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EL INFAME PUNTAPIÉ. ALAN GARCIA ES UN DEMENTE
(Peru Newsreview). Como dijo a “Caretas” el doctor Carlos Bromley Coloma, médico psiquiatra y ex director adjunto del Hospital Larco Herrera: “El que es maníaco lo es en su casa, en Palacio o en la calle. Son trastornos evidenciables..” García Pérez aplica un puntapie por la espalda a un acompañante en la marcha por el paro nacional en Perú. La “patadita” es una expresión de irritación extrema, síntoma de la psicosis maníaco-depresiva.
¿Cuál es la primera declaración de un psiquiatra sobre la enfermedad maníaco-depresiva que afecta a García Pérez?
En mayo de 2001, a través de una entrevista propalada en el programa de televisión del periodista Beto Ortiz, el psiquiatra Horacio Estabridis reconoció que diagnosticó aGarcía Pérez con psicosis maníaco-depresiva (PMD) en 1979.
El psiquiatra explicó que, usualmente, a los pacientes de PMD se les administra “450 miligramos de carbonato de litio, tres veces al día, de treinta a cuarenta días, hasta que se calme el flujo de ideas en el cerebro.” Con el fin de aplicar el tratamiento, García fue internado en la desaparecida clínica Virgen del Carmen de la ciudad de Lima.
En la entrevista, Estabridis agregó una observación interesante: “Hay que ver los discursos que (García) se manda. Eso sólo lo puede hacer un maníaco...”
Respondiendo a las anteriores declaraciones, García Pérez reconoció que fue atendido por el psiquiatra Estabridis.
¿Existe alguna otra declaración médica respecto al diagnóstico de psicosis maníaco-depresiva de García Pérez?
El 10 de mayo de 2001, el número 1669 de la revista Caretas publicó el testimonio de un profesional a quien calificó como “connotado psiquiatra”, que confirmó la versión del psiquiatra Estabridis. El personaje aseguró que García estuvo internado en la clínica Virgen del Carmen entre cinco y seis semanas y recibió cura de sueño. El diagnóstico en ese entonces fue “psicosis esquizoafectiva, en su variante depresión recurrente, con síntomas paranoides.”
Caretas mantuvo (y mantiene) en secreto la identidad del especialista, por razones que la revista calificó de “obvias”. Puede leerse la nota de Caretas en el siguiente sitio Web:
Y a todo esto, ¿qué es la psicosis maníaco-depresiva?
La psicosis maníaco-depresiva es un trastorno cerebral que afecta la estructura de la personalidad del enfermo, generando cambios súbitos e inusuales en su estado de ánimo, energía, y capacidad para desenvolverse en la sociedad.
El enfermo de PMD presenta, en forma alternada, fases maníacas (del griego manía, locura) y fases de depresión, entre las cuales puede existir una etapa de normalidad. Por oscilar entre estos dos extremos, la psicosis maníaco-depresiva también es denominada trastorno bipolar.
¿Cuáles son los síntomas de la psicosis maníaco-depresiva en la fase maníaca?
Los principales síntomas que caracterizan a la PMD en su fase maníaca son los siguientes:
1) Estado de ánimo anormal, muy exaltado, extremadamente irritable y/o eufórico.
2) Agitación demostrada en el aumento de la actividad motora intencionada y la elevada inquietud física.
Comportamiento incansable.
3) Creencia del enfermo que el peligro no existe para él. Por ello, quien padece PMD practica sin temor actividades placenteras de alto riesgo. Por ejemplo, puede realizar gastos excesivos (efectuando compras, realizando inversiones, etc.) o puede implicarse en frecuentes y múltiples indiscreciones sexuales.
4) Verborrea: tendencia a hablar aceleradamente y más de lo que es habitual. Fuga de ideas, muchas veces sin mayor conexión entre ellas.
5) Creencia no realista en la capacidad y en el potencial propio. Aumento de la autoestima personal, llegando a la exageración.
6) Comportamiento signado por la agresividad, la provocación, y la intervención constante en todo asunto que se crea conveniente.
7) Negación de la enfermedad. El paciente no acepta padecer PMD. Explica que sus afecciones obedecen a otras causas, distintas a la enfermedad mental.
8) Disminución de la necesidad de dormir.
9) Ocurrencia de delirios o alucinaciones.
10) Funcionamiento anormal de la glándula tiroides.
11) Tendencia a la ingesta excesiva de alimentos.
12) Abuso del alcohol y las pastillas para dormir.
¿Cuáles son los síntomas de la psicosis maníaco-depresiva en la fase depresiva?
La etapa depresiva de la PMD se manifiesta en los siguientes síntomas:
1) Estado general de tristeza, pesimismo y desesperanza.
2) Disminución de la vitalidad, reducción de la actividad psicomotora y fatiga. El enfermo se retrae drásticamente. No quiere ver ni hablar con nadie.
3) Estado de inhibición de ideas. Imposibilidad de concentrarse adecuadamente.
4) Dificultad para tomar decisiones.
5) Fácil de distraerse. La atención se desvía hacia estímulos externos irrelevantes.
6) Dificultad para recordar.
7) Dormir mucho o no dormir nada.
Agitación, aumento de la actividad motora intencionada y elevada inquietud física: síntomas del trastorno bipolar.
