3 de noviembre de 2024

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ALANHUILCA Y LA DIARREA DE LOS “COMUNISTAS” PERUANOS

Por: Gabriel Adrián.

17 de enero de 2013

Freddy León, miembro del “comité central” del ‘partido comunista peruano” ha intentado responder al articulo titulado ¿PEDRO HUILCA MÁRTIR O UN APRISTA RECICLADO EN HEROE?, de Luis Arce Borja.

La diarrea de Freddy Leon es evidente y desde el titulo de su nota de insultos (“Arce Borja: La voz de la cloaca”) deja en evidencia que el articulo de El Diario Internacional respecto a ‘Alanhuilca” (Pedro Huilca) fue como una patada directa donde mas duele. Freddy León no se restringió en enviarnos una copia de su jugosa “respuesta”. Entonces por qué privar a nuestro fieles y queridos lectores de esta pieza-monologo que responde pero que no responde a nada. .

León no ahorra epítetos para insultar al autor de la nota, pero sin embargo no logra refutar ninguno de los argumentos presentados por Arce Borja donde señala que Huilca puede ser un “héroe” del APRA pero no de la clase obrera peruana.

La respuesta de este dirigente del “partido comunista peruano”, hace ver que este grupo, no solamente ha perdido cualquier indicio de rumbo político, sino que ha perdido hasta el más mínimo razonamiento político. Da la impresión que desde que los rusos le cortaron la mamadera son estériles hasta para responder un simple articulo. Lastima de “partido comunista” su nivel político es para llorar y refleja el decadente medio político peruano, en cuyo escenario Keiko Fujimori y ollanta Humala son los principales personajes del medio oficial.

Freddy León y su vomito de insultos corresponde a la escuela del fujimorismo que este partido sostuvo en 1990. Pero corresponde también al ejemplo que recibieron de Alan García Pérez cuando en 1985 lo sostuvieron para que llegue a la presidencia del Perú. Podría ser también que ahora expresan lo que copiaron del borrachín Toledo cuando lo aplaudían como el presidente cholo del Perú. Y quizás también ahora aplican lo que bebieron como enseñaza cuando se colgados a la cola del comandante Ollanta Humala para decir que este militar era la reencarnación del dictador Velasco Alvarado a quienes ellos apoyaron “sin rumores ni murmuraciones”.

Estos “comunistas” no dicen absolutamente nada sobre el verdadero origen del apelativo que la prensa peruana le había puesto a Pedro Huilca, llamándolo simplemente “Alanhuilca” en merito a su compadrazgo con Alan García y el Partido Aprista.

León afirma que Sendero Luminoso habría, al atribuirse la autoría de la muerte de Huilca, contribuido a crear confusión en torno a este hecho y a encubrir a los verdaderos autores que fueron miembros del Grupo Colina bajo del mando de Fujimori. Todo lo que se pueda decir al respecto queda en el ámbito de las hipótesis. Lo más probable es que tal afirmación que aparentemente venía de Sendero Luminoso se haya debido a que esta organización también había calculado ejecutar a Huilca. Los cargos para esta sentencia eran que Huilca era un “vendeobrero” y que delataba a los trabajadores simpatizantes de esta organización subversiva.

Tal declaratoria de autoría de Sendero Luminoso sobre la muerte de Huilca encontraba el asidero en que numerosos compañeros de base del gremio de construcción civil habían denunciado que Huilca delataba a supuestos miembros de la guerrilla maoísta que acababan siendo encarcelados o muertos. Sendero Luminoso respondía a tales delaciones con la ejecución. La guerrilla sostenía en aquellas épocas que la delación era una acción militar y, como tal, se le daba una respuesta militar. Como en el caso de María Elena Moyano. Según Sendero Luminoso Moyano no fue muerta por haber sido crítica con Sendero Luminoso o por que militaba en izquierda unida, sino porque trabajaba con la policía y el Ejército en la organización de rondas urbanas contra las guerrillas y había delatado a varios pobladores que fueron asesinados y detenidos por las fuerzas represivas. Asi el apelativo de “Madre Coraje” no provino de las bases de Villa El Salvador, sino mas bien de la revista Caretas y sobre todo del diario Expreso que en la época estaba financiado por el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) que dirigía Vladimiro Montesinos.

