7 de octubre de 2023

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GUERRA DE GUERRILLAS ENTRE 1941–1945 EN LA URSS

RIA Novosti

28 de mayo de 2015

La guerra de guerrillas, participación de amplias masas populares para luchar contra el enemigo en los territorios ocupados, fue un importante elemento del pueblo soviético en la lucha contra el fascismo.
Motivación

Las personas que las formaron estaban motivadas por la desesperación o por un llamado interno; rechazaban el ’nuevo orden’ impuesto por los alemanes o estaban decepcionados por el régimen de ocupación.

Entre ellos había soldados y oficiales, que se vieron aislados en el territorio ocupado, o que pudieron escapar de los campos de prisioneros. Sin embargo, la mayor parte de los guerrilleros fueron personas de profesiones pacíficas, viejos y jóvenes, que con el tiempo se convirtieron en una fuerza temible para los agresores, capaz de infundirles una permanente sensación de peligro y causándoles un fuerte impacto moral.

La dirigencia de la URSS, por su parte, por todos los medios instaba a la población que se quedó en la zona de ocupación a formar guerrillas y grupos subversivos, desarrollar una guerra de guerrillas, no dejar pasar a las tropas enemigas, volar puentes, descarrilar los trenes, cortar cables, e incendiar almacenes.
Inicio del movimiento guerrillero

En una resolución especial del Comité Central del partido comunista, fechada el 18 de julio de 1941 y titulada “Sobre la organización de la lucha en la retaguardia de las tropas enemigas”, el partido instó a las entidades en todos los niveles a promover la lucha clandestina y la formación de guerrillas; a “ayudar a formar por todos los medios disponibles destacamentos de guerrilleros de infantería y caballería; grupos subversivos y de exterminio; y a desplegar “una red clandestina de nuestras organizaciones bolcheviques en el territorio ocupado para liderar todas las actividades contra los ocupantes fascistas”.
Comandantes guerrilleros más destacados

Vasili Korzh

La primera guerrilla se formó el primer día de la guerra, el 22 de junio de 1941, en Bielorrusia, librando su primer combate el 28 de junio al eliminar un tanque de reconocimiento, tomar prisioneros y capturar mapas.

El destacamento fue encabezado por Vasili Korzh, un militar y guerrillero experimentado participante de la Guerra Civil Española y que se hizo famoso durante la Gran Guerra Patria.
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Teniendo solo tres grados de enseñanza en la escuela, se convirtió en general guerrillero al encabezar en Bielorrusia el destacamento más grande de ellos: unos 15 mil efectivos.

En el territorio que controlaba, Korzh instaló un aeródromo e incluso una imprenta y estableció su orden. Así, por ejemplo, se castigaba con mano dura a los saqueadores, incluyendo a los guerrilleros: “Estamos combatiendo por el pueblo. Nunca maltraten al campesino. Pídanle un pedazo de pan, si hace falta, pero nunca lo tomen a la fuerza. Si maltratas a un campesino pondremos fin a tu vida de guerrillero, al culpable lo encontrarán debajo de la tierra…”

Durante la guerra el destacamento de Korzh eliminó a 26 mil invasores, tomó 422 prisioneros, hizo descarrilar 468 trenes y destruyó más de 700 vehículos. El 15 de agosto de 1944 le otorgaron el título honorífico de Héroe de la Unión Soviética (HUS).

Sidor Kovpak

Otro legendario jefe guerrillero fue el ucraniano Sidor Kovpak. Uno de sus correligionarios, combatiente de reconocimiento, lo describió como “…un viejo de sesenta años, sin enseñanza alguna, que sirvió en un comando de reconocimiento durante la Primera Guerra Mundial, viejo y bravo soldado, que pasó a rastras por trincheras y las tierras de Galicia [ucraniana] y los Montes Cárpatos, galardonado con las dos cruces de San Jorge por su valentía, y veterano de la división de Chapaev durante la Guerra Civil…”
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A inicios de 1941, Kovpak formó una pequeña guerrilla. El inicio fue modesto, ni siquiera todos los combatientes tenían armas. Posteriormente, el destacamento de Kovpak “El viejo”, como lo llamaron sus combatientes, fue creciendo permanentemente.

A su cargo tuvieron varias operaciones, por ejemplo, la voladura simultánea de cinco puentes en el nudo ferroviario Sarni, que resultó de tremenda importancia para cortar las vías de abastecimiento de los Ejércitos alemanes del sur.
Kovpak se dio cuenta de que para sobrevivir era imprescindible estar permanentemente en movimiento, no parar por mucho tiempo en un lugar.