¿Es la psicosis maníaco-depresiva una enfermedad curable?
Actualmente, la psicosis maníaco-depresiva no tiene cura. Es una enfermedad recurrente, de largo plazo, que acompaña al enfermo por toda su vida. Por tanto, si García Pérez fue diagnosticado con psicosis maníaco-depresiva en 1979, ese diagnóstico sigue vigente en 2007.
Al presente, lo único que puede hacerse con la psicosis maníaco-depresiva es tratarla. La atención psiquiátrica apropiada puede ayudar a reducir la frecuencia y la severidad de los episodios maníacos y depresivos. Sin embargo, no puede eliminar su ocurrencia.
Estado de ánimo anormal y muy exaltado, característico de la psicosis maníaco-depresiva, puede observarse en este curioso “baile del teteo” protagonizado por García Pérez.
¿Cuál es el cuidado que requiere un enfermo de PMD?
La psicosis maníaco-depresiva exige la mejor atención psiquiátrica y cuidado médico disponibles, en forma inmediata y permanente.
Los medicamentos más usados para tratar la PMD son los clasificados como “estabilizadores del estado de ánimo”. Entre ellos debe mencionarse el litio, medicina altamente efectiva para controlar episodios maníacos y para prevenir su recurrencia y la ocurrencia de depresiones.
Medicamentos originalmente usados contra las convulsiones también se recetan como “estabilizadores del estado de ánimo”. Entre ellos puede señalarse el valproate (Depakote) y el carbamazepine (Tegretol).
Asimismo, la atención de la psicosis maníaco-depresiva puede incluir tratamientos psicosociales, incluyendo ciertas formas de psicoterapia.
¿Debe el Poder Ejecutivo informar sobre la condición mental de García Pérez?
Sí, particularmente después de observar el comportamiento de AGP en relación al terremoto del 24 de agosto de 2007 y al caso de los patrulleros chinos. Palacio de Gobierno debe informar al país sobre la enfermedad que aqueja a García Pérez, sobre su evolución y más importantes episodios maníacos y depresivos, y sobre el tratamiento recibido en los últimos treinta años.
Verborrea y amontonamiento de palabras. Como dijo el doctor Estabridis: “Hay que ver los discursos que se manda. Eso sólo lo puede hacer un maníaco...”
¿Cómo afecta la enfermedad maníaco-depresiva el desempeño de las funciones del presidente de la república?
Tanto la fase maníaca como la etapa depresiva de la PMD generan en el enfermo conductas irracionales y situaciones de inestabilidad incompatibles con las elevadas funciones que debe cumplir un presidente de la república. Los síntomas de la psicosis maníaco-depresiva distorsionan los estados de ánimo y el pensamiento, incitan a caer en comportamientos extremos, y destruyen la base del pensamiento racional.
Por dichas razones, la psicosis maníaco-depresiva es una enfermedad que incapacita a quien la sufre para desempeñar las funciones de primer mandatario del Perú.
Podemos revisar sucesos importantes del primer gobierno de García para sustentar lo dicho. Por ejemplo, recordar la psicosis maníaco-depresiva de AGP permite entender los orígenes de la aceleración de la inflación entre mediados de 1985 y mediados de 1988.
En ese período, el Sector Público realizó excesivos desembolsos sin contrapartida de ingresos tributarios.
Dicha política fiscal es consistente con el rasgo maníaco de incurrir alegremente en gastos excesivos, sin consideración de las consecuencias.
Asimismo, en dicha etapa se produjo la sobrevaloración de la moneda peruana con respecto al dólar, política peligrosa y origen principal de la crisis en el sector externo, el más vulnerable de la economía nacional. El mencionado retraso cambiario puede explicarse dentro del comportamiento de un maníaco, para quien, en la práctica, no existe el riesgo.
También posibilitiría comprender porqué García comulgaba con las medidas de política económica de asesores como Carbonetto, Tantaleán, Saberbein, y Ferrari –los auto-denominados heterodoxos– quienes preferían llamarse a sí mismos “los audaces”.
¿Puede una persona que sufre PMD desempeñar las funciones de presidente de la república?
Si se tiene en cuenta los argumentos anteriores, la respuesta es negativa. Creemos que si realmente estima al Perú y en vista de la psicosis maníaco-depresiva que padece, Alan García Pérez debería renunciar al cargo de presidente de la república.
De no hacerlo, correspondería al Congreso –a un verdadero Congreso, por supuesto– declarar la vacancia de la presidencia por incapacidad física permanente del titular.
Finalmente, ¿cuál es el cuidado psiquiátrico que requiere García Pérez?
La psicosis maníaco-depresiva que padece AGP requiere, en forma inmediata y permanente, la mejor atención psiquiátrica disponible en el país. Además del cuidado médico, necesita el apoyo y la vigilancia de la familia y de los verdaderos amigos de García, particularmente durante los episodios depresivos de la enfermedad, durante los cuales el comportamiento inusual y extremo del paciente puede poner en riesgo su propia vida.
Caretas solicitó a los candidatos en enero del año 2001 su perfil médico. Dos meses después sólo respondieron Alejandro Toledo, Lourdes Flores y Alan García (edición 1663). Toledo no mencionó su incidente con las drogas ni García su depresión.