León afirma que si Huilca era “vendeobrero” entonces porque fue muerto por el régimen de Fujimori. Arce Borja argumenta, sin embargo, que Huilca apoyaba la figura de García Pérez que podría convertirse en una piedra en el zapato para el régimen de Fujimori. Además, no fue Sendero Luminoso ni el Diario los que pusieron en alerta a los trabajadores del juego electoral de Huilca a favor de García. Fue la revista SI y otros medios de comunicación de Lima los que publicaron notas y entrevistas en las que pusieron en evidencia la combinación electoral entre Huilca y Alan García en perspectivas de las elecciones generales de 1995. Y fueron estos mismos medios de comunicación los que alertaron las ambiciones de Huilca de subastar la CGTP y la Federación de Construcción Civil bajo el propósito de servir una vez mas al prontuariado y prófugo García Pérez.

También pregunta León que si Huilca fue un filoaprista porque García Pérez no le erigió un monumento. Esto demuestra sólo la ingratitud de García para con un dirigente sindical que estuvo a sus servicios y nada más. Huilca no era un militante oficial del APRA y a éste no le interesa levantarlo. Pero si hay que reconocer que fue Alan García y el APRA los que sostuvieron y apoyaron económicamente a la familia de Huilca antes instancias internacionales y en el poder judicial peruano. Y ha sido el APRA que estuvo detrás de todas las gestiones políticas y jurídicas de la viuda de Huilca, aprista ella también.

El pobre León, “destacado” dirigente del “partido comunista peruano” no da respuesta a ninguno de los datos y argumentos vertidos por Arce Borja para desenmascarar a Huilca como un aliado del APRA y del sindicalismo maniobrero del Perú. León se calla la boca, sobre la soledad de masas en el homenaje al “héroe” Huilca, y no explica por que la CGTP y el mismo Huilca que era su máximo dirigente nunca denunciaron al gobierno aprista por el asesinato del valeroso dirigente minero Saul Cantoral asesinado justamente por el comando “Rodrigo Franco” que había organizado Alan García cuando era presidente y contaba con el apoyo de Huilca. La familia de Cantoral, no tan afortunada como la familia aprista de Huilca, hasta ahora no logra ningún tipo de justicia por este crimen en el que Alan García Pérez es el principal responsable.

Aquí la nota de respuesta del partido comunista peruano (ex pro soviético).

ARCE BORJA: LA VOZ DE LA CLOACA

Domingo 06 de Enero de 2013.

Por Fredy León.

No es la primera vez que el ladino individuo de Arce Borja, el charlatán que fungió como vocero senderista, y que en su momento celebró y reivindicó el vil asesinato de Pedro Huilca Tecse, enfile nuevamente su odio ponzoñoso contra la memoria del histórico dirigente cusqueño. Y tampoco es casual que mientras el fujimontesinismo -responsable directo del asesinato de Pedro Huilca Tecse-, tal vez por algo de pudor y mucho de oportunismo, mantenga silencio sepulcral al respecto; sea precisamente Arce Borja quien se dedique a esta sucia tarea, y con la torpeza que lo caracteriza, recurra nuevamente a su maltrecho arsenal de calumnias para buscar las inmorales y grotescas justificaciones de este repudiable crimen, ordenado por Fujimori y celebrado por las huestes senderistas.

Con esa actitud, Arce Borja lo único que hace es confirmar otra vez más la estrecha comunión de intereses que existió entre lo más pérfido del corrupto régimen fujimontesinista, con las desquiciadas ideas y acciones terroristas desarrolladas por Sendero Luminoso para intentar destruir al movimiento popular, a la CGTP y al Partido Comunista Peruano.

La pista falsa

Inmediatamente después del horrendo crimen de Pedro Huilca, Alberto Fujimori responsabilizó a SL como autor de ese atentado. Esta versión fue entusiastamente respaldada por el pasquín senderista El Diario, que en una edición especial aparecido en enero de 1993, publicó la nota donde Sendero Luminoso reivindicó la autoría del atentado criminal contra Pedro Huilca:

“La ejecución del vendeobreros Huilca —realizado por un contingente del Ejército Popular de Liberación del Partido Comunista del Perú, que jefatura el querido y respetado Presidente Gonzalo— cumplió las exigencias y demandas de la clase obrera, en especial de las bases de Construcción Civil, quienes han sufrido en carne propia las traiciones de este verdugo revisionista”. (El Diario, N° 625, edición correspondiente a diciembre 1992- enero 1993)

Al poco tiempo, la policía procedió a capturar a un supuesto comando senderista y lo presentó como los responsables del atentado criminal que costó la vida de Pedro Huilca. Ninguno de estos infelices individuos pudo ser reconocido por la esposa e hijas de Pedro Huilca, quienes tuvieron la desgracia de ser testigos presenciales de su asesinato, como los autores materiales del crimen. Sin embargo, en 1993 estos sujetos fueron expeditamente condenados a cadena perpetua por el Fuero Militar. Posteriormente, algunos de ellos fueron puestos en libertad, debido a que el proceso seguido ante el Fuero Militar fue anulado por la Sala Nacional de Terrorismo el 2003.