Más tarde recordaría: “durante nuestras acciones de maniobra paulatinamente desarrollamos nuestras reglas de movimiento de guerrillas: empezar la marcha al atardecer y descansar de día en bosques o aldeas lejanas; conocer todo lo que pasaba adelante y en los flancos; no moverse por mucho tiempo en la misma dirección; preferir los rodeos a los caminos rectos; asignar destacamentos de contención; eliminar las pequeñas guarniciones o grupos y hacer emboscadas sin dejar rastros; en ningún caso admitir movimientos fuera de orden; no salirse de las filas; siempre estar preparado para que la columna de viaje logre en minutos una defensa perimétrica y abra fuego demoledor ante la aparición del enemigo; hacer que algunas piezas de artillería salgan a ocupar una posición mientras otras abren fuego desde la marcha; moverse las fuerzas principales por caminos lejanos y conocidos solo por habitantes locales, mientras que los comandos especiales usan los caminos importantes y las vías férreas para cerrarlos al enemigo; volar puentes y rieles; cortar cables; descarrilar trenes”.
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Fotografía de dominio público

Por la noche, por donde pasaba una columna reinaba el silencio, mientras que a la distancia todo estaba ardiendo y retumbando. “Nadie sabe ni debe saber adónde vamos y de dónde hemos venido. Todo el pueblo está combatiendo y nosotros somos tan solo un pequeño arroyo en este temible flujo de guerra popular”, decía.
Gracias a los combatientes de Kovpak, las guerrillas liberaron vastas zonas de las manos de los fascistas y sus secuaces en varios territorios ocupados de Bielorrusia y de la provincia de Briansk.

Una de las más destacadas operaciones realizada por el destacamento de ’El viejo’ fue la eliminación de los yacimientos petrolíferos en los Montes Cárpatos, en medio de una profunda retaguardia enemiga, pues estos eran una fuente importante de abastacimiento de combustible del Grupo de Ejércitos Sur del Wehrmacht. En el verano de 1943, los guerrilleros volaron las torres de petróleo, los depósitos de carburantes y tres plantas de procesamiento de crudo.

Al enterarse de lo acontecido, Hitler exigió eliminar el destacamento de Kovpak. Contra los 1.500 combatientes de “El viejo” fueron lanzados ocho regimientos del ejército alemán y una división de SS. Los alemanes rodearon a sus guerrilleros, pero el destacamento de Kovpak se dividió en seis grupos, cada uno de los cuales se fue en distintas direcciones. Pese a las grandes bajas, los guerrilleros pudieron romper el cerco (por grupos) y más tarde volver a reunirse.

Por su valentía y cumplimiento ejemplar de las tareas encomendadas, a Sidor Kovpak le otorgaron su primer título de HUS en mayo de 1942, y el segundo, en enero de 1944. Por su eficaz mando de los destacamentos guerrilleros fue uno de los primeros jefes de guerrillas que fue ascendido a general.
El áuge del movimiento

Se considera que a finales de 1941 las guerrillas contaban con 90 mil combatientes, siendo más de dos mil el número de sus destacamentos. De este modo, los primeros grupos de ellos eran muy poco numerosos e incorporaban pocas decenas de efectivos.
Fotografía de dominio público

El primer invierno de la guerra fue muy frío, las guerrillas no tenían bases instaladas, les faltaban armas y era difícil conseguir comida. Todo ello complicaba su actuación. Sin embargo, el número de estos grupos siguió creciendo a tal grado que, para finales de 1943, ya incorporaban hasta 250 mil efectivos.

Desde mayo de 1942, el mando estratégico de los guerrilleros se ejercía por el Estado Central del Movimiento Guerrillero a través de un sistema de estados republicanos y provinciales. Como resultado de tal interacción, el movimiento guerrillero se hizo más organizado y eficaz. Así, por ejemplo, en agosto de 1942 se registraron 150 descarrilamientos de trenes; en octubre, 210; y en noviembre, 240.

Los guerrilleros se hicieron más atrevidos y hasta empezaron a atacar a columnas enemigas en marcha. En definitiva, las zonas bajo las acciones guerrilleras se hicieron para los alemanes lugares de creciente peligro, incluso las empezaron a marcar en los mapas con signos especiales.
La ’guerra de rieles’

En junio de 1943, en plena batalla de Kursk, se inició la operación guerrillera llamada “la guerra de rieles”. En un mes, esta operación ejecutada por comandos de 100 mil combatientes, voló gran número de rieles, trenes y puentes. La capacidad de las vías férreas disminuyó en un 35–40% y durante largo tiempo los alemanes no pudieron recuperarla.

