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Histórica victoria vietnamita. La derrota del colonialismo francés

VNA

13 de mayo de 2014

La Victoria de Dien Bien Phu el 7 de mayo de 1954, que puso fin al colonialismo francés en Vietnam y en general en toda Indochina, se convirtió en un orgullo del pueblo vietnamita y un símbolo de la fuerza popular.
En 1947, un año después del lanzamiento de la resistencia del Presidente Ho Chi Minh, los colonialistas galos concedieron importancia a la región montañosa en el Norte de Hanoi, una amplia base de la guerrilla del pueblo vietnamita.
Su estrategia era atraer a las fuerzas populares vietnamitas, aún poco experimentadas, a choques concentrados y frontales en zonas planas para decidir la guerra. Sin embargo, las unidades revolucionarias se mantuvieron con sus tácticas de guerrilla y consolidaron su control de áreas montañosas gracias a constantes victorias militares.
Al concebir la inevitabilidad de una “muerte gradual” en Vietnam, el general Henri Navarre, comandante en jefe de las fuerzas francesas en Indochina, decidió cambiar su estrategia a fines de 1953 y en vez de las llanuras, escogió a Dien Bien Phu, un valle rodeado por altas montañas que cortaba numerosas rutas logísticas en la triple frontera de Vietnam, Laos y China, para retar a las fuerzas revolucionarias a una batalla final.
Aprovechando la superioridad de sus fuerzas móviles, sobre todo las aéreas, y la masiva ayuda económica de Estados Unidos, los franceses establecieron allí un complejo de puestos fortificados acantonados en 14 cuarteles en tres sub-divisiones y defendidos por 16 mil 200 efectivos de tropas élites bajo el mando del talentoso coronel Christian De Castries, quien fue promovido luego al rango de general en la misma Batalla de Dien Bien Phu.

Dotado de grandes ventajas estructurales y geográficas para la defensa, Dien Bien Phu fue considerado como un bastión inexpugnable, como expresó el general estadounidense John O’Daniel tras una visita al lugar.

Por su parte, el Presidente Ho Chi Minh y los demás miembros de la Dirección del Partido Comunista y del Comando del Ejército Popular de Vietnam también consideraron una gran batalla en Dien Bien Phu como una oportunidad única para determinar la guerra anticolonialista en Indochina.

Con la firme confianza en la fuerza invencible de la unidad nacional, decidieron abrir la campaña de Dien Bien Phu, aplicando al máximo la doctrina “la guerra de todo el pueblo”.

En la preparación de ese duelo decisivo, movilizaron una operación logística sin precedentes, con la cual miles de efectivos marcharon y miles de toneladas de armas, municiones y alimentos se transportaron a través de 500 kilómetros de rutas montañosas hacia el campo de batalla en un lugar muyalto y apartado del país, todo a pie o en bicicleta.

Por ejemplo, se calcularon que para llevar un kilógramo de arroz hasta Dien Bien Phu, los revolucionarios debían consumir al menos 24 kilogramos. En total, dos millones de militantes tomaron parte en esa hazaña logística.

Otro factor decisivo para el resultado final de la batalla es el cambio de estrategia de las fuerzas patrióticas: del inicial “ataque relámpago, triunfo relámpago” – con la intención de decidir la batalla en tres días – al “ataque seguro, triunfo seguro” final – o sea la búsqueda de una victoria segura mediante avances graduales.

Consciente de la inexperiencia y defectos del joven Ejército Popular en un ataque general, frontal y combinado de las fuerzas, así como de la orientación del Presidente Ho Chi Minh, el General Vo Nguyen Giap – el comandante en jefe de los vietnamitas – tomó ese giro estratégico justo un día antes de la supuesta fecha para la apertura de la campaña, con el fin principal de minimizar el costo humano.

En ese contexto, la Batalla de Dien Bien Phu se convirtió en una cita de la historia – como la calificó la mayoría de los investigadores del hecho – donde tanto los colonialistas franceses como los libertadores vietnamitas jugaron todas sus cartas para definir con un solo golpe el destino de toda Indochina.

