7 de octubre de 2023

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ALAN GARCIA ALISTA PRIVATIZACION DE PETROPERU

Por: José Bolo Bancayán.

27 de enero de 2009

¿La historia se repite?

En las elecciones de 1985 muchos talareños y en especial trabajadores petroleros simpatizaban con el Dr. Alan García, confiándole su voto democrático, y en el año 1987 este presidente de la República se los enfrentaba acusándolos de burócratas y hasta llegó a quitarles el beneficio de la Cláusula de Garantía que habían consignado en la Convención Colectiva.

En aquel gobierno Petroperú S.A. llegó a ser una empresa quebrada, pues por disposición del Poder Ejecutivo más costaba una botella de gaseosa que un galón de combustible.

Ante ese estado catastrófico, y casi aislados e incomprendidos algunos levantamos la propuesta “Salvemos Petroperú”.

Llegó el gobierno de Alberto Fujimori y encontró terreno propicio para aplicar sus medidas privatizadoras, pues encontró una administración que plena y totalmente se hacía sumisa a cualquier gobierno y era incapaz de hacer respetar la autonomía de la empresa establecida en su ley (Decreto Legislativo Nº 43). Encontró además un movimiento sindical dividido y más entregado a asuntos puramente economicistas.

Luchar contra la privatización y la defensa de Petroperú fue una batalla dura en la que principalmente fuimos actores directos, personas que no teníamos vínculos con Petroperú S.A. y simplemente actuábamos por sentimiento nacional. Eso lo hicimos a pesar que hoy somos vistos con indiferencia por parte de quienes laboran y administran en Petroperú.

Pero llegó el proceso electoral del 2006 y muchos de los talareños y petroleros amnésicos olvidaron los enfrentamientos que tuvieron con el primer gobierno de García Pérez, y como si fuera poco, le depositaron su plena confianza para su segundo gobierno.

Hoy están volviendo a suceder asuntos que afectan la vigencia de Petroperú, como el escándalo de los “petroaudios” que vincula a personajes del directorio de la empresa, y parece que si se continúa investigando resultará demostrada la influencia de Rómulo León Alegría sobre los altos funcionarios de ésta.

Nuevamente el gobierno desconoce la autonomía de la empresa y le tira “perro muerto” a Petroperú S.A. no pagándole lo que le corresponde al Fondo de Compensación de los Combustibles; y ante este hecho, la administración de la empresa y en especial su departamento legal se muestra incapaz de poner en su lugar al Poder Ejecutivo.

La crisis se ahonda porque Petroperú S.A. compró petróleo crudo a precios internacionales antes de la estrepitosa caída del barril que estuvo a US $ 140 y ahora se cotiza a US 47 dólares.

Pero los problemas de Petroperú no quedan ahí, sino que sus trabajadores y funcionarios parecen que no han aprendido que una de las razones que hizo viable la privatización en el primer quinquenio de la década de los noventa fue la mala imagen que irradió la conducta de varios trabajadores y funcionarios, que eran vistos como hechos subjetivos sin mayor importancia.

Quizás muchos pensarán que las Leyes 28244 y 28840 eran tranquilizantes eternos, y que por lo tanto, al entrar estas normas en vigencia estaba permitido volver a las andanzas del pasado, en lo cual tienen responsabilidad también las dirigencias sindicales por no haber asumido con responsabilidad que entre los trabajadores y funcionarios se labore aplicando una mística de Moral de Productores.

La indiferencia ante los trabajadores subcontratados de la misma empresa (que ingieren sus alimentos en una intemperie contaminada) es una muestra evidente de la falta de cuidado de la imagen de Petroperú S.A. Existen trabajadores subcontratados, sobreexplotados y sin derechos laborales, lo cual no parece importar a los funcionarios ni a las dirigencias sindicales. La indiferencia lleva a pensar que los funcionarios tienen intereses en las subcontratistas.

Petroperú hace poco manifestó que la empresa se autocontrola; pero, sin embargo, las denuncias que se hace en algunos medios de comunicación sobre inexplicables pérdidas de materiales o defectos en los registros de existencias, confirman que es poco o casi nada lo que se hace por cautelar los bienes de la empresa.

Un autocontrol significa que un trabajador muy bien podría haber denunciado a otro trabajador o funcionario que realice actos irregulares. Llama la atención que un juez haya separado de un proceso a un funcionario con mucha responsabilidad en las irregularidades en la administración de materiales, para sólo involucrar a trabajadores que reciben órdenes.

La historia se repite en este segundo gobierno del Dr. García Pérez:

La injerencia política abusando de la falta de personalidad profesional de los funcionarios de Petroperú está llevando a esta empresa a la inoperancia.

La deuda de 800 millones de soles que el gobierno adeuda a la empresa por el Fondo de Compensación de Combustibles, las pérdidas por comprar crudo a precios altos, la variación del tipo de cambio que se aplica en los créditos asumidos por esperar el pago del Fondo de Compensación de los Combustibles.

A pesar que Petroperú S.A. tiene un Código de Ética y una Comisión de Ética y Transparencia, la moral de productores, los principios y valores éticos están disminuidos. El Código de Ética se hizo conocer en una conferencia dictada al personal, pero casi nadie lo conoce, ni menos se pone en práctica, el argumento es que es difícil que un adulto cambie.

Si bien en una forma de intervencionismo que no corresponde, porque por un lado el gobierno debió respetar la autonomía de la empresa y por otro lado, no puede hacer el rol de regulador por expresa prohibición de la Constitución, se dispuso la rebaja del precio de los combustibles, pero de contrabando se incrementó el Impuesto Selectivo al Consumo (inclusive es un nuevo impuesto al petróleo industrial 6).

Contra este intervencionismo y utilización de Petroperú S.A. por parte del gobierno de turno para gravar más impuestos, la administración y sobre todo el departamento legal de la empresa aún mantienen un silencio de consentimiento a las acciones del Poder Ejecutivo.

Desde hace dos años Petroperú S.A. ya daba signos negativos en sus resultados económicos, en enero el año 2007 la rentabilidad era -9,2%, que finalmente fue superada, pero esto se ha ido agudizando y hoy se torna insostenible.

Un dirigente sindical en su afán reeleccionista ofreció a los trabajadores gestionar un adelanto del pago de utilidades del ejercicio económico 2008, lo cual ha pasado a ser una promesa incumplida porque sólo en un cuento de hadas sería posible que una varita mágica cambie la situación económica.

Para Petroperú S.A. el gobierno del Dr. Alan García Pérez constituye un ave de malagüelo, porque se repite la historia de la crisis económica, pero culpables son los mismos trabajadores que olvidaron que en el quinquenio 1985 – 1990 la política intervencionista del gobierno arruinó la empresa, pero como buena parte de los peruanos somos masoquistas y hasta olvidamos la historia, el año 2006 eligieron nuevamente un gobierno que hoy suma acciones nefastas. Interior y exteriormente Petroperú S.A. es una empresa que casi nadie la cuida, y son quienes la administran y trabajan en ella, más el gobierno del Dr. García quienes le crean condiciones para liquidarla.

Quienes no siendo trabajadores ni menos administradores de Petroperú, la defendimos y que anhelábamos su potenciación, hoy nos sentimos defraudados, porque nuestra incondicional cuota de sacrificio fue tirada por la borda. Ahora, ¿A quién buscarán como defensores?
(El Regional de Piura: 01-12-2008)