EL VATICANO, EL MAYOR INSTIGADOR DE LA GUERRA
Por: Alfred Schulte.
La tortuga.
La Iglesia católica no debe seguir llamándose cristiana. ¿Qué diría Jesús de Nazaret si viniera de nuevo en esta época a la Tierra y viera lo que la Iglesia ha hecho de la obra de Su vida?
Jesús enseñó el amor a los enemigos y el pacifismo: «Quien tome la espada, bajo la espada morirá». Sin embargo, los Papas de Roma, como monarcas absolutos de los Estados Pontificios, a menudo han conducido ellos mismos a la guerra y han participado en guerras civiles. Los Papas una y otra vez han provocado y apoyado guerras, instigando a pueblos enteros a luchar unos contra otros, por ejemplo: los bizantinos contra los ostrogodos, los francos contra los longobardos, los normandos contra los Hohenstaufen y viceversa. En el siglo XVII el Vaticano estimuló ardientemente la guerra de los Treinta Años en Alemania, y en 1914 el embajador del Vaticano en Viena incitó a los Habsburgo contra los serbios en la Primera Guerra Mundial.
Poco antes de la Segunda Guerra Mundial el Papa Pío XII dio a conocer a Hitler „ que «liberaría a Alemania de cualquier tipo de condenación si combatía a Polonia». (según el historiador alemán Karlheinz Deschner, en su libro Un siglo de la historia de la salvación, Tomo 2, pág. 41 de la edición en alemán). Curas castrenses católicos a ambos lados del frente enviaban a los soldados a la batalla con la «bendición de Dios». El Vaticano apoyó a todos los dictadores fascistas y derechistas en Europa y en Latinoamérica. El cardenal católico alemán Frings fue el primero que después de la Segunda Guerra Mundial exigió el rearme de la República Federal Alemana.
Sacerdotes católicos participaron en forma decisiva en el genocidio de los fascistas croatas contra los serbios ortodoxos de 1941 a 1943, en las sangrientas batidas en Argentina de 1976 a 1983 y en el genocidio por parte de los hutus a los tutsis en Ruanda en 1994.
Jesuitas de importancia justificaron incluso la construcción de armas atómicas, y con ello aceptaron estar de acuerdo con la exterminación de pueblos enteros.
El Papa Juan Pablo II dijo durante la guerra del Golfo, en 1991: «Nosotros no somos pacifistas». En 1995 él hizo un llamamiento a la «guerra justa» en Bosnia. Y el Papa actual, cuando aún era el cardenal Ratzinger, pocos meses antes de su elección rechazó el pacifismo como algo «no cristiano». ¡Es decir que él rechazó a Cristo!. El Vaticano en la actualidad sigue justificando la pena de muerte en su catecismo.
Extracto de la demanda presentada ante el Triunal de Friburgo (Alemania) por Dieter Potzer y otros contra el Arzobispado de Friburgo.
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