En abril de 1997, cinco años después del crimen y cuando el régimen fujimontesinista mostraba signos de debilitamiento, el General en retiro Roberto Robles hizo pública una carta en la cual un agente de inteligencia del Ejército –Mesmer Carles Talledo- señalaba que el asesinato de Huilca había sido cometido por el grupo Colina y ordenado por el propio presidente Alberto Fujimori. Con esta revelación volvió a recobrar fuerza una hipótesis que siempre hemos defendido, y que en su momento fue expuesta tanto por los familiares de Pedro Huilca, como por la CGTP y el Partido.

“No es Sendero ni el MRTA, esa no es la mano que ha matado a Pedro Huilca, es el gobierno hambreador de Fujimori que ha mandado a sus sicarios a quitarle la vida a mi esposo”. (Declaraciones de Martha Flores vd. de Huilca)

Lamentablemente, a pesar de toda la lucha, el esfuerzo y sacrificio realizado principalmente por la esposa e hijos del camarada Pedro Huilca, el régimen fujimontesinista utilizo todo su poder para encubrir el asesinato de Pedro Huilca, y por ese motivo nunca fue posible desentrañar la verdad sobre la autoría del asesinato del líder de los trabajadores peruano y encontrar a los asesinos. Algo muy común en nuestra patria, en donde los criminales, corruptos y compinches actúan encubiertos por una siniestra maquinaria que promueve la impunidad. Sin embargo con las pruebas y testimonios recabados, todos los indicios apuntalan a Fujimori y el grupo Colina como los autores del asesinato de Pedro Huilca, pues hasta el mismo Abimael Guzmán (si su palabra vale algo) en declaraciones recogidas por la Comisión de Verdad y Reconciliación señaló que “no tenemos nada que ver, ni responsabilidad de tipo alguno”.

Sendero Luminoso, en este caso concreto, cumplió con creces su labor confusionista y distorsionadora típico de las organizaciones quintacolumnistas, al prestarse al juego y servir como la perfecta coartada utilizada por Fujimori para ocultar su responsabilidad en el asesinato del dirigente comunista. Por ese motivo, me imagino que SL debe sentirse más que satisfecho. Sirvieron como la excusa perfecta para encubrir los crímenes del grupo Colina, y no solo eso, sino como las aves de carroña se disputaron la autoría del crimen de Pedro Huilca.

De ahí que Arce Borja en su mamotreto publicado con el único pretexto de intentar mancillar la memoria de Pedro Huilca* se regocija de la labor encubridora que desempeño SL con respecto al asesinato de Pedro Huilca, y como una alimaña, se arrastra bajo las mismas argucias diseminadas por los verdaderos asesinos al mencionar lacónicamente que Pedro Huilca “fue liquidado por un grupo armado”. Arce Borja, el mismo que en su momento celebró el crimen perpetrado contra Pedro Huilca y jubilosamente afirmó que SL había ejecutado esa acción, 20 años después no tiene la mínima valentía moral para condenar ese abyecto crimen, y tampoco para atreverse a señalar a los verdaderos responsables. Se contenta con seguir jugando su papel de encubridor y provocador de baja estirpe.

¿Si Pedro Huilca era un “dirigente vendeobrero” -como gusta decir a Arce Borja-, entonces qué sentido tenía que Fujimori ordene su asesinato? Esa falacia promovida por SL, y que Arce Borja sigue repitiendo como una cacatúa desquiciada, sirvió justamente como coartada para que Fujimori defendiera su inocencia y vendiera la idea de que SL era el responsable del asesinato de Huilca.

