INICIO > LATINOAMERICA > Perú
HUAYTO: HISTORIA DE UNA LUCHA POPULAR POR EL AGUA Y LA ELECTRIFICACION
Por: José Cahuide
El lunes 12 de mayo del 2008 se celebran 2 años de una gran lucha popular que tuvo como epicentro a la localidad de Huayto en el Valle Pativilca.
Con estas notas queremos rendir un homenaje a sus gestores y hacer una aproximación al conocimiento de esta gesta popular que es necesario para sacar lecciones que sirvan a los pueblos tanto para la continuidad de la lucha por la verdadera electrificación pues esta no se ha agotado como parecen creer algunos; como para desarrollar las otras luchas que deben realizarse para vivir como seres humanos pues esta zona está aprisionada por el dominio de la gran propiedad de la tierra y del capitalismo burocrático que los asfixia e impide desarrollarse adecuadamente.
Al final de estas notas colocamos un Anexo con algunos documentos que permitirá al lector conocer más de los antecedentes y peripecias de esta lucha popular.
EL ESPACIO GEOECONOMICO
Huayto se localiza hacia el kilómetro 202 de la Carretera Panamericana Norte, en el desvío derecho que constituye la Carretera Pativilca-Cajatambo y es parte del Valle Pativilca en la Provincia de Barranca, Región Lima Provincias.
Buena parte del Valle Pativilca comprende campos de caña de azúcar pertenecientes actualmente a la empresa Agroindustrial Paramonga S.A.-AIPSA del grupo E. Wong- ex –dueños de las tiendas Metro, Wong, etc.- los que una vez que llega el tiempo de cosecha trasladan su producción de caña de azúcar hacia el Trapiche de la misma empresa localizado en Paramonga donde se produce el azúcar para consumo humano.
En el Valle anteriormente el propietario de las tierras o fundos fue la empresa Cooperativa Agraria Azucarera Paramonga Ltda.. que las recibió de la Reforma Agraria del General Juan Velasco entre 1969-1970 luego que ésta le expropiara a la Sociedad Paramonga Limitada-SPL, propiedad de la W.R. Grace & Co. de Nueva York-USA en un 99.9% y de Galo Morales Machiavello del 0.1% de sus acciones.
SPL la heredó a su vez de sucesivas compras realizadas desde la década del 20 a las Haciendas que provenían- desde el siglo XIX- de algunas familias de terratenientes como los Elguera-Canevaro (Huayto), Canaval (Upacá y Cañada) y Romero-(Carretería), entre otros.
Hoy en cada uno de esos fundos antiguos se han desarrollado masivas viviendas que sirven de albergue a mas de 1500 pobladores y que constituyen los centros poblados de La Cañada, Upacá, San Martin de Porres, La Planta, Estación, Carreteria, Huayto, Nueva Unión, Rancho Grande, Platanal, Otopongo, San Miguel, Churlin, La Paz, La Vega, entre otros.
Las familias allí localizadas en buena parte laboran como asalariados de la empresa AIPSA en los campos de cañaverales y en la planta azucarera de Paramonga.
El Agua
A los pobladores de Huayto se les abastece de agua por una bomba de propiedad de la empresa AIPSA que extrae agua del subsuelo. Un desperfecto ocurrido en marzo lo dejo inoperativo y hacia los talleres de dicha empresa localizada en la ciudad de Paramonga fue llevada dicha bomba para que sea reparada. Pero pasaban las semanas y nada.
Las redes de agua fueron construidas y diseñadas por la transnacional empresa Grace & Co. que desde principios del siglo XX se posesionó de las antiguas Haciendas de cañaverales de los Valles de Fortaleza, Pativilca, Barranca y Supe. Redes habilitadas por esta empresa por los pactos y convenios sindicales conseguidos por el poderoso Sindicato General De Trabajadores de Paramonga y Anexos-SGTPA.
