7 de octubre de 2023

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PERU: EL DRAMA DE 2 MILLONES DE NIÑOS

Por: Cristiano Morsolin.

30 de septiembre de 2007

(Argenpress). En Perú más de dos millones de niños y adolescentes trabajan, según las cifras más conservadoras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), a pesar que ha ratificado los convenios 138 y 182 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a través de los cuales se comprometió a definir una política de combate del trabajo infantil, en particular de sus peores formas.

El Movimiento Nacional de Niños y Adolescentes Trabajadores Organizados del Perú (MNNATSOP) ha tenido desencuentros con varias medidas gubernamentales respecto del trabajo infantil, pues ellos defienden los derechos de los menores que trabajan y buscan la compatibilidad del estudio con el trabajo.

Marco general

En respuesta a este evento, Yim Rodríguez Sampértegui, adolescente de 16 años y delegado nacional del MNNATSOP (www.mnnatsop.org), ha analizado el trabajo infantil en la agricultura desde la perspectiva de los Movimientos sociales NATs lanzando “un llamado a una acción conjunta entre todas las contrapartes que trabajamos con infancia, esto debería de demandar una acción prepositiva conjunta, y tratar de estar presentes en este seminario para escuchar sus planteamientos y tratar de defender a la acción de los Nats, considerar algo: “siempre es bueno escuchar”.

Algo que analizábamos desde aquí, en Perú era que muchos funcionarios, muchas personas vinculadas a la toma de decisiones políticas, entre gobernantes, alcaldes, ministros realizan este tipo de movilizaciones, eventos, (por ejemplo aquí en Perú hay un proyecto de ley que pretende elevar a rango de Ley al plan de Erradicación del Trabajo de los Niños), leyes porque no conocen nuestro trabajo como Movimientos de Nats, tenemos que hacerles entender que nosotros apostamos por una vida digna reclamando mejores condiciones en nuestro trabajos y que existimos, no es el hecho de preguntarse si el niño debe o no debe trabajar, porque esa pregunta no existiría connotativamente, es una pregunta engañosa que no nos deja alternativa, si dices que debe trabajar: la OIT te refuta, pero si decimos que no debe trabajar: Nos morimos de hambre ese día, debemos mostrar a las gente de la OIT, que somos movimientos compuestos por niños que trabajan y que ahora estamos organizados, que en principio somos seres humanos, y tenemos los mismos derechos que todos, decirles que conocemos nuestro derechos y venimos actuando ante todo tipo de discriminación por nuestras condiciones de pobreza a la cual enfrentamos dignamente día a día, y que hacemos grandes esfuerzos de los cuales nos sentirnos orgullosos: aportar a nuestros hogares y sentirnos útiles.

Llevemos estos a nuestros pensamientos: En el Perú somos 10 millones de niños que nos encontramos en la pobreza eso nos conduce a tener que trabajar para sustentar nuestro hogares, para poder llevarnos un pan a la boca dignamente, sino trabajamos ¿Cómo vamos a poder vivir decorosamente?, ¿Quién solventara nuestros gastos? ¿Los Ministerios?, ¿Las Correccionales?, ¿La OIT?, creemos que ninguno se haría responsable realmente del desarrollo integral del 62% de la población de niños peruanos quienes enfrentamos dignamente la pobreza. En tal sentido consideramos que es irresponsable que se hable tan deliberadamente de la erradicación y la abolición del nuestro trabajo como a si también de la persecución y detención de NATs que seria producto de la elevación de las edades mínimas como caso especifico es irresponsable y poco democrático hacer políticas de infancia sin escuchar también a nosotros los Nats.

En Latinoamérica el denominador es la carencia e insuficiencia de recursos, así que ¿Unos tantos años serán suficientes para erradicar el trabajo infantil peligroso o sometido a condiciones de explotación?, Por supuesto que no se trata de oponerse a eliminar un tipo de labor que daña y somete a niños y adolescentes trabajadores a tratos inhumanos.