¿Si Pedro Huilca era un “aprista reciclado” –como estúpidamente afirma Arce Borja-, entonces porque Alan García durante su segundo gobierno no cumplió con la recomendación expuesta por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y construyó el monumento a la memoria del destacado líder sindical? No nos interesa lo que hoy puedan declarar los dirigentes apristas, y que oportunistamente Arce Borja los defiende sin dudas ni murmuraciones. Los hechos son mucho más elocuentes que el cinismo y la insolencia mostrada por la cúpula aprista, que luego de fracasar estrepitosamente en su infame intento de oponerse a la construcción del monumento a Pedro Huilca, al final no les quedó más remedio que aceptar la valiente decisión defendida con mucha entereza por la Alcaldesa de Lima, Susana Villarán. Pero eso sí, fiel a su estilo, Arce Borja calla oportunistamente y no menciona las innumerables declaraciones vertidas por los dirigentes apristas oponiéndose tajantemente a la construcción del monumento a Pedro Huilca.

¿Si la CGTP es “un cascaron” –como alucina Arce Borja- quién se acuerda del fantasmal Movimiento de Obreros y Trabajadores Clasistas, entusiastamente impulsado por el senderismo para ser utilizado como fuerza provocadora y divisionista del movimiento sindical, y que no paso de ser un insignificante montón de siglas que desapareció tal como surgió?

Arce Borja se pasa repitiendo los mismos argumentos de quienes promueven la impunidad para los asesinos, corruptos y encubridores, sembrando confusionismo y buscando deliberadamente lavar la imagen de Fujimori, que justamente pretende eludir su responsabilidad política como promotor del grupo paramilitar Colina, negando los crímenes perpetrados por esta agrupación criminal dirigida por Alberto Fujimori y Vladimir Montesinos.

Solo una mente putrefacta puede a estas alturas seguir hablando en términos generales sobre “un grupo armado”, y utilizar las mismas calumnias sostenidas por SL como argumento político para justificar el asesinato de Pedro Huilca. Y esa es justamente la labor que desarrolla Arce Borja en su odio contra Pedro Huilca, contra la CGTP y contra el Partido Comunista; por eso que cuando se trata de un hecho concreto, el vil asesinato de Pedro Huilca Tecse, y surge un imbécil que se esconde bajo el eufemismo y solo atina a hablar de “grupos armados”, eso lo hace a sabiendas para ocultar e impedir que la verdad salga a flote, para que la impunidad siga reinando en nuestro país; en donde casualmente, tanto el fujimontesinismo como el senderismo se han lanzado a un campaña promoviendo la amnistía y el indulto para los criminales.

La soledad del charlatán

En su irracional odio contra Pedro Huilca, contra la CGTP y contra el Partido Comunista, Arce Borja, exteriorizando sus miedos, frustraciones y mediocridades, pretende distorsionar la realidad, y por eso le duele en el alma que luego de 20 años de lucha indesmayable, finalmente la Municipalidad de Lima, bajo la conducción de Susana Villarán, haya cumplido con rendir el homenaje público a la memoria del histórico dirigente del andamio. Si de soledad se trata, haría mucho mejor Arce Borja en preocuparse de su propia soledad, en saber que en su ineludible viaje final está irremediablemente condenado a cargar su propio féretro. Mientras que Arce Borja es un cadáver insepulto; la memoria, el recuerdo y el ejemplo de Pedro Huilca se mantiene invito.

20 años es mucho tiempo, pero eso no ha sido óbice para mellar el recuerdo de una vida ejemplar, de un obrero del andamio, constructor de sueños, luchador consecuente, revolucionario a carta cabal, comunista convicto y confeso, un obrero convertido en dirigente de la talla histórica de Emiliano Huamantica e Isidoro Gamarra, líderes sindicales forjados en duros años de batalla como militantes del Partido Comunista Peruano.

La voz de la cloaca

Pero el odio siempre nubla la razón, obnubila el pensamiento y no permite distinguir la verdad de los hechos. Y movido por ese odio Arce Borja sostiene cada estupidez que pone en duda su capacidad mental.

No hace mucho, Arce Borja publico otro mamotreto en donde despotricaba del Partido Comunista por supuestamente haberse “vendido al gobierno de Alberto Fujimori” (“Dinero, sometimiento y corrupción en el Partido Comunista Peruano”) Pero ahora en este caso, resulta que esa perogrullada ya no le sirve a Arce Borja, y por lo tanto como buen caradura que es saca de su chistera otra lindura, y como ya nos tiene acostumbrado, con una simpleza que raya en lo absurdo, trata de vender la imagen de Pedro Huilca como filoaprista. ¡Ya no es Fujimori a quien supuestamente apoyaba el Partido Comunista, sino es Alan García!

