7 de octubre de 2023

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LOS TRATADOS DE LIBRE COMERCIO CON ESTADOS UNIDOS.

Por: Oscar UGARTECHE[1]

1ro de julio de 2006

Se ha generado una polémica que amenaza la integración sudamericana dentro del esquema de la Comunidad Sudamericana de Naciones, suma de la Comunidad Andina y el MERCOSUR. La razón de la misma es la inminente firma del TLC con los Estados Unidos de Colombia y el Perú. Debe de recordarse que México (1992), Centro América y República Dominicana (2004), y Chile (2004) ya lo han firmado. La interrogante es cómo le ha ido a México en la década y qué buscan los Estados firmantes en estos acuerdos. Sin duda un tratado de libre comercio es en teoría un acuerdo donde se establecen las reglas para el intercambio de bienes, en principio, con arancel cero. A esto se le agregaron los servicios en la era de la globalización. Lo primero que se ha pactado es convertir la política económica vigente en tratado internacional. Esto es interesante n un momento en que tanto el FMI como el BM están en cuestión por la falta de resultados de crecimiento de las políticas en cuestión y los efectos regresivos que han tenido sobre la distribución del ingreso. Sin embargo los Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos se pactan ahora dentro del marco de la Ronda de Doha de la OMC y dentro del espíritu del ALCA. En todos los casos van más allá de la Ronda de Doha que se recordará que se empantanó por la negativa de los países del Grupo de los 20 en admitir una negociación donde no haya reciprocidad en el tema agrícola: exigen la eliminación de todos los subsidios y restricciones al comercio agrícola pero el G7 mantiene los subsidios y las restricciones al comercio de su sector agrícola que suma 1,000 millones de dólares diarios y que se establece como competencia desleal a los campesinos del tercer mundo. Los TLC latinoamericanos esto lo ha aceptado y pronto el azúcar, arroz, etc, subsidiados por Estados Unidos entrarán a competir con los productores de caña, arroz, etc. sin subsidios de Centro América, República Dominicana, Colombia y el Perú - sí estos dos fueran ratificados-. De esta forma los adherentes a los TLC violentan el espíritu del Grupo de los 20 que incluye a México, Brasil, China, La India, entre los más grandes. Adicionalmente se ha retirado el certificado fitosanitario del comercio agrícola de modo que el exportador estadounidense puede colocar productos en algunos países del exterior que no puede colocar en sus mercados o en los internacionales abiertos, con todas sus consecuencias. A la inversa sigue en vigencia el control fitosanitario de los Estados Unidos. Finalmente el comercio de transgénicos es un parte esencial de esto, sea en semillas o en productos de consumo final. Lo que ha logrado la negociación dividida país por país, siguiendo el espíritu bilateralista del Gobierno de Bush, es que se sienten a la mesa dos economías de diferente tamaño, y negocien como si fueran iguales, con el mismo poder de negociación. Lo primero que han logrado las partes, vencidas las resistencias, es aceptar un tribunal de arbitraje bilateral estadounidense para los casos de conflicto sobre inversión y deuda externa. Esto es una reversión a la doctrina multilateral de todos los países adherentes de Naciones Unidas y antes de la Liga de las Naciones, que han utilizado mecanismos multilaterales de resolución de conflictos de deuda como son el Club de Paris, el Club de Londres, etc. El regreso al bilateralismo de los Estados Unidos recuerda los años de Harding, Coolidge y Hoover en los años 20 que tanto daño le hiciera al sistema internacional. Esta exigencia para los TLC está más allá de lo que plantea la Ronda de Doha de la OMC. Se ha pactado la privatización de los servicios de salud y educación que dejará a los sectores más pobres en las manos del Estado y a los menos pobres lo manda al mercado, con los efectos de esto sobre calidad de los servicios y llegada al gran público. Excepto que las constituciones de gran parte de los Estados Latinoamericanos están inspiradas en la Constitución francesa y consideran que es un deber del Estado brindar los servicios de salud y educación gratuitos a la población en general, sin discriminación. Así mismo, se ha eliminado la protección a la pequeña empresa en las compras del Estado, de forma que empresas de los Estados Unidos podrán entrar en licitaciones en competencia con pequeñas empresas de los países. Adicionalmente, se ha permitido la extensión de las cláusulas de propiedad intelectual sobre marcas y patentes de segundo uso, que no está planteado en Doha. Esto tiene un impacto directo sobre los llamados genéricos producidos luego del vencimiento de las marcas. La diferencia de precio al paciente es al menos de 10 a 1. Para cáncer, VIH/SIDA y enfermedades cardiovasculares este tiene un efecto definitivo sobre la expectativa de vida del paciente pobre y de clase media. Entre los servicios que no habían sido afectados antes con las aperturas económicas están los servicios culturales. Lejos de aceptar la excepción francesa como regla, para permitir la producción auspiciada por el Estado de productos culturales como, cine TV, música, literatura, artes visuales, libros, se abrió este a la competencia internacional. México conservó el papel del estado en este ramo, pero no es el caso del resto de los países.

