3 de noviembre de 2024

INICIO > EUROPA > Rusia

Capitalismo global. Rusia, Venezuela, Cuba y el acuerdo con el Imperio

Por: Gustavo Herren.

3 de enero de 2015

La normalización de los vínculos entre Cuba y Estados Unidos fue saludada por la prensa internacional y en el mundo por los gobiernos capitalistas. No tiene que ver con los finales de la Guerra Fría, sino con los comienzos de una nueva clase de guerra fría capitalista.

Desde el colapso de la Unión Soviética, las relaciones de Rusia con Cuba mantenían un bajo perfil, hasta el 2013 cuando Moscú condonó casi la totalidad de la antigua deuda cubana heredada, y la visita del presidente Putin consolidó algunos acuerdos en tecnología e hidrocarburos. Pero el país con mayor territorio del planeta, no regresaba con subsidios para ampliar su esfera de influencia estratégica como superpotencia socialista, sino para establecer relaciones estratégicas como potencia regional capitalista. Las grandes inversiones de los capitalistas rusos que no acumulan en Moscú, sino en la City de Londres, no llegarán a Cuba si no se hacen reformas estructurales que aseguren sus ganancias.

En las condiciones actuales es poco probable, que Moscú llegue a aumentar su influencia sobre La Habana al nivel de configurar la amenaza real de una ’Cuba pro-rusa’ sobre la frontera de Estados Unidos, como acaba de hacer éste con la amenaza de una ’Ucrania atlantista’ (aunque dividida) sobre la frontera de Rusia. Con el ’juego’ de guerra ucraniano, Washington está aumentando el peligro no solo para Europa sino para toda la humanidad. Si bien Rusia es una potencia nuclear con alcance global, su gobierno está demostrando prudencia. Putin afirmó que la doctrina militar rusa sigue siendo defensiva, pese al aumento de la actividad de la OTAN en Europa del Este, aunque destacó que las fuerzas nucleares estratégicas son el elemento principal del equilibrio mundial, y que Rusia defenderá su seguridad de una manera consecuente y firme.

Al respecto, en la gran rueda de prensa del 18 del corriente para más de 1.200 periodistas, ante la pregunta de si lo que ocurre actualmente en la economía rusa es un precio que hay que pagar por Crimea, y si no es quizás el momento de reconocerlo honestamente, Vladímir Putin refería metafóricamente ’....No es el precio que hay que pagar por Crimea, es más bien el pago por nuestro natural deseo de seguir existiendo como nación, como civilización, como Estado. Y voy a explicar por qué. En un debate en Valdái hice una analogía recordando nuestro símbolo más reconocible, el oso que protege su bosque. Y pienso, a lo mejor nuestro oso debería quedarse quieto, dejar correr a los animales por el bosque y alimentarse de miel y frutas. Igual si es así, ¿lo dejarán en paz?, no. No lo dejarán tranquilo, porque siempre intentarán ponerle una cadena. Y cuando lo encadenen, le arrancarán los dientes y las garras, que hoy día son la fuerza de contención nuclear. En cuanto esto ocurra, espero que no, ya no les interesará el oso, y querrán quedarse con el bosque. Hemos oído decir a representantes casi oficiales y en múltiples ocasiones, que es injusto que Rusia posea tanta riqueza ella sola (por Siberia). ¿Cómo que injusto?, parece que robar Texas a México es justo, y que trabajemos en nuestra propia tierra es injusto y entonces hay que repartirla. Y después de arrancarle al oso los dientes y las garras, ya no lo querrán. Lo disecarán y se acabó. Por eso Crimea no tiene nada que ver, la cuestión está en que nosotros defendemos nuestra independencia, nuestra soberanía y el derecho a existir.’

Pero hay otro país que tiene una más vigorosa relación con La Habana, es la Venezuela petrolera, que entre otros numerosos acuerdos, préstamos, subsidios y trueques, financia desde hace más de una década una parte relevante del petróleo consumido por Cuba.