La Bomba de agua y redes venían desde antes que el grupo Wong se posesionara en dicha empresa luego de adquirir las acciones que le vendiera Genaro Delgado Parker, el poderoso empresario del Grupo Panamericana Televisión y socio de Jaime Mur Campoverde, quienes en 1996 adquirieron la mayoría de acciones de dicha empresa, después que el todopoderoso Ministro de Agricultura Absalón Vásquez y el Gobierno Fujimontesinista les obligaron a cambiar de modelo de sistema cooperativo a sociedad anónima en 1994 donde se conformó la empresa AIPSA.
La Electricidad
Al igual que el servicio de agua, este servicio se proporcionaba a Huayto desde redes eléctricas que venían desde los tiempos del control extranjero de la Grace & Co., propietaria de Paramonga, que en 1969 se denominada Sociedad Agrícola Paramonga y que en la década de 1970 con la reforma agraria del general Velasco se transformó en Cooperativa Agraria Azucarera Paramonga al sector azucarero y Sociedad Paramonga Limitada al sector papelero-quimico.
Pero también era un servicio conquistado con luchas sindicales de los trabajadores organizados en su SGTPA.
Este servicio fue cortado totalmente desde 1996 cuando el grupo Mur-Delgado Parker adquirió el accionariado de luego que en el sistema cooperativo comenzara a ser recortado por espacio de algunas horas. El argumento era que era un sobrecosto, típico argumento capitalista. Como un consuelo en la oficina administrativa de Huayto de dicha empresa AIPSA habían colocado un tomacorriente solo para que la gente pueda licuar su ají. Era el único atisbo de electricidad que existía en Huayto por años.
Pero Huayto no era solo Huayto. En torno a el se hallan contiguos dos pueblos más que son Nueva Unión y Rancho Grande, pueblos donde vive una minoría que laboran en la empresa AIPSA en contraste a Huayto que alberga a numerosas familias proletarias agrícolas que viven del salario mísero que paga dicha empresa. Esta confluencia de pobladores unos mas independientes de AIPSA que otros los hizo fuertes a la hora de tomar la decisión de luchar y resistir por el derecho al agua y la electricidad.
LOS ACONTECIMIENTOS
La tranquilidad del Valle se vió interrumpida el 12 de Mayo del 2006, dos días antes de la tradicional celebración por el Día de la Madre. Ese día amaneció bloqueada la carretera Pativilca-Cajatambo a la altura de Huayto. Huayto se puso de pie pues desde hacía más de un mes sus pobladores no tenían agua potable y desde cerca de 10 años tampoco contaban con electricidad luego de que con el ingreso del grupo Wong-Mur les cortaran totalmente la electricidad que antes iluminaba sus domicilios como producto de los pactos y convenios colectivos del sindicato azucarero de Paramonga.
Gruesos troncos cortados de los árboles amanecieron colocados en un tramo de dicha carretera la altura del desvío que va hacia el camino hacia Churlin-Otopongo y desde las 5.00 de la mañana os pobladores de Huayto masivamente se colocaron antes de dichos troncos. Se interrumpía así la circulación en dicha Carretera.
Minutos antes, se había decretado una paralización total de labores en Huayto con piquetes que vigilaban el amarillaje. El proletariado de AIPSA optó por replegarse y el Administrador de Huayto comunicó del hecho a los funcionarios de la empresa que laboraban en Paramonga.
Cómo llegó ese día? Qué pasó en el imaginario colectivo de un pueblo que ya se había casi acostumbrado a no reclamar ?. No hay una respuesta precisa aunque para los esbirros del Estado y de Aipsa todo era un producto de agitadores que no pertenecían a la empresa AIPSA. De todos modos llegó el día para el sufrido pueblo de Huayto; ese día llegaba luego que desde semanas antes los funcionarios de dicha empresa hicieron oídos sordos al memorial presentado por los pobladores de Huayto y su municipalidad de centro poblado quienes les reclamaban infructuosamente por el agua y la electricidad.