En la etapa final de la Gran Guerra Patria, cuando las tropas soviéticas empezaron a expulsar al agresor del territorio nacional, las guerrillas hicieron mucho para salvar a los habitantes locales de ser transportados a los campos de trabajo en Alemania, resguardaron sus bienes, y también ayudaron en todo al ejército durante las operaciones ofensivas.
Armamento y disciplina

Normalmente los guerrilleros estaban armados con armas ligeras: pistolas, ametralladoras ligeras, fusiles, granadas de mano y, solo a veces, disponían de morteros y artillería. Prestaban juramento todas las personas que ingresaron en sus destacamentos (incluso ex militares). La disciplina en las guerrillas fue rigurosa.
Fotografía de dominio público

Al inicio de la guerra caían cerca del 90% de los combatientes de los grupos, mientras que para el final de la guerra este porcentaje se redujo a 10%. Aparte de la actividad subversiva (eliminación de medios de comunicación, eliminación y contaminación de conductos y pozos de agua, etc.), los guerrilleros participaron directamente en combates, brindando apoyo a las tropas regulares y cumplían misiones de reconocimiento y espionaje, propaganda política, o eliminación de colaboracionistas.

Las principales zonas de sus actividades eran las extensas áreas de bosques y pantanos de Ucrania y Bielorrusia, así como las provincias rusas de Briansk, Pskov, Leningrado y Smolensk. Pequeñas guerrillas actuaban además en el territorio de las Repúblicas del Mar Báltico (Lituania, Letonia y Estonia).
Relaciones con la población local

Sus relaciones con la población local de la URSS a veces eran contradictorias. La ayuda de la población fue para ellas de vital importancia, siendo el factor principal de su éxito. Pero, en algunos casos, los guerrilleros demandaban a los locales abandonar sus casas y quemarlas antes de retirarse, con lo que se convirtieron en sus enemigos y, al ser combatidos, ejercieron violencia contra los pobladores.

También se registraron casos de comandos especiales formados por nazis para desacreditar al movimiento de resistencia. Los pseudoguerrilleros eran normalmente colaboracionistas y cometieron asesinatos entre los habitantes locales.

’El arco de Kursk’, la última oportunidad del III Reich

En verano de 1943 el Alto Mando alemán estaba tratando de tomarse la revancha por la derrota en Stalingrado y volver a tener la iniciativa estratégica. Alemania necesitaba la victoria como nunca.

Fechas: Ofensiva alemana: 5 - 16 de julio de 1943; contraofensiva soviética: 12 de julio - 23 de agosto de 1943.

Lugar: región de Kursk, Unión Soviética

Resultado: Decisiva victoria soviética

Comandantes:

Alemania: Erich von Manstein, Günther von Kluge, Hermann Hoth, Walther Model, Robert Ritter von Greim.

URSS: Georgui Zhukov, Konstantin Rokossovski, Nikolai Vatutin, Aleksander Vasilevski, Iván Kónev.

Antecedentes: Las regiones de Oriol, Kursk y Bélgorod centraron la atención de los jefes militares nazis. Esta zona conformaba la parte saliente del frente soviético, de unos 150 kilómetros de largo y unos 200 de ancho que los alemanes solían llamar ‘el balcón de Kursk’, y que preocupaba mucho a los enemigos del Ejército Rojo.

Valiéndose de esta parte saliente, las tropas soviéticas podían atacar el punto donde se juntaban los ejércitos Centro y Sur y romper el frente penetrando en las regiones centrales de Ucrania. Al mismo tiempo, los estrategas de Hitler no podían evitar caer en la tentación de atacar a los destacamentos rusos del Norte y del Sur en la base del “balcón de Kursk” para sitiar y aniquilar a un numeroso grupo de tropas soviéticas que se encontraba allí. A la operación se le dio el nombre de ‘Ciudadela’.
Fuerzas en combate

Wehrmacht: 900.000 hombres; 2.928 tanques; 9.966 cañones y morteros;

Luftwaffe: 2.110 aviones
Ejército Rojo

1.300.000 hombres + 600.000 en reserva; 3.400 tanques + 1.500 en reserva; 25.000 cañones y morteros;

La Fuerza Aérea Soviética: 2.700 aviones

En la región de la operación estaban concentradas 50 divisiones de la Wehrmacht, cerca de 3.000 tanques (la mitad de todos los que estaban en disposición de los nazis en aquel momento) y cerca de 2.000 aviones. El cuerpo de élite de tanques de las SS, incluidas las famosas divisiones ‘Reich’, ‘Grossdeutschland’, ‘Adolf Hitler’ y ‘Totenkopf’, estaba destinado a ser la principal unidad de choque de la operación. Por primera vez se planeaba usar a gran escala los nuevos tanques alemanes Tiger y los nuevos aviones de caza Focke-Wulf 190.

