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PERÚ: INCAPACIDAD MORAL DE ALAN GARCÍA
Por: Carlos Angulo Rivas.
Las fotos, videos, grabaciones, correos electrónicos y las reuniones de ministros y funcionarios con el empresario dominicano Fortunato Canáan y sus vínculos internacionales, demuestran matemáticamente la existencia de una gran empresa político-familiar bajo el manto protector de Alan García Pérez. Empresa de ejecución de negociados de alto nivel con el gobierno aprista donde se habla de millones de millones de dólares.
La protección del presidente en estos casos de inversiones millonarias no es gratuita sino parte interesada por los dividendos a recibir. La educación amoral impartida por Alan García en su primer gobierno y continuada en el segundo no tiene precedentes en la historia administrativa del país, convertido gracias a él en el reino de las coimas y las comisiones o como el abogado Alberto Químper dice, para darle cierta elegancia, "honorarios de éxito." De esta educación amoral, dejada como herencia por García Pérez en 1990, aprendieron alumnos ejemplares como Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos; ellos para mejor retrato de los gobernantes peruanos fabricaron videos en el SIN a fin de hacer alarde del poder de los poderes, y de ellos mismos; y también para exhibir a toda la casta política, empresarial, periodística, judicial y militar del Perú en su verdadera fisonomía, catadura y facciones. Un buen trabajo el de Montesinos después de todo.
Lo señalamos antes, lo repetimos ahora con pruebas irrefutables, García Pérez, el facineroso de 1990 enriquecido con el dinero de todos los peruanos, el hombre acusado de genocidio en los tribunales internacionales, sigue siendo el amoral jefe de una mafia de enormes proporciones y enlaces. Lo repetimos con pena por el país no como un triunfo de las discusiones previas a su precaria elección por segunda vez. Algunos peruanos se equivocaron en darle una segunda oportunidad, es cierto y lamentable; y si una batalla se perdió en esa oportunidad, hoy en día hay una guerra por ganar de inmediato. ¡Basta de maquillajes! Le decimos a la prensa oficial, oficiosa y a la TV. En la conciencia nacional está el nombre de Alan García como el eje de la corrupción en el país, se le ha descubierto con las manos en la masa así vociferé a los cuatro vientos castigo ejemplar a las "ratas" en cabeza de sus socios Rómulo León Alegría, ex diputado aprista, ex ministro de pesquería, amigo íntimo y compadre espiritual; y de Alberto Químper, su abogado de confianza y asesor personal en asuntos tributarios, premiado con el cargo de director de Perúpetro. Pero obsérvese que este par de sujetos son las cabezas de turco o los futuros chivos expiatorios del millonario negociado descubierto y el subsiguiente escándalo que se trajo abajo al gabinete ministerial de Jorge Del Castillo.
El diseño de Alan García para seguir el camino del enriqueciendo ilícito en su segundo gobierno es muy simple. De extraordinario calibre, digamos, sabiendo quién es quién en la amoralidad nacional creada por él desde su primer gobierno y continuado por Fujimori. En primer lugar, García Pérez se aseguró la mayoría en el Congreso mediante la alianza con el fujimorismo, los congresistas corruptos de la UPP y los tránsfugas que llevó en su lista un errático Ollanta Humala; con esa mayoría espuria el presidente legaliza los decretos legislativos de arrasar con los recursos naturales, los negocios gordos; además controla todas las instituciones del estado porque en el país siempre se habla de independencia de poderes pero nunca se ejercita por miedo a caer en desgracia frente al todopoderoso. En segundo lugar, García Pérez formó un gabinete ministerial de apristas arrodillados frente a su poder omnímodo, elementos incondicionales probados en el arte de desvalijar el país; no le fue difícil conseguirlos entre sus discípulos destacados, a estos los rodeo de unos cuantos funcionarios neoliberales extremistas, los técnicos obedientes a los organismos internacionales, individuos sin inteligencia propia ¿para qué la inteligencia si ellos tienen como misión obedecer y nada más que obedecer? Lo importante de este conglomerado fue que los incondicionales del gabinete de Jorge Del Castillo, incluido él, junto Hernán Garrido Lecca, Luis Alva Castro, Juan Valdivia, Chang, Cornejo, conformaron un cogollo, la empresa político-familiar de Alan García para encubrir los negocios de mayor envergadura del régimen. Es decir, los arreglos secretos con telefónica del Perú —tarifa básica-; los óbolos mineros o la caridad de las empresas transnacionales en vez de cobrar los impuestos a las sobre ganancias; las concesiones de la minería, la extracción de la madera y la depredación de los bosques y parques nacionales; la expropiación de las tierras comunales; la asignación de lotes de exploración y explotación de campos peroleros, la construcción de hospitales; la venta de los puertos marítimos y aéreos; el transporte del gas de Camisea; etc. etc.