Y es que todos venían consumiendo las aguas de las acequias que circulaban a Huayto y que servía para el riego de los cañaverales que tiene dicha empresa y muchos niños y mujeres se habían vuelto visitantes asiduos del centro de salud de Huayto por las enfermedades estomacales que inundaban sus hogares. Y ya las clases se habían iniciado en sus niveles de Inicial, Primaria y Secundaria.
Y es que estos funcionarios, tal y como se comportaban los gamonales de antaño, eran indolentes al drama humano. Estaban ya curtidos a la obediencia pasiva en casi 10 años de despidos intempestivos a los trabajadores, de descapitalización constante de las acciones de la empresa, de tener sin aumentos salariales a sus trabajadores
Desde la noche anterior en forma secreta para prevenir cualquier entorpecimiento de la jornada de lucha del 12 de Mayo, los pobladores habían celebrado una asamblea donde se definió día, hora y forma. La campana que se localizaba en el antiguo templo localizado en la Plaza de Armas iba a ser la señal. A la hora convenida se la hizo sonar y casi de inmediato los pobladores se congregaron en la plaza de armas de Huayto y al instante se asignaron tareas, los piquetes se definieron y el grueso salió con destino a la carretera Pativilca-Cajatambo. Eran alrededor de quinientos pobladores los que ingresaban a esta lucha popular.
La forma secreta se debía a que la empresa AIPSA tenía todo un sistema de soplonaje para controlar a la masa laboral. Con sistema de radio, cada elemento de seguridad avisaba al patrón de lo que pasaba en barrios, campos y en la propia sede fabril de dicha empresa. Así pudieron despedir impunemente, neutralizar al sindicato y cualquier actividad sindical así como prevenirse de cualquier actividad antisocietaria. Pero la empresa no contó que el pueblo es creador y para ese día la actividad secreta caracterizó esta lucha popular y para guarecerse de cualquier represalia inclusive se había acordado que solo las mujeres debían aparecer con las exigencias y que todos debían tener sus pasamontañas en lo posible para evitar cualquier reconocimiento de parte del soplonaje.
La sorpresa cogió a AIPSA. Casi luego de la presencia de los piquetes del pueblo de Huayto a la altura de los troncos diseminados en la carretera, vinieron los elementos de seguridad al mando entonces de Julián Horna que recibieron el encargo de los pobladores de que debían traer a los funcionarios de AIPSA para solucionar sus problemas que habían planteado días atrás.
Posterior a ello vinieron efectivos de la Policia Nacional de Pativilca que observaron a una masa compacta detrás de los troncos. Amenazaron al pueblo, bajo la batuta del cuasi empleado de Aipsa el Mayor PNP Carlos Benancio pero la masa se mantuvo firme esperando a los funcionarios de AIPSA. Pero si las fuerzas policiales se hicieron presente para proteger los intereses de la clase empresarial de Aipsa, por las filas del pueblo también se comenzó a vivir la solidaridad de clase pues pobladores de Carreteria, Otopongo, Churlin, La Paz, entre otros se sumaban a la protesta. Era ya todo un Valle el que protestaba.
Los vehículos que transitaban desde Pativilca y Paramonga por dicha carretera comenzaron a hacer cola al verse impedidos de pasar por los gruesos troncos que se hallaban en la carretera, cerca al pueblo de Carreteria; y, otros que venían de Cajatambo se veían obligados por las circunstancias a apagar sus motores la salida de Huayto.
Cerca de las 7.30 de la mañana los maestros que se dirigían a sus labores cotidianas en Huayto y los otros anexos del Valle se dieron también con la sorpresa de la protesta popular. Todos bajaban de los vehículos a la expectativa de los acontecimientos pues fueron sorprendidos por esta lucha. Los Directores habían programado celebrar ese 12 de Mayo el programa tradicional por el Día de la Madre y todo quedó truncó. Además, los escolares estaban también en la lucha junto a sus padres, a sus hermanos, a su familia. En fin, la lucha no distingue generaciones.
