7 de octubre de 2023

INICIO > EUROPA > España

OTAN NO, BASES FUERA

Por: Alberto Dávila (La Haine)

24 de abril de 2015

En los 80 surgió un movimiento popular en el Estado Español encaminado a oponerse a un rumbo que nos llevaba a la situación en la que hoy estamos. El movimiento Anti-Otan

Volvemos a la carga contra la Otan, el imperialismo y el capitalismo en su totalidad.

En los años ochenta, recién iniciada la transición, surgió un movimiento popular en el Estado Español encaminado a oponerse a un rumbo que nos llevaba directamente a la situación en la que hoy estamos. El movimiento Anti-Otan, la entrada en dicha estructura militar, se utilizo como pretexto para la entrada en la CEE, que por entonces contaba con mayor aceptación entre la ciudadanía. Suponía una participación en la política de agresión del imperialismo de EEUU, con la ayuda de sus esbirros europeos y americanos, en todo el planeta.

Nos intentaban convencer con argumentos clásicos, con que suponía creación de puestos de trabajo, impulso a la investigación con nuevas tecnologías, participación en la política internacional al mismo nivel que los demás países europeos. Todo esto quedo en nada, no se creó empleo nada más que en el ejército, la tecnología que compraron es dependiente de los EEUU y cambiar por otra supone que no sirva para nada la inversión hecha con lo cual estamos atados a la tecnología de este país a perpetuidad, y la participación en la política internacional se da como meros comparsas de los intereses imperialistas.

Se nos aseguro nuestra no participación en la estructura militar de la Otan, y estamos metidos de lleno en ella. Que nuestras tropas no participarían en conflictos internacionales y en la primera intervención con la denominación de guerra “humanitaria” la de Yugoeslavia con Secretario General español y del PSOE, guerra basada, como las posteriores, en la mentira y la propaganda interesada y pagada en los grandes medios de comunicación, convirtiéndose estos en parte interesada de esas guerras. El señor Solana a la sazón Secretario General de la Otan durante esta guerra y del PSOE, y partidario de el eslogan felipista de “Otan de entrada no”, algún día, sino es judicialmente si históricamente, será juzgado y condenado por esto.

Hoy volvemos a retomar esta lucha, por la necesidad de parar la escalada de tensión militar que se está dando internacionalmente, tensión que posibilita la guerra en Europa, ya está declarada en Ucrania, donde parte del pueblo se opone a los intereses del imperialismo europeo y estadounidense. Pero la guerra no ha dejado de estar presente en todo este proceso histórico desde los años ochenta.

La necesidad del capitalismo de controlar recursos y materias primas para su propia supervivencia, y extenderse a todas las zonas del planeta, como forma de auto regeneración, implica que su brazo armado, la Otan, tiene que ampliar el espacio geográfico de actuación y extenderlo a todos los rincones del planeta. Para ello desarrollan la legislación necesaria y extienden sus bases militares estratégicamente para poder controlar cualquier parte del mundo.

El movimiento popular en el estado español, lleva una buena campaña contra los recorte que la política económica, de la TROIKA nos impone. Pero no es suficiente, tenemos que hacer más. La creación de organización y conciencia es fundamental para seguir esta lucha y para el empoderamiento de la clase obrera en sus múltiples aspectos.

Andamos cojos, cuando planteamos la lucha contra los planes del capitalismo, de acabar con nuestros derechos, derechos a la sanidad, la educación, a una jubilación digna, a los derechos laborales conseguidos después de muchas luchas. Sin considerar que luchar contra el capitalismo implica luchar también contra su estructura de defensa es decir contra su organización militar, la Otan.

En los ochenta con Margaret Thatcher y Ronald Reagan, empezó oficialmente el ataque neoliberal del capitalismo. En estos momentos no podíamos imaginar que llegaría tan lejos, que esto sería imposible en una Europa con un movimiento obrero potente, con sindicatos potentes y con una experiencia de lucha de muchos años. El neoliberalismos solo sería posible en lugares donde no existieran estas condiciones.

Cometimos dos errores importantes entre otros.

1º Confiar en que nuestras estructuras políticas y sindicales lucharían contra estas medidas, para imposibilitar este ataque.

2º No implicarnos y solidarizarnos con los pueblos que están sufriendo estas medidas económicas y políticas.

La clase obrera, el pueblo trabajador, tenemos una visión limitada en el tiempo, la burguesía pretenden que sea así, no observamos los procesos de cambios sociales con perspectiva histórica y los vemos cuando las condiciones para nuestra defensa ya están debilitada. En algunas ocasiones nos parecemos a esas reses que cuando las marcan con la divisa del propietario, patalean por el dolor, pero en cuanto las sueltan se ponen a pastar y se olvidad del dolor. La experiencia nos dice que debemos prepararnos para resistir la agresión, patearles la cara, y no olvidar sus intenciones.

La burguesía tiene una visión más estratégica, si planifica algo lo hace con todas las consecuencias sin importarles el tiempo necesario para conseguirlo, si tiene que comprar a unos dirigentes lo hace y si tiene que desarmar política y organizativamente a la clase obrera lo hace. Han tardado treinta años para que en Europa pudieran implantar estas políticas a rajatabla y lo están haciendo.

Por eso es necesario rearmar política y organizativamente a la clase obrera y a todos los trabajadores, es la única forma con la que podemos oponernos a sus planes.

Hacerlo, pero sin cometer los mismos errores. Como no comprender, o no suficientemente y por lo tanto no fue bien explicado, que luchar contra el capitalismo implica luchar contra sus dos extremidades, la económica y la militar. Unir esta luchas es imprescindible pues los avances posibles que tengamos en la lucha político-económica se puede desbaratar por la acción militar, acción que es posible y que esta detallada en los tratados de la Otan.

Otro error fue, no comprender la tarea histórica que la clase obrera europea tiene con respecto a la solidaridad internacionalista, no comprender que nuestra lucha en el centro del imperialismo occidental es necesaria también para las luchas de otros pueblos en el resto del mundo.

Nos dejamos engatusar con políticas y argumentos posibilistas o deterministas. Nuestra lucha es total contra el capitalismo.

El tratado del TTIP es muestra del modelo social al que nos quieren arrastrar, todos estos ataques económicos-militares van encaminados a la creación definitiva de una sociedad esclavizada, donde no existan derechos, donde vivamos en la marginación permanente, donde el miedo sea el sentimiento más consumido por los trabajadores con lo que ello implica.

La burguesía en su visión estratégica lo tiene claro, este tipo de sociedad que pretende es la que le interesas para asegurar sus intereses y el de sus vástagos, se acabarían sus problemas pero los nuestro existirían para siempre. No lo permitamos.