En pocas palabras, se asignaron los negocios millonarios dirigidos por el propio Alan García y los ministros incondicionales citados en ese océano de corrupción consentida. La chauchilla fue dejada a los pillos menores del APRA: los funcionarios del Banco de Materiales, corrupción descubierta también con grabaciones; los contratistas improvisados de la reconstrucción de Ica después del terremoto; la compra de los patrulleros, las vacunas innecesarias; las construcciones de pequeña infraestructura y dinerillos amarrados para las lánguidas regiones y municipios; el tráfico de la gasolina en la Fuerza Armada. A muchos, la mayoría del país, no nos sorprende verificar la corrupción por estratos nacionales, cada cual roba a su propio nivel. Por ello resulta cómico cuando Alan García solemnemente encarga al mequetrefe lambayecano nombrado primer ministro, para lavar la cara al gobierno, una lucha a muerte contra la corrupción. Y más cómico todavía cuando, haciéndose el lerdo, Yehude Simon se ve obligado a creerle. Mencioné en un artículo anterior que Simon puede cambiar de ideología, de ultra izquierdista, ex director de la revista Cambio, a converso neoliberal; finalmente es su opción y derecho como cuando un judío se convierte en cristiano o viceversa; donde no nos puede engañar ni se puede engañar a sí mismo el flamante primer ministro es en querer desconocer qué representa un sujeto como Alan García. A los pocos días de su nombramiento, los nuevos destapes de la ola delictiva del gobierno le abrieron los ojos que no quiso abrir por la ambición personal de llegar a ser primer ministro.
Viéndose descubierto a través de sus íntimos operadores políticos, Rómulo León Alegría y Alberto Químper, gritar a voz en cuello: castigo ejemplar a la "ratas" fue la reacción teatral acostumbrada en Alan García. Sacrificar a los pilluelos para salvar a los grandes y a él mismo fue la consigna. Pero, luego renunció el ministro de Energía y Minas, Juan Valdivia, carnal del presidente, a fin de que no continuaran las investigaciones; y a poco tiempo el primer ministro Jorge Del Castillo, el hoy fiel reemplazo del otrora mártir de latrocinios, Agustín Mantilla, capitoste de su primer gobierno. A morir por el jefe de la mafia, parece ser el grito de la hermandad constituida en el partido de la estrella. Jorge Del Castillo está involucrado en el escándalo de Petrogate, no por confiado como quiere hacer creer en sus declaraciones contradictorias y cada vez más confusas y comprometedoras. En el petroaudio publicado se evidencian los contactos vía email, teléfono y personales, con el empresario dominicano Fortunato Canáan y el ex ministro aprista Rómulo León Alegría. Una sola respuesta reconocida por Del Castillo no sólo lo enreda con el fallido peculado sino lo acusa, él dice que visitó cinco veces, en diferentes momentos, en su hotel al empresario dominicano. ¿Qué primer ministro que se estime va en busca de reuniones privadas y personales, en una suite, con un empresario extranjero en tratos de negocios con el gobierno? ¿Por qué esas reuniones no fueron en su oficina y a la luz pública? ¿Por qué Del Castillo desfachatadamente le echa la culpa de su caída a las grabaciones "chuponeadas" con equipos comprados por Toledo, Fujimori o perico de los palotes; y no al dolo que estaba cometiendo? La verdad monda y lironda es que si Del Castillo está metido en el negociado de Petrogate se hace muy difícil pensar, por no decir imposible, que no esté también Alan García con la habilidad que tiene para este tipo de empresas millonarias turbias. Por ello, León Alegría trataba de igual a igual con el primer ministro, pues representaba al presidente, no cabe otra explicación.