El diálogo
Y cuando los funcionarios de AIPSA llegaron no podían creer la envergadura de la participación popular. Ni el Gerente de Relaciones Industriales Edwin Borja ni Hugo Laguna, el abogado de la empresa, creían lo que veían.
Una fuerte masa les refregó casi en sus caras las botellas con agua negra de las acequias que se veían obligados a tomar desde hacía varias semanas por la negligencia empresarial de atender la reparación de la bomba de agua. Pidieron hablar con los dirigentes pero la masa les dijo que el diálogo debía ser en plena carretera y con todos pues al unísono dijeron que todos eran dirigentes.
Desde las masas hablaron varios pobladores al requerimiento empresarial de exponerle sus problemas. Los que hicieron uso de la palabra les reseñaron las semanas que vivían sin agua, la necesidad de la electricidad y, sobre todo, les refregaron su insensibilidad. Más de una hora les explicaron sus problemas. Mientras unos escuchaban, elementos de la PNP y personal de seguridad de la empresa AIPSA trataban vanamente de tomar fotos y reconocer a los manifestantes. Brilló por su ausencia ese día el Alcalde de la Municipalidad de Huayto quien sólo atinó a remitir el documento que había enviado a AIPSA demandando solución a los problemas del pueblo.
“No hay luz, no hay agua, por culpa de AIPSA”, “Aipsa explotadora, queremos solución”, “Estamos en tinieblas por culpa de Aipsa”, “El agua es un derecho, Aipsa nos la niega”, eran algunas de las arengas que repetía el pueblo mientras los policías los miraban recelosos.
Los referidos funcionarios pidieron nuevamente a sus dirigentes para solucionar sus problemas pues planteaban que en el día iban a refaccionar la bomba de agua y que podían darles provisionalmente electricidad mientras hicieran sus gestiones para que alguna empresa de electricidad les suministre electricidad. Pero la masa les dijo que todos eran dirigentes y que cualquier solución debían darlo por escrito y dirigido al pueblo de Huayto.
Luego del diálogo, sólo interrumpido por las arengas del pueblo, los funcionarios se retiraron manifestando que iban a venir con una respuesta. El pueblo dijo que iba a esperarlos y que mientras eso no sucediera la lucha continuaría.
Mientras tanto, el soplonaje comenzó a identificar a algunos trabajadores y sus familiares. Poco a poco iban disuadiéndolos pero aún así la protesta concentraba en la carretera a más de trescientos personas mientras que en Huayto los piquetes urbanos seguían a la espera del curso de los acontecimientos.
La Policía también comenzó a atemorizar, especialmente a los jóvenes y a algunos maestros, con los cuales casi se provoca un enfrentamiento pero que no llegó a encenderse. Quisieron también retirar los troncos pero la masa compactamente les impidió aduciendo que ya la empresa AIPSA había dicho que iba a traer la solución de sus demandas.
Desenlace
Cerca de la 1.30 de la tarde en el punto donde estaba interrumpido el tránsito en dicha Carretera se presentaron funcionarios de AIPSA dirigidos por el Administrador de Huayto el Ing. Aznarán quien leyó el Oficio suscrito por el Gerente de Relaciones Industriales Dr. Borja.
Estaba dirigido al Centro Poblado Huayto y contenía la solución a los problemas de fondo de la población conforme se puede observar en el Acta que se lee mas abajo.
Aún así fue rechazado por los pobladores por lo que se solicitó a dicho Ing. que se efectué una corrección. El Ing. Aznarán con un sector de pobladores se dirigieron a la localidad de Huayto a hacer el agregado al documento.
La redacción del documento demoraba y mientras tanto comenzaron a producirse escaramuzas entre la Policía al mando del Mayor PNP Benancio y los pobladores. A la fuerza la PNP quería retirar los troncos pero la masa impedía. Sacaban troncos pero nuevamente la masa los recolocaba. Y cuando parecía que ya iba a producirse un enfrentamiento de imprevisibles consecuencias se aparecen parte de los piquetes que habían ido a Huayto quienes traían el documento anteriormente leído.
