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TRIVIAL MASCARADA DE MEDIOS, MEDIÁTICOS Y MEDIOCRES
Opinión de Eduardo Pérsico (*).
Al inicio del conflicto entre el gobierno de Cristina Kirchner y cuatro entidades del agro, un grupo de interés económico que prontamente concentrara a toda la oposición desplegó una inusitada solidaridad de los medios de información con ‘la gente del campo’. Esa adhesión a uno de los grupos en pugna, nombrado como ‘el campo’ y a impulsos ‘la gente’, dinamizó una falta de objetividad entre los fabricantes de opinión de mayor alcance popular que hizo de cada radio y televisora una parte decisiva de la cuestión. Esa falta de rigor y al ir creciendo la participación de cada corporación informativa fue mostrando su entretela, ocultando y falseando los argumentos del gobierno para aumentar las retenciones a la exportación de algunos productos agropecuarios. Que la medida por inconsulta y falta de tiempo y distancia fuera políticamente calamitosa, es indudable, pero eso no deslegitima el derecho jurídico del gobierno constitucional de tomar la resolución de gravar las ganancias extraordinarias que producirán los aumentos de precios internacionales de los alimentos, y mucho menos aplaudir las réplicas delictivas de la Sociedad Rural, Coninagro y la Federación Agraria al quemar tierras, cortar rutas y provocar desabastecimientos a la población. De lo que se jactaron sus voceros en cámara; ‘demostramos que podemos desabastecer’, dijo uno de Federación Agraria, y al amenazar y concretar el golpe inflacionario que más cruelmente perjudica al pobrerío de más baja condición. Y será también memorable la protesta de la Sociedad Rural Argentina contra la ’represión’, acaso queriendo redimir la reverencia hecha al sedicioso militar Ongania cuando los visitara en 1966 sobre un Landó. O carruaje parecido también decadente.
Más que despropósitos una verdadera hijadeputez escamoteada por lo medios que alegremente festejaron los desbordes de ‘sufridos hombres del campo’ contra el mismo cimiento de la convivencia. Una patética parcialidad que algunos atribuyen al probable cambio de la Ley de Radiodifusión que limitaría los monopolios al sumar nuevos participantes al mercado, vaya uno a saber, pero tanta parcialidad degradante fue anunciada en un corte de ruta inicial cuando un orador impiadoso deschavara ‘y sepa el gobierno que nos apoyan los intelectuales y las intelectualas de la radio y la tele’, certero hallazgo verbal que el dirigente entrerriano luego no repitiera. Esa aseveración no sería atendible por divertida pero sí por la tarea que los noticieros y noticieras cumplieron con una fidelidad patríotica, fuera de cargosas impurezas idiomáticas y en este asunto sin mencionar jamás el descomunal negocio financiero que hacen en Argentina los pooles de siembra, son simples empleados de los medios que al ganar mucho dinero se creen irrebatibles intelectuales de tanto peso como Marx, Nietzche, Sastre y los oradores de la rutas…
En verdad, como el gentío no les discute y sí los envidia, estos tilingos se equivocan de rol: suponen ser Chaplin siendo sólo el que barre el cine: el Poder económico acciona según elige el uso de las armas y de las comunicaciones, - esa categórica trilogía mandante- y ningún Medio a su servicio sostiene una opinión que modifique la finalidad del capital empresario. Entonces, si al Medio le conviene dispone la exhibición de Mediocres (¿y mediocras?) que sin ningún rigor y en esa dirección opina y dispone sobre lo que venga; constituciones nacionales, ley de enfiteusis, economías galácticas, los buenos o malos, y un diario tradicional nominó al religioso que arbitraría en la diferencia económica. Pero claro, por eso les pagan.
(*). Eduardo Pérsico, escritor, nació en Banfield y vive en Lanús, Buenos Aires, Argentina.