En pocas palabras, los galos retaron a duelo y escogieron el momento, el lugar e incluso el arma favorita que fue la guerra con tácticas convencionales. Y los vietnamitas lo aceptaron.

La batalla comenzó a las cinco de la tarde del 13 de marzo, cuando para sorpresa total de los franceses se abrió un masivo ataque de artillería a las posiciones de Him Lam (Beatrice) y Doc Lap (Gabrielle).

Him Lam cayó en un solo día, con 300 soldados franceses aniquilados, incluidos los comandantes de la fortaleza y la división central, Paul Pegot y Jules Gaucher, y 200 otros capturados.

La posición de Doc Lap fue tomada en el siguiente día con una memorable anécdota: ante la evidencia de que la posición estaba perdida, ya que la artillería vietnamita era ilocalizable al encontrarse en muchos casos literalmente enterrada, el comandante francés de artillería – un amigo personal de De Castries – se suicidó esa misma noche. Su muerte no fue comunicada a la tropa para evitar que esto afectara la moral de los combatientes.

Los franceses respondieron con el envío de más paracaidistas, pero fueron atacados por fuego antiaéreo, otra sorpresa, ya que hasta entonces se consideraba imposible el transporte de pesados cañones por parte de Ejército Popular vietnamita a esas altas montañas.

Con un singular sistema de trincheras construidas a la manera de hormigas, los patriotas establecieron un cerco total a la fortificación francesa y se aproximaron a las posiciones enemigas, incluidos los dos aeropuertos, para tomarlas por asaltos de infantería .

Tras cinco días de combates entre el 18 y el 23 de marzo se completó la toma del primer aeropuerto, y el último avión en aterrizar en la pista restante lo hizo el día 28, pero fue destruido. Ese mismo mes el segundo aeropuerto caía en manos libertadoras.

Ahora los suministros eran lanzados directamente en paracaídas, buena parte de los cuales caía en la zona controlada por los vietnamitas. Al llegar a este punto, muchos expertos vieron inevitable la derrota francesa, siendo los combates posteriores “el lento desangrar del elefante caído”.

Los últimos refuerzos galos lanzados en paracaídas entre el 14 de marzo y el 6 de mayo (cuatro mil 306 soldados) no pudieron sustituir a las pérdidas (cinco 500 hombres) acaecidas entre esas dos fechas.

Ante su derrota inminente, los franceses, junto a sus aliados estadounidenses, fueron obligados a sentarse, a partir de 26 de abril, en la Conferencia de Ginebra de 1954 con representantes del gobierno revolucionarios de Vietnam, China y Rusia para negociar el restablecimiento de la paz en Indochina.

La última ofensiva francesa tuvo lugar el 4 de mayo pero fue ineficaz. Una fuerza expedicionaria que intentó llegar hasta la posición fue obligada a dar media vuelta cuando aún le quedaban cientos de kilómetros para alcanzar la posición.

Las unidades libertadoras vietnamitas lanzaron el asalto frontal definitivo el 7 de mayo al cuartel general de De Castries, quien junto a su estado mayor se rindió de manera incondicional. La Batalla de Dien Bien Phu terminó con la victoria total y definitiva del joven ejército revolucionario de Vietnam.

Dien Bien Phu es una obra magistral de las artes militares. Su principal autor, el General Vo Nguyen Giap se consagró entre los comandantes más notables de la historia contemporánea.

A nivel mundial fue la primera vez que las fuerzas libertadoras de una colonia derrotaron a un ejército europeo con la utilización de tácticas convencionales.

Dien Bien Phu marcó el comienzo de la caída del imperio colonial francés y condujo a las declaraciones de independencia de numerosas posesiones galas en África, a finales de la década de 60.

De las lecciones sacadas por historiadores de esa hazaña vietnamita, sobresale la de la gran unidad nacional, que permitió a un pueblo vencer a enemigos mucho más poderosos militarmente.

Así lo afirmaron palabras del propio De Castries en su comparecencia ante el Parlamento francés después de la batalla: “Se puede derrotar a un ejército, pero no se puede derrotar a un pueblo entero”.

Todo Vietnam y sus numerosos amigos en el mundo celebran hoy el 60 aniversario de aquella gloria gesta libertaria.