Alemania tuvo que emplear todas sus fuerzas en prepararse para la ofensiva de verano. Se realizó una movilización total. La industria militar estaba operando a plena capacidad.

Los agentes de la inteligencia soviética y británica consiguieron descubrir los planes de Hitler, lo que permitió llevar a cabo los trabajos preparativos a gran escala y concentrar las fuerzas. En tres meses se construyeron ocho líneas de defensa con trincheras, alambradas y campos minados.
La estrategia de ambos bandos

Al Alto Mando del Ejército Rojo le llevó un tiempo determinar la táctica a emplear en la operación militar. Finalmente, optaron por seguir el criterio de Zhúkov y Vasilevski, que insistían en que primero había que agotar las fuerzas del enemigo durante la defensa, antes de emprender la contraofensiva.

En el transcurso de la guerra hasta aquel momento, las tropas soviéticas no habían podido bloquear ni una sola vez el ataque de los tanques del enemigo apoyado por la aviación en la primera línea de la defensa. Esta vez tenían que conseguirlo para evitar la derrota y que un millón de soldados rusos se vieran cercados, lo que en aquel momento sería una catástrofe para la URSS. Ambas partes apostaron mucho por esta operación.
Desarrollo de las operaciones

Al amanecer del 5 de julio de 1942 los alemanes atacaron a las tropas soviéticas al mismo tiempo por el Sur y por el Norte. El Gran Cuartel General ruso sabía la hora exacta del inicio de la operación cinco días antes de la batalla. Por lo tanto la ofensiva de la Wehrmacht no se desarrolló de acuerdo con el plan previsto por los alemanes. Las divisiones nazis que avanzaban para ocupar las posiciones fueron atacadas por la artillería rusa y sufrieron pérdidas. Sin embargo, no se logró detener la ofensiva: los Tiger seguían haciendo brechas en las fortificaciones soviéticas. Los tanques alemanes, que tenían cañones más potentes con capacidad para alcanzar distancias más largas, rompían el blindaje de los carros de combate rusos sin sufrir daños.

La primera semana de la batalla era la prueba más dura. No se logró detener al enemigo en la primera, ni tampoco en la segunda línea de defensa. La situación era casi crítica.
De los recuerdos de M. Abdulin (‘160 páginas del diario de un soldado’):

“Nunca, ni antes ni después de esta batalla, vi tal cantidad de artillería. Los jefes de las divisiones de artillería de diferente calibre tardaban en encontrar la posición de fuego ya que tenían que tener en cuenta la posición de las divisiones vecinas y no molestarles durante el ataque. ¡Los artilleros no cabían en el campo de batalla!
El estruendo de cañones no paraba ni un solo minuto desde la mañana y hasta la noche. A causa del hollín, nosotros, la infantería, parecíamos unos fogoneros echando sin cesar carbón al fogón, en medio del humo de los tanques incendiados, las explosiones de proyectiles, el fuego de todo tipo de armas... Brillaban el blanco de los ojos y los dientes... Cada uno, cubierto de sudor, hacía su trabajo en su trinchera, en su metro cuadrado de tierra, como en un taller gigante, sin miedo ya, abandonándose a las manos del destino: me matan o no me matan. En una batalla tan feroz es imposible preservarse, y las manos hacían lo necesario casi automáticamente.

Al retroceder los nazis, volvieron a atacar nuestras posiciones con mayor fuerza, pero sin éxito. ¿Cuántas veces al día? Unos en contra de los otros. ¿Quién va a poder con quién? Chocaron dos potencias, dos fuerzas.

En el cielo también durante todo el día hay combates aéreos. Caen miles de pedazos de proyectiles y balas. Aquí mismo cada dos por tres aterrizan los pilotos nazis y los nuestros. Muchas veces hemos visto como los pilotos continúan la lucha disparándose los unos a los otros con pistolas mientras están descendiendo a tierra. Hay que ayudar pero ¿cómo? Si nuestros paracaídas tuvieran una estrella pintada o fueran todos del mismo color”.