La lógica de Jorge Del Castillo, desesperado por salvarse él y a su jefe Alan García, no puede ser más deleznable. El ex presidente del Consejo de Ministros pide que se investigue la posible compra de equipos de interceptación telefónica, supuestamente durante el gobierno anterior, que pudieron usarse en el caso Discover Petroleum. Veamos claramente, con estas palabras Del Castillo no hace sino promover la corrupción generalizada del país y la suya propia. El asunto de fondo es que grabaron a ministros y altos funcionarios del gobierno con las manos en la masa de un negocio millonario. Puede ser que la grabación de las conversaciones privadas esté prohibida, sea ilegal, pero en este caso de Petrogate o en el correspondiente al soborno del congresista Kuori por parte de Montesinos (caída de Fujimori) son bienvenidas por la salud de la república. En todo caso, la denuncia de "chuponeo" de Del Castillo no tiene ningún asidero porque prima la corrupción en las altas esferas del gobierno, prima la incapacidad moral para seguir dirigiendo el país, de ninguna manera el delito menor de grabar conversaciones. De eso se trata, no de quién compró los equipos de grabaciones clandestinas. Más bien, la pregunta que se hace la mayoría de peruanos es: ¿cuántos negociados no "chuponeados" ha realizado en apenas dos años y meses en el poder la empresa político-familiar de Alan García, sabiendo que la famosa Oficina Nacional Anticorrupción de la jueza Lizárraga sucumbió por falta de apoyo del gobierno; qué el Contralor de la República es un funcionario de segundo nivel sin poder alguno; qué la Comisión de Fiscalización del Congreso está en manos de apristas, fujimoristas y tránsfugas; que la fiscalía de la Nación se muere de miedo de enfrentarse al poder político putrefacto y que los jueces tienen por costumbre el prevaricato? Tal se observa, señor Del Castillo, que en el país por inoperancia de las entidades fiscalizadoras o por colusión de ellas, el "chuponeo" se hace indispensable, de lo contrario Usted seguiría siendo primer ministro junto al cogollo aprista defenestrado para salvar al jefe de la mafia.
Jorge Del Castillo se pregunta ¿Quien tiene la plata para grabar sistemáticamente durante algunos meses? Y se responde "tiene que investigarse, el "chuponeo" institucionalizado porque es un hecho grave para el país que afecta la democracia." Increíble ¿verdad? porque en traducción concreta nos quiere decir que la democracia está en peligro por no dejarlo robar junto al señor presidente, los ministros del sector productivo, los presidentes de las empresas Petroperú, César Martinez y de Perúpetro, Saba, y los operadores políticos ya citados León Alegría y Químper. Creemos que así no es. La democracia está en peligro porque la empresa político-familiar de Alan García fue descubierta con las manos en la masa en uno de los negociados, no en todos los ya habidos y por haber. De lo contrario nadie se explica: ¿por qué tantas contemplaciones con el delincuente Alberto Químper? Primero, el prevaricato del juez Jorge Barreto, encubridor de oficio, le otorga la gracia de un arresto domiciliario. Y luego la dignidad del Congreso, si aún la tiene, se arrastra por los suelos yendo la Comisión Investigadora a la casa del abogado delincuente Químper en vez de citarlo de grado fuerza a una sala del parlamento. ¿Dónde estamos cuando la autoridad se rebaja a los pies de los corruptos? Dónde cuando todavía el citado delincuente se da el lujo de decir a los congresistas, por adelantado, que no va declarar y que bien pueden irse con la música a otra parte. Por otro lado, ¿quién protege y esconde a Rómulo León Alegría cuando toda la policía del país, está en su búsqueda dicen los diarios, y no pueden encontrarlo? Y encima el delincuente en mención se da el lujo de enviar un video-mensaje a la TV amenazando al mismísimo Alan García, su compadre espiritual.
El lío de la enorme corrupción no se acabará con los "chivos expiatorios" ni siquiera con el desafuero de los congresistas Del Castillo y Luciana León, esta última la hija del delincuente engreído en palacio de gobierno y operador político crematístico de Alan García. No de ninguna manera la corrupción terminará en el gobierno aprista, pues para iniciar una auténtica lucha anticorrupción debe ser destituido Alan García Pérez por incapacidad moral. El Congreso no se atreverá, lo sabemos, pero sí una huelga general indefinida en todo el país que debería acordarse en la Asamblea Nacional de los Pueblos el ocho de noviembre próximo. El levantamiento de Canchis, Sicuani y de los pueblos quechuas y aimaras del sur inicia una nueva etapa en el país porque, a pesar de tener en la agenda puntos de reivindicación local y regional, los dirigentes que se oponen al diálogo exigen la renuncia o destitución de Alan García por incapacidad moral, la ampliación del presupuesto del canon y una nueva Constitución entre otros puntos. Una lástima que el flamante primer ministro Yehude Simon, quien pide una tregua imposible usando como pretexto la reunión de la APEC, sostenga que el levantamiento de las comunidades campesinas se debe "a grupos ultra radicales que no han sido elegidos por nadie, quienes buscan poner en jaque a la democracia azuzando acciones de fuerza y de protesta para imponerse a las autoridades legítimamente electas." La democracia señor Simon es la participación del pueblo en la toma de decisiones, no de los funcionarios elegidos a dedo o de los que han perdido toda legitimidad por sus acciones de estafa nacional y corrupción generalizada.