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LA EJECUCION DE SADDAM: MORIR POR NUESTRAS CULPAS
Por: Paul Wolf (*).
[Traducido del inglés para La Haine por Felisa Sastre] Uno de los abogados defensores de Saddam Hussein describe cómo su ejecución el día de la Fiesta del Cordero puede convertirle en un mártir.
Hoy [por el día 30 de diciembre, fecha de la publicación del artículo y de la ejecución del ex presidente iraquí] es el primer día de la Fiesta del Cordero, o fiesta del Sacrificio. Celebrada por los musulmanes de todo el mundo, es un festividad semejante a la Navidad o la Hanukkah (judía), en la que se conmemora la decisión del profeta Abraham de ofrecer el sacrificio de su hijo, Ismael, a Dios. En la tradición islámica, Dios detuvo a Abraham cuando estaba a punto de sacrificarle a Ismael ofreciéndole un cordero para que lo inmolara en lugar de su hijo. Los musulmanes que se pueden permitir sacrificar animales domésticos, normalmente un cordero, lo hacen como símbolo del sacrificio de Abraham. Hoy, miles de sacrificios habrán tenido lugar en todo el mundo islámico para celebrar la Fiesta.
Los judíos y los cristianos creen también que Dios perdonó a Abraham el sacrificio de su hijo, Isaac. Los musulmanes creen que son descendientes de Ismael mientras que los judíos creen que lo son de Isaac.
La Fiesta del Cordero marca el fin del Hajj: la peregrinación a la Meca que realizan millones de musulmanes anualmente. Todo musulmán que pueda costeárselo está obligado a hacer la peregrinación a la Meca al menos una vez en su vida. Tras varios días de ritos en las ciudades de Meca y Minna, y la visita al monte Arafat, llega el momento de la Fiesta del Sacrificio. Tradicionalmente, el peregrino sacrifica el animal con sus propias manos o al menos presencia el sacrificio. Durante esos días, se puede sacrificar un animal en nombre del peregrino sin que éste se halle físicamente presente.
Hoy, todos los musulmanes piensan en la Fiesta del Sacrificio. Pero produce asombro que el primer cordero sacrificado no haya sido otro que Saddam Hussein, el derrocado presidente de Iraq, ejecutado alrededor de las seis de la madrugada, sólo días después de que el Tribunal de Apelación iraquí confirmara la sentencia por asesinato y transcurridos sólo tres días desde de que se presentara el recurso de apelación. El presidente y otros miembros de su Gobierno fueron sentenciados por la matanza de unas 140 personas de la ciudad de Dujail, acusadas de alta traición en 1982. Después de dos años de interrogatorios, muchas de ellas confesaron haber colaborado con Irán durante su guerra contra Iraq, y haber intentado asesinar a su propio presidente. Tuvo lugar una especie de juicio y 140 personas fueron declaradas culpables.
Las pruebas sobre el proceso de 1982 fueron incompletas y no se permitió que se presentaran en el propio juicio de Saddam. Esta es una de las ironías del proceso de Saddam Hussein: ha sido ejecutado por aprobar la ejecución de otros, 24 años antes, sin permitirles tener un juicio justo, mientras que ahora no se le permitido en su propio proceso hacer uso de las actas de aquellos juicios.
Ironía por ironía, Ismael fue el hijo de un profeta, y la historia de la Fiesta del Sacrificio es una historia religiosa: ofrecer el sacrificio de su propio hijo por la salvación de la humanidad. Hoy el pueblo iraquí ha ofrecido a Dios el sacrificio de Saddam Hussein. A diferencia del símbolo de Jesús, que afirmó que él mismo ofrecía su propia vida por nuestros pecados. De la misma manera que Saddam, Jesús tuvo poco que decidir en el asunto. El momento elegido para la ejecución de Saddam sugiere algo más que un martirio: lo que sugiere es que puede que algún día se le considere un profeta.
¿Blasfemia? Desde luego que sí, pero no me echen la culpa a mí. No he sido yo quien ha elegido el día de la ejecución y me limito a exponer cómo puede ser considerado este hecho por muchos musulmanes, hoy y en el futuro. ¿Ha sido una casualidad? ¿Una fatalidad del destino? Según afirmó el consejero iraquí de seguridad, Muwafak al-Rubaie, “queremos que se le ejecute en un día señalado.”
No obstante, parece más probable que la fecha realmente haya sido fijada por el presidente de Estados Unidos, George Bush, quien había expresado su deseo de que se ejecutase al presidente a finales de año. Se dice que Bush ha guardado la pistola de Saddam, recuperada en el momento de su captura en un refugio subterráneo en 2003, en el despacho oval, lo que viola sin duda alguna las leyes sobre posesión de armas del Distrito de Columbia. También resulta muy improbable que George Bush sepa absolutamente nada de la existencia de las Festividades del Cordero. Los caminos del Señor con misteriosos.
(*). Paul Wolf es un abogado del distrito de Washington que ha trabajado en la defensa de Saddam Hussein. Se puede encontrar documentación sobre el caso en www.international-lawyers.org and at http://www.law.case.edu/saddamtrial.