7 de octubre de 2023

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Persecución de estudiantes universitarios.

PERÚ: LAS MANOS SUCIAS DEL APRA

Por: Yásser Gómez (*).

17 de noviembre de 2006

Se inició la guerra preventiva alanista contra las ideas

El régimen aprista está tan paranoico que hasta las pintas a favor de un héroe de nuestro continente como Túpac Amaru II, los ha empujado a encerrar a dos jóvenes universitarios y activistas políticos, acusándolos de terroristas e iniciando así, la lucha contra el "fundamentalismo" andino. Ofrecida por Alan García a su patrón Bush, semanas atrás en Washington.

Sólo transcurrieron sesenta horas, desde el 1 de noviembre, en que, Alan García hizo el anuncio de que iba a enviar un proyecto de ley, con el propósito de poner en el Código Penal, la pena de muerte para "terroristas" y de amenazar, de que estos, se enfrentarán al pelotón de fusilamiento, porque -aseguró- "No vamos a permitir que Sendero Luminoso vuelva a pintar las universidades y si es necesario, se intervendrán los lugares en que esté". Para que sean encarceladas las primeras víctimas, de la guerra alanista contra el movimiento popular y el comienzo de su lucha contra los "fundamentalismos" que "emergen" en la región.

Cuando en la madrugada del 4 de noviembre, José Carlos Ugaz y Juan Carlos Quispe, impetuosos estudiantes de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), miembros del Tercio Estudiantil, simpatizantes del Movimiento de Liberación 19 de julio y activistas del Movimiento Integración Estudiantil, se encontraban realizando pintas en la zona norte de Lima, celebrando un año más de la gesta del prócer Túpac Amaru II por la lucha de liberación de América, fueron arrestados por la policía y encerrados en las mazmorras de la Dirección Contra el Terrorismo (DIRCOTE). Mientras, la perversa Fiscalía de la Nación, tipificaba la acción de los universitarios como apología al terrorismo.

Viejos métodos apristas, pero nuevos estilos para criminalizar la libertad de pensamiento y de acción. Hoy, respaldados por una dictadura mediática, que dispara campañas macartistas como lo hicieron meses atrás, contra la Coordinadora Continental Bolivariana - Capítulo Perú, pero bajo el maquillaje "democrático". Estamos peor que en las oscuras épocas del fuji-montesinismo, y encima, con las organizaciones de derechos humanos (DDHH) más reaccionarias de América Latina, que sólo se ocupan de casos -rezagos- de la guerra interna peruana (1980-2000), pero no actuales. (Sino pregúntenle a los reservistas etnocaceristas) Porque extinguido el conflicto en su fase mayor, el dinero de las subvenciones, ya no viene en grandes cantidades para los DDHH como antes. Además ya no gobierna el "malvado" Fujimori sino el "democrático" -aunque corrupto- Alan García. Salvo que se trate del "capitán Carlos" y sus innumerables testigos habidos y por haber. Aunque nos quedan como alternativas, organismos internacionales como el Comité Internacional de la Cruz Roja.

Estas manos sucias del APRA, son la antípoda de aquella intensa y dramática obra Las Manos Sucias de Jean Paul Sartre. En la que Hugo, joven idealista burgués, debe asesinar a Hoederer, el líder proletario, que con motivo de disminuir, los efectos de la ocupación nazi ha pactado con la burguesía y traicionado al partido, al que ambos pertenecen. Ahí están expuestos dos dilemas éticos: el del joven militante que debe escoger entre el respeto a la vida humana y la obediencia a un mandato político, y el del líder que ha optado por el ideal colectivo, antes que la fidelidad a la línea partidaria. La confrontación entre la moral y la praxis, entre el fin y los medios.

Distante de esos conflictos existenciales, el APRA ha comenzado a enseñar aquel rostro al que nos tenía acostumbrados en su primer gobierno (1985-1990), esta sólo es un advertencia. Porque el aparato político-represivo de este régimen, no tiene los fines idealistas tanto de Hugo como de Hoederer, personajes de Las Manos Sucias, pero sí, los medios para pasar a la praxis y proteger a cualquier costo, un gobierno (botín) al que llegó, luego de un sospechoso triunfo en las elecciones presidenciales, que esta sostenido por el gran capital y marqueteado por los medios de desinformación. Por eso, ante las manos sucias y represivas del APRA, nuestra solidaridad con los estudiantes detenidos y la exigencia de su pronta liberación. Porque ya se inició, la guerra preventiva alanista contra las ideas y los "fundamentalismos" andinos.

(*). Revista Mariátegui.