7 de octubre de 2023

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PERU: LA ESPERANZA A LARGO PLAZO

Por: Ramón Cam Hernández.

10 de septiembre de 2007

Seguirán los pasos de los caídos, se arrodillaran en las tumbas de los familiares y seres queridos, pero nunca pasara al olvido los momentos dramáticos vividos y que aun persisten en el desconcierto de los de arriba y junto a ellos, de los que no entienden ni saben que es perder todo, carecer de hambre, frío y sed y siendo mas lamentable aun que la vida continua sin mayores tropiezos, mientras que para otros, los caídos y los que aun vivimos, a veces es preferible dejar este mundo que no abriga ni entiende a los que tenemos el mismo derecho de vivir y tener los medios para subsistir decorosamente.

El lento y espacioso margen de adecuación a la realidad de todos los días, del empinar el codo y seguir con los escandaletes de la casi autocracia ejecutiva, con el desprestigiado Congreso y los escándalos ministeriales, se irán juntando con los rezagos de la anunciada frustrada extradición de Fujimori, para ubicarnos en una nueva agenda de desparrame y seguiremos la rutina de la promesa universal por quienes son profesionales del contubernio y el acomodo político y económico.

La etapa del resurgimiento demorara y necesitara de otro tipo de conmoción, de un incentivo de fuerzas sociales que de una vez por todas se sacuda del continuismo y del poco interés por salir adelante en conjunto, sin ningún tipo de sombras de acomodo, sino de renovación por la transformación de una sociedad que se mantiene en el tiempo, por la bondad de la naturaleza y sus frutos.

Definitivamente todos apostamos por una reconstrucción material en el modernismo para quienes de lo poco que tenían, han perdido todo y para los demás que esperan algo, al menos la renovación y recuperación de las libertades maniatadas y derechos negociados por quienes saben jugar los intereses políticos y económicos que siempre estarán a flor de tierra en cada proceso electoral, para ser ciudadanos cautivos de la vorágine mercantilista y arribista, para salir adelante pisoteando o apartando a los demás, a quienes interrumpen el paso del progreso para los incluidos.

Mientras otros países corren en adelantos y progreso nacional e internacional, multiplicando el desarrollo de la revolución del conocimiento, adelantando espectros en tecnología digitalizada y atando intereses de mejoramiento colectivo, otros se empecinan en detener el tiempo fabricando agendas de descontento y solo pidiendo ayuda incesante para aliviar la desgracia natural y moral que nos azota incesantemente, como una carga obligada cuyo peso siempre será necesario para guardar equilibrio entre las fuerzas del poder y los desesperanzados.

Seguiremos en la senda de exigir de una vez por todas el sacudimiento de las taras impuestas y proponer la nueva organización social de cada una de las áreas sociales y productivas, empezando por la persona, el hogar, los gobiernos locales, la Iglesia en todos sus géneros, incluyendo los sectores coyunturales como la milicia y las autoridades regionales.

Será posible entonces una renovación moral y una reconstrucción material de a poco, pero a paso seguro con metas y seria fiscalización de resultados, para lo cual la prensa también deberá recomponerse y quitarse el ropaje de vedette comprometida con los intereses de quienes están en el poder.