3 de noviembre de 2024

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CASAPALCA: MASACRE EN LOS SOCAVONES

El APRA y la Policía Nacional asesinan a dos sindicalistas mineros.

24 de junio de 2007

(Mariátegui). Como si fuese una conmemoración mortícola de la matanza de El Frontón, perpetrada el 18 y 19 de junio de 1986 durante el primer gobierno aprista. La vena genocida de Alan García ha vuelto a manifestarse. Esta vez, asesinando a dos trabajadores mineros de Casapalca, que bloqueaban la Carretera Central para exigir el derecho a sindicalizarse y el cumplimiento de sus derechos laborales. La patronal vuelve a sentir la fuerza de la clase obrera y al APRA no le quedó otra, que apretar el gatillo.

Casapalca es una mina de socavón que explota plata, zinc y cobre en la provincia de Huarochiri, sierra del departamento de Lima, a 4.200 metros sobre el nivel del mar

Cuando el 26 de enero del 2007 los mineros de la compañía Minera Casapalca Unidad Americana formaron su sindicato, no se imaginaron que por ese motivo, la patronal cerraría la empresa y despediría a 800 trabajadores como lo hizo efectivo el 28 de mayo. Jornadas de catorce horas de trabajo con míseros sueldos de veinte soles diarios, -muchos de ellos- laborando por más de diez años para subcontratistas (services), sin ningún beneficio social.

Con mineros explotados por unos centavos, esta precaria situación estalló y por eso los trabajadores decidieron hacer escuchar sus reclamos -la reposición de los despedidos y aumento salarial- , bloqueando la Carretera Central a la altura del kilómetro 113, que es una vía de penetración que conecta a Lima con la sierra y selva. Entonces, la capital de la República recién los escucharía -a pesar de estar a tres horas de distancia- enviando a 300 efectivos de la Unidad de Asalto de la Policía Nacional, los que dieron rienda suelta a la barbarie.

"Oscar se estaba escapando por el cerro, ahí un policía le ha disparado por la espalda", denunció sollozante, Francisca Vilca, la forma en que la represión asesinó a su esposo, el minero Oscar Fernández Taipe de 31 años, quien llevaba nueve meses trabajando para la empresa. Esto ocurrió, en la madrugada del jueves 14 de junio, el segundo día de bloqueos. El otro minero asesinado fue Julio Raymundo de 38 años.

Sin embargo, el Jefe de la Sétima Región de la Policía Nacional, Octavio Salazar Miranda, más conocido por el establishment neoliberal como el "Héroe de Santa Anita", quien dirigió el develamiento de la protesta, se sacudió de su responsabilidad, asegurando que Oscar Fernández había caído ingenuamente de un cerro, muriendo en el acto y que Julio Raymundo había sido víctima de una bala perdida. A diferencia de los 20 policías que -según él- estaban internados en el hospital, porque habían sido heridos por los mineros, quienes en su "salvajismo" utilizaban huaracas para lanzarles piedras.

Después de los muertos mineros y ante las 24 horas de bloqueo de tránsito vehicular en el kilómetro 113 de la Carretera Central, el gobierno aprista decidió enviar una comisión con representantes de los ministerios del Interior y Energía y Minas, quienes siguen dialogando con los mineros, que sólo han dejado de bloquear la vía, pero se mantienen en huelga. Mientras, el desalmado Carlos Gubbins, propietario de la Minera Casapalca Unidad Americana, mediante sus abogados, argumentaron que ellos no tienen trabajadores y que los mineros fueron despedidos por la service Mitalcruz.

Hasta el momento en que se escribía este texto, ni la minera del señor Gubbins ni las empresas subcontratistas que emplean a los mineros, se han presentado a las citaciones del Ministerio de Trabajo. Y para tranquilizar los socavones, la ministra de Trabajo, Susana Pinilla, dejó abierta la posibilidad de que el Estado le retire la concesión a la Minera Casapalca, porque dice que se han dado cuenta, que sigue incurriendo en irregularidades.

Esto, más parece un tranquilizante del régimen alanista hacia la clase obrera, que ya despertó de la larga noche neoliberal y que se prepara para heroicas batallas en defensa de los derechos laborales y sindicales.