Los alemanes lograron introducir una cuña en el frente soviético e incluso sitiar a varias unidades militares. El 8 de julio, a causa del anticipado y mal preparado intento de emprender una contraofensiva, algunas unidades de tanques perdieron hasta el 90% de los carros de combate (en total, cerca de 340 tanques), los soldados estaban agotados. El enemigo no sólo no fue detenido, sino que seguía avanzando. Sólo cuatro días después, gracias a los enormes esfuerzos de las tropas rusas, se logró mejorar la situación en esta parte del frente.
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Batalla de Prójorovka

El 12 de julio, cerca de la estación ferroviaria de Prójorovka tuvo lugar la batalla que se recoge en todos los manuales de historia como la mayor batalla de tanques de la Segunda Guerra Mundial. En realidad lo que sucedió en Prójorovka no era muy diferente a los días anteriores de lucha feroz. En el transcurso de una semana ‘las batallas de Prójorovka’ tenían lugar casi a diario en el flanco sur del ‘arco de Kursk’. La importancia que más tarde le dieron a esta batalla en concreto se debe a una coincidencia de circunstancias y a una serie de falsedades históricas.

La batalla de Prójorovka se desarrollaba según el plan del combate del 8 de julio. Por lo visto, los jefes del Frente de Vorónezh no sacaron conclusiones de los acontecimientos anteriores. Esta fue la causa principal de las enormes pérdidas sufridas por las tropas soviéticas el 12 de julio.Teniendo el doble de tanques que los nazis, el Ejército Rojo no pudo obtener una victoria incondicional.

A pesar de las pérdidas suyas, también muy altas, los alemanes seguían con capacidad combativa. Las batallas cerca de Prójorovka duraron hasta el 16 de julio. Uno de los participantes de aquellos acontecimientos recuerda: “Los nazis necesitan la victoria. Están esforzándose mucho y luchan hasta el último suspiro. Ya empiezo a pensar que cada uno de los fascistas tiene una o dos vidas de reserva. Lo nuestro está claro. Estamos luchando por lo nuestro, en nuestra tierra. ¿Pero por qué los nazis están dispuestos a morir tan fácil? Están muriendo pero vuelven a atacar una y otra vez. Los quemamos, los aplastamos, los volcamos, pero regresan. El Sol se ha vuelto negro en el cielo, el humo de los tanques volcados en llamas quema los pulmones, el metal se está deformando por el fuego y por las explosiones...”.

Al final, los alemanes retrocedieron, pero no por ser derrotados claramente, sino por la imposibilidad de hacerse con el saliente ocupado por las tropas soviéticas. El Ejército Rojo estaba agotado y no pudo iniciar de manera inmediata la persecusión del enemigo.

Durante las tres semanas de batallas en el flanco sur del “arco de Kursk” las pérdidas rusas en muertos y heridos llegaron a más de 185.000 personas. Mientras tanto, el ejército alemán Sur perdió a cerca de 35.000 efectivos. En total, la parte rusa perdió a unas 178.000 personas, mientras que Alemania sufrió 57.000 bajas mortales. (según otros datos existentes, cerca de 200.000).
Contraofensiva soviética

Tras una corta tregua, el Ejército Rojo inició una contraofensiva, como resultado de la cual a principios de agosto fueron liberadas las ciudades de Oriol (‘Operación Kutúzov’) y de Bélgorod (‘Operación Rumiánzev’).
Importancia para el Ejército Rojo

La batalla de Kursk supuso una seria prueba para los soldados soviéticos. Según los documentos secretos revelados recientemente y las últimas investigaciones, la victoria de la URSS no fue tan brillante y evidente. Ha sido una operación militar duradera y extenuante en resultado de la cual la URSS obtuvo la supremacía estratégica. Hasta el día de hoy la valoración de aquella batalla entre los historiadores militares no es unívoca, pero Rusia salió ganadora en aquella guerra.

No se puede echar la culpa por los fracasos del Ejército Rojo sólo a los jefes militares. En el año 1943 la Wehrmacht representaba una perfecta máquina de guerra, mientras que la mayoría de los jefes militares rusos no tenía suficiente experiencia por aquel entonces. Todos, desde los soldados hasta los generales, combatían como podían, cometiendo errores que a menudo se corregían a costa de mucha sangre derramada, gracias al enorme coraje de los soldados soviéticos.
Importancia histórica

La batalla del ‘arco de Kursk’ cambió el rumbo de la guerra. Los vencidos tuvieron que reconocerlo. Más tarde el mariscal de campo Erich von Manstein, el diseñador y jefe de la ‘Operación Ciudadela’, escribió: “Esta operación ha sido el último intento de conservar nuestra iniciativa en el Este. Tras el fracaso de la misma la iniciativa definitivamente pasó a manos de la parte soviética. Por lo tanto, la ‘Operación Ciudadela’ es un punto clave y decisivo de la guerra en el frente del Este”.