Estados Unidos está ’marcando’ territorios, ante las iniciativas de Rusia que muestra una tendencia hacia una gran potencia, sea en Siria, en Ucrania con Crimea, o en sus relaciones internacionales, especialmente con China e India. Washington está creando una suerte de nueva división global ’Este-Oeste’, forzando respectivas zonas de influencia, como por ejemplo para mantener una Eurasia dividida. En Latinoamérica, refuerza su esfera de influencia geopolítica y económica apuntando por una parte a reducir grados de libertad a Moscú y ocupar espacios en que éste ha mostrado iniciativa, y preventivamente Cuba es uno de ellos. En estas condiciones, el Pentágono debe eliminar de plano cualquier clase de amenaza que ni siquiera le haga recordar el fantasma de la Crisis de los Misiles en octubre de 1962. Lo cierto para el Imperio, es que tarde o temprano debe meter a Cuba dentro de su esfera de influencia. El momento es oportuno para comenzar, la baja en los precios internacionales del petróleo impacta en las economías de Rusia y Venezuela, y ésta al reducir la ayuda podría producir una crisis en la economía cubana, de modo que La Habana se halla en un punto crítico de presión.

A diferencia de los países menores, el Imperio mide los tiempos según la macro-historia. Los objetivos del Imperio en el largo plazo permanecen invariantes, porque los intereses de su poder político&económico real no han cambiado, lo que modifica según sea la administración de turno y la coyuntura son, las estrategias para alcanzarlos. Un objetivo es el cambio de régimen cubano o bien, captar su connivencia. Otro, desmembrar el eje Cuba-Venezuela plantando una cuña de discordia y desconfianza entre ambos, y que siembre dudas en los países que buscan la integración latinoamericana. Por eso no es una contradicción que, mientras se acerca a Cuba, en palabras del viceprimer ministro ruso Dmitry Rogozin ’...Estados Unidos está ahogando a Cuba con abrazos’, un día después castigue a Venezuela con la injerencia de una escalada de sanciones que atentan contra su soberanía. Con similar prepotencia Washington sigue su injerencia sobre Rusia, aplicando sanciones junto con sus seguidores atlantistas, en una guerra económica que busca quebrar la economía rusa.

De esta manera, por carácter transitivo pretende también debilitar a Bolivia, Nicaragua y Ecuador principales integrantes del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) que tiene además a Irán y Siria entre los observadores. El Imperio debe descabezar a su amenaza ideológica, la alianza anti-imperialista, anticapitalista y contra el neoliberalismo, creada en 2004 en La Habana, por Cuba y Venezuela, como alternativa al tratado de ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas) que impulsaba Estados Unidos y su presidente George W. Bush. Que fue rechazado y sepultado en la IV Cumbre de las Américas de 2005, en Mar del Plata (Argentina), principalmente por los presidentes Hugo Chávez, Néstor Kirchner y Lula da Silva. No es casual, la especial invitación de Obama a Cuba a la próxima Cumbre de las Américas (Panamá, abril de 2015), de la que siempre estuvo aislada por mandato imperial.

Obama debe mejorar la imagen internacional y de autoridad moral, personal y del Imperio, después que se comenzara a desenmascarar ante el público la cara demoníaca de Estados Unidos, últimamente las torturas que efectuaba la CIA con conocimiento de los máximos niveles de gobierno del régimen, que salieron a luz desde las mismas entrañas de la bestia. Le quedan dos años de mandato para dejar marcadas sus huellas en la excepcionalidad del Imperio diferenciándose de los republicanos. En esta línea, pretende quedar en la historia con la liberación de presos de Guantánamo y la normalización de relaciones con Cuba, que por otro lado, proviene de negociaciones con La Habana, secretas, aún para Venezuela, que comenzaron en algún momento del período que va desde que el Comandante Chávez convalecía de su enfermedad en la isla hasta algo después de su desaparición física (5/3/13), y donde intervino el papa Francisco.

