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ALAN, EL APRA Y SU VERDADERO ROSTRO ASESINO Y ANTIDEMOCRÁTICO
Por Jorge Agurto.
La masacre de indígenas armados de palos y lanzas realizada hoy por las fuerzas especiales de la Policía confirma la naturaleza fascista y autoritaria del régimen aprista, hoy más servil que nunca al interés de las transnacionales y totalmente reñido, en contenido y forma, con la democracia demoliberal
El gobierno ha preferido disparar balas a quemarropa contra líderes indígenas antes que derogar normas inconstitucionales que han sido impuestas violando tratados internacionales de derechos humanos como el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Para el régimen aprista no ha tenido ningún valor que una comisión multipartidaria haya concluido que los decretos legislativos deben ser derogados por inconstitucionales o que la Comisión de Constitución haya dictaminado en igual sentido derogar el D.L. 1090, uno de los más cuestionados por la parte indígena. Tampoco, que un organismo imparcial y legítimo como la Defensoría del Pueblo haya respaldado la petición indígena.
El gobierno y su bancada parlamentaria han venido dilatando -con argucias criollas “a lo Mulder”- la única solución legal y pacífica al conflicto, porque para el régimen aprista los argumentos jurídicos o las formas democráticas no tienen ningún valor ni ideológico ni práctico en sí mismos. Lo único que pesa en sus decisiones políticas es servir de la mejor manera al gran capital transnacional. Ejemplos al canto: Se lotiza casi toda la amazonía para extraer gas y petróleo no para abaratar el consumo de los peruanos, favorecer a nuestra industria nacional o promover la reconversión energética, sino para venderla a otros países, aún a riesgo de generar una crisis energética que nos llevará dentro de poco a comprar combustible a un precio mayor que el que lo vendemos.