7 de octubre de 2023

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“LAS BRUJAS DE LA NOCHE”

La Marcha Obrera

4 de marzo de 2015

El cuerpo de aviación femenino que aterrorizaba a los nazis
La siguiente no es una historia de fantasmas o una leyenda de Halloween, en realidad ocurrió. Durante la Segunda Guerra Mundial, en las filas de la aviación militar soviética, existió un cuerpo de combate femenino, que ha sido considerado una de las más gloriosas páginas de la lucha contra el fascismo.
The Second World War.En 1941, Marina Raskova –una aviadora militar que había recibido el galardón de Heroína de la Unión Soviética, en 1938, por romper un récord de vuelo de larga escala femenino, además de haber sido la primera mujer piloto graduada en la URSS–, convenció a Stalin para crear un cuerpo de combate femenino para la rama de la aviación militar soviética, siendo hasta ahora en la historia la única unidad militar de aviación, integrada exclusivamente por mujeres, que ha existido y combatido.

Se crearon tres regimientos aéreos de bombardeo nocturno, el 586, 587 y el legendario de 588 –liderado por Marina Raskova–, los cuales entraron en operación a principios de 1942.
Un millón de mujeres se batió el cobre en el bando soviético. Pero hasta entonces ningún ejército del mundo había dejado en manos femeninas el mando de sus cazas.

La desesperada situación que atenazaba a las fuerzas armadas soviéticas hizo que éstas fueran las primeras en recurrir a un nutrido grupo de féminas preparadas para el combate aéreo. Ellas, por su parte, recogieron el guante y demostraron su valía convirtiéndose en el regimiento más condecorado de las fuerzas aéreas soviéticas.

Pilotos de guerra en seis meses

La situación en el territorio soviético era descorazonadora. La hegemonía aérea de los alemanes se había revelado incontestable. Las cuestiones de género tuvieron que aparcarse ante el avance imparable de la primera fase de la Operación Barbarroja, acometida en junio de 1941.

Stalin, y por ende la Stavka, accedió a la iniciativa de Marina Roskova de llamar a las mujeres a filas y formar tres regimientos del aire exclusivamente femeninos, tanto para pilotar las aeronaves como para gestionar el mantenimiento técnico.

Era tan inusual la presencia de aquel grupo de chicas de 17 a 26 años entre aviones de combate que ni siquiera contaban con un uniforme concebido para ellas: tuvieron que hacer arreglos en la indumentaria masculina, varias tallas más grande, y rellenar con papel de periódico las botas militares.

Lo más relevante de estas heroicas mujeres soviéticas, que apenas eran entrenadas por unos dos o tres meses antes de ir a volar y combatir, era que pilotaban unos aeroplanos de madera y lona ya anticuados que fueron fabricados en 1927, los Biplanos U-2 que eran usados generalmente para labores de fumigación o correo aéreo. Estos lentos aviones de madera, en cambio, eran robustos y con una gran capacidad de planeo eran ideales para las acciones casi suicidas de estas valientes y jóvenes mujeres soviéticas.

Mientras sus camaradas hombres bombardeaban de día las posiciones fascistas del frente ruso, estas mujeres pilotos siempre volaban de noche, sin radares ni radio, se guiaban apenas con una brújula y un reloj.
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Para evitar la detección enemiga solían volar muy bajo y apagaban el motor, planeaban hasta sus objetivos y dejaban caer sus bombas sobre los criminales fascistas, luego encendían nuevamente los motores y escapaban a todo gas.

Preferían no usar paracaídas para llevar más bombas, además, si eran descubiertas o derribadas al volar al ras de suelo el paracaídas se hacía inútil, generalmente cargaban pequeñas bombas incendiarias, que usualmente eran lanzadas a mano.

A pesar de todos los anteriores elementos, eran muy temidas por las tropas hitlerianas, quienes las llamaban con profundo temor y respeto ‘Nachthexen’ o Brujas de la Noche. Los fascistas otorgaban una Cruz de Hierro a quien lograse derribar a alguna de estas heroicas jovencitas, que eran casi indetectables, apenas un leve silbido que producía el viento al rozar las alas de sus biplanos eran el anuncio de la muerte que escuchaba la canalla fascista.

Los regimientos femeninos de bombardeo nocturno realizaron durante la guerra 24.000 vuelos y lanzaron unas 3.000 toneladas de explosivos sobre los fascistas.

Una de cada tres mujeres soviéticas del regimiento de bombardeo nocturno murió en combate, 23 de ellas recibieron la Orden de Heroínas de la Unión Soviética. La mayoría fueron condecoradas a título póstumo, entre ellas Marina Raskova que el 4 de enero de 1943 entregaría su vida en combate en la lucha contra el fascismo.

Para los nazis eran las Brujas de la Noche, pero el pueblo soviético las conoció como Los Halcones de Stalin.

Extraído: prensa PCV