y la admiración de Verónica Mendoza por Ollanta Humala. Claro gracias a su compromiso con este militar, ella fue elegida parlamentaria del Partido Nacionalista Peruano (PNP) que lideraba Humala y su mujer.

¿Keiko Fujimori y Pablo Kuczynski?

El Perú no tiene nada que elegir entre los dos candidatos a la presidencia. Tanto Keiko Fujimori como Kuczynski, están en carrera presidencial gracias a las leyes corrompidas del Perú. Estos dos candidatos deberían estar en la cárcel y no a punto de ser presidente.

La hija de Fujimori, tiene varias acusaciones en su contra. Una de ella es que fue la “primera dama” de un presidente criminal, corrupto que salió huyendo del Perú y que actualmente cumple una sanción penal en una cárcel de Lima. Es acusada también de haber estudiado en Estados Unidos con dólares que Fujimori y Vladimiro Montesinos recolectaban del narcotráfico. Es sindicada de haber recibido dinero (para su campaña electoral) de grupos mafiosos en Perú. Así diversos diarios de Lima publicaron que entre sus mecenas estaba la empresa Central Media SAC, y Antalsis, dos empresas vinculadas a personajes mafiosos buscados por la policía o en prisión.
Diversos medios peruanos han denunciado el vínculo del narcotráfico y Keiko Fujimori. Por ejemplo, un medio ha escrito que el “fujimorista Joaquín Ramírez, aparte de congresista es el secretario general de Fuerza Popular, y además el financista del grupo de Keiko Fujimori”. (Periodista Giovanna Castañeda). Joaquín Ramírez, dice esta periodista, “La fiscalía de la Nación lo acusa de usar sus 19 empresas para blanquar dinero del narcotráfico”.
Pablo Kuczynski es un antiguo personaje de la derecha peruana. Tiene 77 años a cuestas, y más de la mitad de ello la utilizó para servir a los grupos de poder del Perú y norteamericanos. En la década del 60 fue gerente del Banco Central. Entre 1980 y 1982 fue ministro de Fernando Belaunde, un personaje ligado a los terratenientes y grupos de poder de los EE.UU. Pablo Kuczynski, es acusado de haber dejado sacar clandestinamente y en forma ilegal más de 100 millones de dólares de la actualidad a la empresa americana International Petroleum Company que fue expropiada en octubre del 1968 por un gobierno militar. En el 2001 fue ministro de economía del gobierno de Alejandro Toledo, y en el 2005 es presidente del consejo de ministros de este mismo gobierno. De este periodo existen acusaciones (incompatibilidad de funciones y corrupción) contra Kuczynski por haber usado su cargo ministerial para facilitar grandes negocios entre el Estado y empresas privadas en la cual era alto ejecutivo.

Otra acusación contra este candidato es su vinculación con Francisco Javier Pardo Mesones, ex militante del frente electoral de Alberto Fujimori (Cambio 90), actualmente acusado en el escándalo The Panama Papers, en la que lo descubren en una red triangular de empresas que fabrican, ficticiamente o en verdad pasaportes para Cuba y Venezuela, cuyas millonarias ganancias van a los paraísos fiscales. “Me es grato presentar al señor Francisco Pardo Mesones, quien es un viejo conocido mío, hombre honorable y conocido en el Perú”, escribió Kuczysnki en junio del año 2006 cuando era presidente del Consejo de Ministros peruano.

Kuczynski, como todos los políticos mafiosos del Perú, cuenta con su propia ONG. Esta se llama Agualimpia y es financiada por el Banco Mundial,la Union Europea, el banco interemaericano y diversas empresas transnacionales mineras y empresas privadas del Peru. Por ejemplo, la ONG del candidato presidencial, recibe dinero de Minera Barrick, transnacional canadinse afincada en peru en la explotación de oro. También recibe dinero de la americana Southern Copper, de la minera Cerro Verde y hasta de la transnacional Coca Cola.

En conclusión, votar es dejarse estafar una vez más. No votar es un acto de patriotismo, de dignidad y ética personal. Ir a las urnas como carneros es avalar, legalizar, un instrumento electoral fuera de la ley. Votar por uno u otro candidato, no cambia absolutamente nada para los pobres y el pueblo. De una u otra forma, se impondrá, la misma forma de gobierno que rige desde hace ciento de años. Con Keiko Fujimori o Pablo Kuczynski, la corrupción seguirá haciendo estragos la moral del Perú, y la pobreza, la desocupación, la desigualdad, seguirán imperecederas como látigos malditos en la espalda del pueblo.