La intervención de la iglesia católica no ha tenido hasta ahora, buenos resultados para el socialismo. A pesar de que según su religión deberían ser neutrales ideológicamente, los jerarcas máximos de la iglesia católica se inclinan hacia el capitalismo. Aunque no está claro si el papa Francisco pretende emularlo, cabe recordar como caso emblemático al papa polaco Juan Pablo II (Karol Wojtyła). Aclamado por Occidente capitalista como uno de los principales luchadores anticomunistas del siglo XX, con un papel decisivo para poner fin al comunismo en Polonia y en toda Europa. Según el último mandatario de la Polonia comunista, Wojciech Jaruzelski ’...La visita de Juan Pablo II a Polonia en 1979, fue el detonador de los cambios’. También luchó contra la expansión comunista en Iberoamérica junto a su mano derecha y sucesor, Joseph Ratzinger. Josep Borrell, presidente del Parlamento Europeo decía en 2005 ’...La historia recordará el determinante empeño de Juan Pablo II en la reconducción de los Estados de Europa Central y Oriental hacia la democracia y la libertad. Recordará también, su actividad, a menudo discreta pero decidida, en favor del diálogo entre los pueblos y los Estados en conflicto, y por la reanudación de las negociaciones entre los Estados de Oriente Medio’. En 1989, Gorbachov, el último presidente de la URSS se reunió con el papa, y más tarde declaró que lo sucedido en Europa del Este hubiera sido imposible sin la presencia de Juan Pablo II. Sin embargo durante el pontificado de Francisco, Juan Pablo II ha sido canonizado, los hechos terminarán por demostrar mas pronto que tarde, si el papa jesuita se convertirá en el Wojtyla latinoamericano.

Sin duda la normalización de relaciones Washington-La Habana aunque continúe el bloqueo económico, comercial y financiero a Cuba, tiene aspectos positivos. Como aquellos enfatizados por los medios de comunicación, el regreso de los 3 luchadores antiterroristas cubanos restantes, por el intercambio de prisioneros a cambio de al menos el espía estadounidense Alan Gross. También la economía cubana que tuvo grandes golpes con la sanción del bloqueo (1960) y con la desaparición de la URSS, podría beneficiarse después del bloqueo. Pero los medios de comunicación poco mencionan, que el acuerdo expondrá flancos de enorme vulnerabilidad para Cuba, que obviamente su gobierno no puede desconocer y debería tomar medidas muy cuidadosas para evitar caer en la trampa. El viceprimer ministro ruso Dmitry Rogozin declaró al respecto ’...No nos fiamos de las palabras de Washington, no vemos en el águila norteamericana una paloma de la paz. Su pico de rapaz muestra cómo es en realidad. Probablemente, Estados Unidos simplemente decidió cambiar la táctica y ahora ahoga con abrazos en vez de simplemente ahogar. Ya lo veremos’.

La Cuba de Fidel y el Che, no es la misma que la de Raúl Castro que desde hace años impulsa cambios para la apertura de la economía en cuanto, al ingreso del capital extranjero, aumento de relaciones mercantiles, y el achicamiento general del Estado, menos en los sectores de educación, salud pública y seguridad. Las acciones de austeridad que el gobierno viene aplicando, muestran que está considerando al Estado como excesivamente grande y burocrático respecto de la economía cubana, y ya están actuando en la isla los primeros inversores extranjeros llegados de China, España, Brasil y otros países latinoamericanos. Al parecer el modelo económico cubano pretende algunas similitudes con el de China o Vietnam. Sin embargo el redimensionamiento del Estado y el grado de avance del mercado, se puede hacer dentro de un marco realmente socialista y soberano, o bien encubierto introduciendo criterios del capitalismo liberal. En los próximos dos años se podrá observar si en Cuba permaneció invariante el núcleo ideológico original de la Revolución de Fidel, o si ha ido degenerando en una potencial elite política que llegado el caso, romperá su compromiso con el pueblo, y se transformará en oligarquía en connivencia con el poder económico, enriquecida a costa de las privatizaciones y negociados privados y con el Estado una vez que se haya consumado la apertura económica, es decir un proceso con ciertas semejanzas al ’socialismo de mercado’ surgido en China, un pseudosocialismo, que traducido a la realidad es un capitalismo de mercado con partido centralizado.