Lo interesante es la lección aprendida en México, que este 1ro de mayo vio una marcha en los Estados Unidos para la integración de 4 millones de emigrantes ilegales, de un total de 10 millones de emigrantes desde 1994. La primera lección es que la balanza comercial sigue siendo negativa a pesar de haberse multiplicado por 8 las exportaciones desde 1980 en dólares constantes. El esquema de maquila planteado en la zona de frontera abarató la fuerza de trabajo, precarizó el empleo, los salarios casi no han tenido variación, se articuló la producción de la zona a las exportaciones de Estados Unidos y el impacto sobre el PBI mexicano es muy bajo. México perdió la industria que tuvo y la nueva es toda maquiladora sin eslabonamientos dentro del país y con inversiones libres de impuestos a la renta y al valor agregado- en régimen de zona franca-. México tiene el año 2004, según el BM, 13% de ingreso per capita más que en 1980 y su PBI tiene exactamente la misma conducta desde 1994, que el PBI de los Estados Unidos. Se integró la economía y se desplazó a parte de la fuerza de trabajo. La consecuencia es que ahora hay un problema de emigración sustantivo, desde el campo, pero también desde las ciudades de México hacia los Estados Unidos. Los TLC no son acuerdos de integración que incorporan las variables sociales y políticas como la Unión Europea, sino únicamente las comerciales. No incluyen libertad de movimiento de personas sino que restringen la misma a capitales y bienes y servicios.

1980= 100 USD 95
Exports of goods and services (constant 1995 US$)

1980 2002
Argentina 100 331
Bolivia 100 234
Brazil 100 458
Chile 100 315
Colombia 100 500
Ecuador 100 514
Guatemala 100 304
Honduras 100 130
Mexico 100 132
Peru 100 728
100 254
(la fuente de los datos es el Banco Mundial) Al final no han quedado sino pocos bancos comerciales de capital mexicano, las cadenas de supermercados fueron compradas por las empresas estadounidenses y los productos dentro de las mismas se importan en gran medida. Se transformó y se redujo de manera importante la industria agro alimenticia nacional, al mismo tiempo que el campo debe de competir con importaciones subsidiadas. El resultado es un despoblamiento acelerado del campo, la otra cara de las emigraciones. Los gobiernos latinoamericanos se salieron de los esquemas de integración paritarios de la CAN (Andina) y de la SIECA (Centroamericana) para buscar llegar al TLC con los Estados Unidos porque han sido presionados desde Washington, pero además, porque creen que la apertura del mercado de los Estados Unidos en igualdad de condiciones va a beneficiarlos. Que esto se haga fuera del marco multilateral, que el marco multilateral no haya avanzado por al falta de reciprocidad de los términos negociados, etc., parece ser menos importante que la expectativa de un mercado mayor para el momento del fin del ATPEA (Ley de Promoción Comercial Andina y Erradicación de Drogas de los Estados Unidos) en diciembre de 2006. La amenaza de Washington fue que o se firmaba un TLC o se perdían los beneficios del ATPEA. Al final, Washington está logrando el ALCA en negociaciones bilaterales y ha logrado dividir a los gobiernos latinoamericanos una vez más. Los países del MERCOSUR siguen su curso y buscan la salida al Pacifico en un esquema de integración físico, se establece una red de distribución de petróleo venezolano hasta la Argentina y pronto una red de distribución de gas Boliviano, pero en la costa pacifica, la integración no es entre los países sino con el vecino país del norte. Finalmente debe de repararse que desde las aperturas comerciales de hace década y media, hoy las balanzas de pagos están sostenidas por remesas de trabajadores emigrantes y no por los flujos comerciales positivos, con la excepción de Chile y Costa Rica. La interrogante es porqué no tienen las exportaciones eslabonamientos internos. Primero porque sus insumos son importados, se eslabonan con otra economías y no con la propia. Segundo, porque pagan pocos impùestos, tercero porque pagan pocos salarios. A todas luces para México, el unico con experiencia en TLC con USA de más de una década, su aparato productivo interno se deseslabonó y quebró a cambio de su articulación más fuerte con su vecino del norte. POr eso ahora las remesas bancan su balanza de pagos de forma sustantiva. México DF, mayo de 2006

[1] Investigador titular. Toda correspondencia a ugarteche@iiec.unam.mx [2] Profesor titular. Miembro de la Academia Mexicana de las Ciencias. Toda correspondencia a aroche@servidor.unam.mx