Nuevamente se leyó y la población en algarabía mostró su complacencia. ¡¡Hemos triunfado!!, dijeron al unísono y de allí disciplinadamente los centenares de pobladores comenzaron a replegarse hacia Huayto luego del cual y casi al instante aparecieron algunos pobladores con sus machetes y hachas y comenzaron a cortar los troncos para llevárselo a sus casas para utilizarlos como leña.
Ya en Huayto, los pobladores hicieron su asamblea popular saludando el triunfo y vieron la necesidad de una Comisión para que dirija la lucha por la Electrificación del Valle Pativilca. Fueron propuestos allí, entre otros, la Sra. Maria Rosales Asis y el Profesor Mauricio Quiroz Torres, entre otros, los que aceptaron este encargo de los pueblos del Valle Pativilca.
Mientras los pobladores realizaban su asamblea, la empresa en cumplimiento del documento enviado a los pobladores daba los pasos para la refacción del motor que desde ese día comenzaba a funcionar nuevamente.
COLOFON
Luego de esta lucha popular, existieron varias luchas entre el 2006 y 2007 donde los pueblos del Valle Pativilca han conquistado varias reivindicaciones producto de su permanente movilización que ha enseñado a dichos pueblos a desarrollar su conciencia de lucha pues sin ella nunca obtuvieron nada en los últimos 10 años anteriores al 2006.
La primera de ellas fue que como una diseminación de la conquista huayteña, en las siguientes dos semanas, casi todos los pueblos del Valle Pativilca exceptuando a Otopongo, Churlin, San Miguel, Otopongo y Providencia comenzaron a contar con electricidad gratuita proveniente de la empresa AIPSA, algunos de los cuales como el pueblo de Upacá desarolló también su propia lucha.
En Providencia, agentes al servicio de la patronal AIPSA se prestaron al juego de la empresa AIPSA para empezar a pagarle por electricidad fungiendo ellos de cobradores de las mensualidades. Algunos de ellos fueron después quienes se convirtieron en mercenarios al servicio de la empresa municipal eléctrica de Paramonga y que en el imaginario popular son conocidos hasta hoy como “chumbeques”.
Otra de las luchas fue rescatar el Expediente Técnico de la Electrificación Integral de 21 Pueblos del Valle Fortaleza y Pativilca presentado por la empresa eléctrica municipal de Pativilca ESEMPAT y que se hallaba archivado en el Ministerio de Energía y Minas. Fueron dos movilizaciones a Lima, a la sede del Ministerio de Energía y Minas.
Se hizo una lucha también para que la Municipalidad de Pativilca no retire el Presupuesto para el Agua Potable de Huayto y Anexos y se reactive el Expediente Técnico de la Electrificación para las Concesión Eléctrica.
Otro fue el conseguir 1,200 medidores gratuitos para los 21 pueblos del Valle Fortaleza y Pativilca y Postes Eléctricos para llevar electricidad a los pueblos de Otopongo, Churlin, San Miguel y Otopongo desde el desvío de Huayto. Luycha que se hizo contra la Municipalidad Provincial de Barranca.
Se impidió, asimismo, en algunos pueblos, que la empresa eléctrica municipal de Paramonga EMSEMSA que invadió el Valle Pativilca en la comercialización de electricidad, comience a cobrar por derecho de conexión pues no había invertido nada para que los pueblos tengan electricidad.
Asimismo, se hizo una movilización que conquistó en el 2007 que la Municipalidad de Pativilca adquiera los postes eléctricos faltantes y cables eléctricos para los pueblos de Otopongo, Churlin, San Miguel y Otopongo y tengan su red primaria para que estén listos para su electrificación ya que son los únicos pueblos que hasta hoy no tiene electricidad.
Igualmente, mediante una marcha por Huacho en el 2007 se logró que el Gobierno Regional de Lima se comprometa a entregar fondos directamente a la Municipalidad de Pativilca para la electrificación de los centros poblados del Valle Pativilca.
Hay mucho que hablar todavía pero ya será fruto de otro trabajo.