La normalización de las relaciones es el comienzo de una dura prueba para el futuro de la Revolución. La entrada en masa de los capitales imperialistas estadounidenses y europeos no viene sola. En toda América Latina esos mismos con sus quintas columnas locales, son los que han expoliado los recursos naturales de los países, explotado y hambreado a los trabajadores y jaqueado y empobrecido a sus pueblos con deudas externas eternas y usurarias. En un proceso macro-histórico (es decir medido en generaciones), Cuba deberá soportar una progresiva pero furibunda penetración cultural, ideológica y la corrupción, que traen esas inversiones. Con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas el Imperio abrirá una embajada en La Habana (es decir un nuevo dulce hogar para la CIA), y ya es conocido el dicho que ’si en Estados Unidos no hay golpes de Estado es porque Washington no tiene embajada’. Obama usa el softpower caracterizado por el pragmatismo, no pudieron rendir a Cuba desde afuera con la guerra económica (bloqueo durante 50 años) entonces la estrategia troyana, van a corromperla desde adentro.

En el mejor de los casos, si el gobierno cubano no retrocede, y mantiene firmes sus principios, políticas y objetivos socialistas revolucionarios verdaderos, no cede soberanía ni autodeterminación y sigue con una política exterior afín a la integración latinoamericana anti-imperialista y fuera del liberalismo económico, automáticamente comenzarán, como es un hecho en otros países, las guerras internas virulentas promovidas desde el exterior.

Así desatarán la guerra ideológica, psicológica y cultural de la mano de las fuertes inversiones, tales como el Turismo, los nuevos medios de comunicación para el bombardeo cultural y la industria del entretenimiento para plantar la cultura del consumismo y colonizar subliminalmente las mentes, el intercambio estudiantil y profesional con en el Imperio y sus centros universitarios del liberalismo económico formadores de dirigentes, la llegada de grupos religiosos catequizadores y las consabidas ONG operando in situ, que con la corrupción del dólar reclutarán localmente grupos sociales disidentes rebeldes con capacidad para una contra-revolución y para la desestabilización política, económica y militar, es decir la guerra de organizaciones y de masas, que finalmente intentarán dar un ’color’ a la Revolución. Las consecuencias para los trabajadores de la entrada en masa del capital imperialista, por ejemplo en la industria manufacturera y los armaderos utilizando la mano de obra cubana barata, serán la explotación y la pérdida de sus derechos adquiridos en la Revolución. Obama dijo ’...Queremos darle poder efectivo a la población cubana, proyectos humanísticos, apoyar al sector privado cubano y expandir las telecomunicaciones.

Para Cuba, el bloqueo tiene efectos criminales sobre la sociedad especialmente en salud y acota y perjudica fuertemente su economía soberana. Para el Imperio el ’embargo’, debería generar presiones dirigidas a satisfacer sus intereses, sin embargo en lo político y estratégico no ha dado los resultados esperados, como se observa por un lado en las Naciones Unidas, y por otro en que ha inducido un acercamiento a la isla de Venezuela y últimamente de Rusia. Pero hay más.

Se puede tener presente que Obama utiliza el soft-power, pero en realidad es parte del smart-power (poder inteligente). Es decir, cuando se refiere al ’fracaso’ del bloqueo de 50 años y de las políticas contra Cuba, significa que el bloqueo justamente por las carencias y desgracia que produjo en el pueblo cubano, ha hecho que éste se aglutine y tome conciencia de lucha identificando un enemigo común, el imperialismo estadounidense. Mientras el aislamiento del país, actuó como barrera contra los múltiples agentes y estratagemas que el capitalismo occidental utiliza para someter a los pueblos a través de sus propias mentes. Todo lo cuál, contribuyó a una mayor identificación de la mayoría del pueblo con el gobierno y el socialismo revolucionario cubano. El Imperio conoce muy bien estos temas, así por ejemplo cuando necesita apoyo y alineamiento detrás suyo aglutina países enteros fabricando un enemigo común. Paradojicamente el levantamiento del bloqueo puede en los hechos debilitar la unidad del pueblo si el gobierno socialista cubano no contrarresta con medidas inteligentes.

La normalización de las relaciones entre Cuba y el Imperio que pueden llevar al fin del bloqueo, esconde un arma de doble filo, y producirá finalmente una victoria, pero aún está por aclararse para quién...