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LA “PSEUDO NACIONALIZACIÓN” DEL MAS
Por: Palabra Obrera.
Antes de que el gobierno saliera a hacer anuncios, ya lo sabían miles de amas de casa. La escasez alcanza a la industria y al transporte. El gobierno anuncia decretos contra el contrabando, algo completamente insuficiente, pues deja en pie las causas profundas del problema
Escasea gas para cocinar en un país que posee enormes reservas gasíferas, que exporta gas por más de dos mil millones de dólares y donde desde el 1º de mayo de 2006 el gobierno ha anunciado la “nacionalización” de los hidrocarburos.
¿Cuáles son las razones de fondo?
Que las transnacionales (Petrobras, Repsol, Total y demás) que siguen dominando la producción de gas y petróleo buscan hacer el máximo negocio con la exportación y no tienen el menor interés en abastecer el mercado interno, practican una “huelga de inversiones” para presionar y conspiran contra los intereses elementales del país y de la población. De ahí la crónica escasez de diesel, gas, etc. que se ha hecho sentir repetidas veces en los últimos años y amenaza ser muy grave en este invierno.
Pero la política de “nacionalización inteligente” del gobierno de Evo Morales es apenas la re-negociación de contratos con estas mismas empresas, dejando en sus manos lo substancial de la producción, comercialización y exportación. Tan satisfactorias son las condiciones, que las empresas festejaron los 44 nuevos contratos y en el Congreso fue la oposición neoliberal la que garantizó su aprobación parlamentaria.
En cuanto a la recompra de las destilerías a Petrobras en 112 millones dólares, para crear "YPFB Refinación Sociedad Anónima”, cuando correspondía su re-nacionalización sin pago, es parte del tímido intento de recuperar cierto control en esta estratégica industria, subordinado siempre a la colaboración con las transnacionales. Entre tanto, Bolivia deberá importar gas y otros combustibles para sus necesidades elementales.
El gobierno no quiere reconocerlo
Para no tocar a las petroleras ni reconocer el fiasco de su política, el gobierno apunta a los contrabandistas y a los pequeños especuladores. Estos son un problema real, pero no la causa de fondo. Además, es sabido que el contrabando de garrafas o de cualquier otra mercadería en gran escala sólo es posible con la complicidad de las empresas, las autoridades fronterizas, militares y policiales, a quienes el gobierno no quiere atacar.
No basta con un decreto “anticontrabando”. Es urgente que los trabajadores y el pueblo tomen en sus propias manos el problema, controlando la producción y distribución de garrafas y combustibles. Recordemos que en las Jornadas de Junio de 2005 los trabajadores de la Planta de Senkhata, coordinando con las juntas vecinales alteñas, comenzaban a aplicar este mecanismo para asegurar el abastecimiento de las familias humildes.
Este es el camino a seguir. Que los trabajadores petroleros, coordinando con los sindicatos, las juntas vecinales, las comunidades y otras organizaciones populares asuman el estricto control de la producción y distribución de gas y combustibles, incautando inmediatamente a toda empresa o distribuidora que se niegue a producir de acuerdo a la demanda o “distraiga” garrafas para el contrabando y la especulación.
Este será un primer paso hacia la solución de fondo: la nacionalización sin indemnización de todo el sector hidrocarburífero, bajo control de los trabajadores y las organizaciones populares.