Este espacio de debate en torno a como erradicar el trabajo digno de los NATs, no debería de tener como protagonista a ministros, asesores y profesionales que simplemente buscan responder a una consigna prefabricada que a veces no conocen bien y que son contradictorias con su historia de vida que en muchos de los casos también tuvo como realidad el ser niño trabajador, los protagonistas deberíamos ser los propios NATs, los mismo quienes no hemos tenido apertura en este espacio, negándose nuestro derecho a la opinión y de la participación.

Marco específico del trabajo en la agricultura

Este es un tema del que se han cogido muy bien para ingresar a debatir sobre el que hacer. En primer lugar decir que para los Movimientos de Nats el trabajo, significa más que aportar de manera económica a nuestra familia, significa también sentirnos parte e insertarnos en el proceso y ritmo de la sociedad actual, es ganara una experiencia como persona y desarrollar nuestras capacidades, siempre y cuando lo hagamos en condiciones que no atenten contra nuestra integridad.

Para los Movimientos de Nats el trabajo que hoy realizamos, es parte de una cultura y de una costumbre arraigada en nuestros pueblos originarios, los pueblos de la amazonia y del mundo andino llevan el trabajo desde mucho tiempo como herencia transmitida de generación en generación, y una de esas maneras de trabajo pues lógicamente es la Agricultura y de las actividades mas comunes en los pueblos de América Latina, así que en primer lugar la Agricultura es una de las actividades que están mas atadas a nuestras costumbres, es muy cotidiano que un niño de los pueblos del mundo andino y amazónico se relacionen con la Agricultura.

Algo que debe de hacerse, si debería de ser el garantizar que estos tengan la igualdad de oportunidades que todos, si no la tienen no es por que sean trabajadores, si no porque no hay una real política igual para todos a la vez que no existe una buena política integral, no es justo decir que un niño que trabaja no estudia o no rinde, muchos niños que no trabajan no rinden y no estudian eso no es culpa de nuestro trabajo si no de las implementación de las políticas en el país y/o región.

Muchos niños que provenimos del mundo rural, ese es nuestro espacio para aprender, es nuestro primer contacto con la naturaleza y nuestra manera de aprender, ayudamos a nuestro padres en su labor diaria y lo hacemos porque es parte de la cotidianidad de la familia, cuando mucho de los niños que trabajamos en el campo y emigramos del campo a la ciudad, nos encontramos con un mundo mas duro y que deviene en explotación y abuso laboral, eso debe ser combatido.

Si erradicamos el trabajo en la Agricultura, estamos llevando consigo la tradición y la cultura de muchos pueblos, estamos llevando formas de aprendizaje propias de muchos pueblos, con erradicación no mejoramos las cosas, recordemos que jamás ninguna educación alcanzará su finalidad más profunda si no capacita para el trabajo, si no permite y promueve la habilitación del niño trabajador para la actividad creadora y recreadora en el mundo... Educar para el trabajo es, pues, condición esencial a la realización del hombre en todas sus dimensiones. Pero se trata del trabajo libre y liberador, y no de un trabajo alienado, mercantilizado y en consecuencia instrumento de la sujeción del hombre (Salazar Bondy, 1976)

Este año, se enfatiza la erradicación del trabajo infantil en la agricultura, considerado por la OIT, como uno de los tres sectores laborales más peligrosos, junto a la minería y la construcción. Pero al parecer la “agricultura” es otra trampa epistémica planteada por la OIT, que no es claramente definida lo que provoca que la opinión pública tenga una visión tergiversada y negativa de los tipos de trabajo en las áreas rurales. Es por ello, que una vez más rechazamos este tipo de opiniones, pues creemos que es una campaña contra nuestra cultura, modo de vida y autonomía, principalmente de la sociedad rural andina y amazónica de nuestro país. No debemos perder de vista que históricamente y actualmente en muchas zonas rurales de nuestro país, el trabajo infantil, no es sólo parte de una estrategia económica de sobrevivencia, sino parte misma de la dinámica social, siendo integrados como actores sociales indispensables para el desarrollo de los pueblo”, concluye su análisis Yim Rodríguez Sampértegui.