Esa es la catadura moral de Arce Borja. Para denigrar a Jorge del Prado se inventó el órdago del sometimiento del Partido Comunista a los designios de Fujimori; pero como esa atorrante idea no funciona con respecto a Pedro Huilca, asesinado precisamente por orden expresa de Fujimori, ahí utiliza el cuento de Pedro Huilca, el militante del Partido Comunista y dirigente obrero, como filoaprista. ¡Ni Maquiavelo pudo haberlo hecho mejor!

Con la torpeza y falta de inteligencia que lo caracteriza, Arce Borja se mueve en lo superficial. En su mente no existe espacio para intentar entender el proceso político peruano. Su visión de la política está totalmente contaminada por un sectarismo visceral, en donde él y solo él, dice poseer el monopolio de la verdad absoluta. ¡Imagínense, tanta sabiduría y mostrarse a la vez tan incapaz para poder construir algo!

Para consuelo de tan desdichado personaje, como en el cuento de navidad de Dickens, no necesitamos rebatir sus elucubraciones, de eso se ocupan sus propios espectros de su pasado senderista, quienes se burlan socarronamente de su miserable existencia y desmienten una y otra vez sus jocosas ocurrencias. Debe ser triste la sobrevivencia de Arce Borja: condenado al ostracismo y el olvido absoluto.

El mamotreto escrito por Arce Borja contra Pedro Huilca demuestra la real catadura de un insignificante personaje que no tiene ninguna responsabilidad política, que muestra el total irrespeto por la verdad histórica, que lo único que hace es utilizar la mentira y la calumnia, que se dedica a presentar los hechos anecdóticos –como por ejemplo la ubicación del monumento de Pedro Huilca- y magnificarlos como si fuera lo esencial, y que en el colmo de su ausencia total de principios, tiene el cinismo y la bajeza de manipular groseramente las duras peripecias vividas por Martha Flores, la compañera de Pedro Huilca, que tuvo la dolorosa experiencia de haber sido testigo impotente de la cruel forma como su compañero caía asesinado delante de ella; y que a partir de ese hecho doloroso, tuvo que sobreponerse y librar una injusta, dura, desigual y prolongada batalla contra la dictadura fujimontesinista, por tratar de descubrir la verdad y llevar a los asesinos de Pedro Huilca ante la justicia.

Martha Flores, a diferencia de Arce Borja que cogió sus bártulos y algo más y corrió a asilarse en Bélgica, a pesar de los graves peligros que su vida corría no se refugió en ninguna Embajada. Ella tuvo el coraje y el valor de sobrellevar su dolor y enfrentar con toda entereza a una de las dictaduras más cínicas y perversas que asesino y corrompió. Martha Flores tuvo también que luchar para que el olvido y la campaña difamatoria de los pequeños “montesinos” que desde las cloacas surgieron a montones, no consigan su objetivo de mancillar la honra y la memoria de Pedro Huilca, y que sin lugar a dudas, constituye el legado político más importante, y por lo cual el movimiento sindical peruano lo reconoce como a uno de sus líderes más importantes y respetados. Un mártir que de seguir vivo hubiera contribuido a cambiar el rumbo del país.

Pero esta es una lucha que continúa, no sólo en el caso de Pedro Huilca, sino también de muchos otros dirigentes sindicales, como Enrique Castilla, asesinado por SL, y que de una forma u otra, también han sido recordados con el develamiento del monumento a Pedro Huilca. Un monumento que se erige como un homenaje a la clase obrera que no claudicó en su lucha contra la dictadura corrupta y asesina del fujimontesinismo, que no cedió a los chantajes del terrorismo senderista, y que tampoco cesó en su lucha contra las miserias e injusticias del sistema capitalista, pues como bien escribió el camarada Pedro Huilca días antes de ser asesinado “Nos privaron de la libertad muchas veces, pero nunca lograron quitarnos el coraje. Segaron la vida de nuestros mejores hijos, pero seguimos adelante porque el vientre del pueblo es vientre fecundo, y nuevos hijos aparecieron para tomar en sus manos nuestras banderas de lucha”.

Banderas de lucha que la deshonesta, innoble y rastrera campaña de las pequeñas voces que de vez en cuando surgen desde las cloacas nunca podrán mancharla, porque esas banderas están hechas con la sangre honesta y valerosa de hombres como Pedro Huilca, que murieron tal como vivieron: luchando y defendiendo con entereza y coraje los ideales de la clase obrera.

* ¿Pedro Huilca mártir o un aprista reciclado en heroe?, publicado en El Diario Internacional.