Son personas, no cifras

Angel González, desde la secretaria continental del Movimiento Latinoamericano de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores MOLACNATs (que agrupa a diferentes organizaciones en Perú, Argentina, Colombia, Venezuela, Paraguay, Nicaragua, México, Paraguay, Chile y Guatemala) ubicada en Caracas, subraya que “estamos conciente de la realidad de vida y trabajo que viven las familias indígenas y campesinas que se ven afectados por las corporaciones nacionales y transnacionales que viven de la explotación de seres humanos, niños, mujeres, hombres y ancianos que somos afectados por la utilización de pesticidas y herbicidas que son producidos y comercializados por los países industrializados y vendidos a nuestros países a pesar de que estos productos son considerados peligrosos y nocivos para la salud ; vivimos y padecemos el maltrato de los terratenientes que explotan a nuestras familias con salarios de hambre; muchos familias viven la persecución, el destierro y la muerte en manos de organizaciones al margen de la ley que intentan a callar la voz de quienes defienden el derecho a la tierra y a trabajar en ella. Revindicamos la herencia indígena y campesina de trabajar la tierra con nuestras familias y en nuestras comunidades. Rechazamos la campaña “ la Agricultura Libre del Trabajo Infantil, la Cosecha Futura.” como una nueva forma de violencia simbólica que esconde los verdaderos intereses de las grandes potencias para convertir la agricultura en la nueva empresa desde donde se transformaran nuestros alimentos producidos en la base para la elaboración del combustible para la gran maquinaria industrial y de la guerra”.

El Movimiento de Niños y Adolescentes Trabajadores Hijos de Obreros Cristianos MANTHOC (www.manthocperu.org) enfatiza que “en el caso peruano , la mayoría de los niños y adolescentes de las zonas rurales trabajan en la chacra que es de su propiedad y son pocos los que trabajan para otros dueños que no son su familia , también trabajan en el pastoreo de animales , pero estos trabajos los realizan todos los niños, jóvenes, adultos y ancianos sin distinción, es parte de su vida cotidiana, es su cultura, es su aprendizaje, el trabajo se constituye en su proceso de socialización , estos trabajos que realizan van de acuerdo a su edad y esfuerzo físico, empiezan escogiendo semillas y conforme van creciendo desgranan el maíz, cargan agua, cosechan, etc., Asimismo es una forma de solidaridad en la familia y la comunidad , y se distribuyen las tareas ya sea en la chacra , en casa o en otros espacios comunitarios.

Así mismo los niños y adolescentes de las zonas rurales, que en su mayoría asisten a escuelas unidocentes o tienen que caminar largas horas para poder asistir a un centro educativo, es por eso que no se puede afirmar que estos niños dejan de asistir a la escuela porque tengan que dedicarse a los trabajos de agricultura y/o otros; no se debe pretender tapar el verdadero problema, que en este caso es sobre todo la pésima calidad educativa que lejos de atraer a los NATs al sistema educativo, los termina expulsando, porque no se le encuentra utilidad.

El MANTHOC valora al niño y adolescente trabajador de los andes , de los que trabajan en la agricultura en forma que no perjudique su salud , que no le impida ir a la escuela , que no le impida desarrollarse como persona y protagonista de su historia personal y colectiva”.

Conclusión

La periodista Maria Eva Garcia Simone (Agencia Periodística del Mercosur APM) acaba de publicar el articulo “Un antiguo fantasma que resurge” que recoge varias declaraciones difundidas por el Observatorio SELVAS) donde señala que “los niños no son el futuro, son el presente. Con esta premisa, se debería comenzar a construir una identidad regional que instale a los niños como eje principal de cada una de las acciones de los estados, sobre todo, de las educativas ya que un niño sin educación y, además, obligado a perder gran parte de la infancia como etapa vital de la vida, es un niño que crece con un grado menor de posibilidad de convertirse en un sujeto crítico y activo en la realidad diaria. Las discusiones sobre erradicar o no el trabajo infantil sólo conllevan a la reducción de este grave conflicto para la niñez a un peldaño de mera reducción teórica, dejando de lado lo que verdaderamente debería interesar: la historia personal de cada uno de estos menores que se ven obligados a trabajar. Lo que está en juego y debería preocupar y preocuparnos son personas, no cifras”.