7 de octubre de 2023

INICIO > LATINOAMERICA > Bolivia

Mineros de Huanuni: ¿Nuevos bugueses o pequeños burgueses?.

BOLIVIA: GOBIERNO INCENTIVA LUCHA DE MASAS CONTRA MASAS.

Por Pablo Saba (*).

20 de octubre de 2006

Este breve artículo, tiene sólo el propósito de ubicar al sector de los “cooperativistas” mineros en el contexto de la lucha de clases en una nación oprimida -Bolivia- donde se desenvuelve un capitalismo burocrático. Para destacar que lo ocurrido en Huanuni ha sido un enfrentamiento de masas contra masas, y no un enfrentamiento de nuevos burgueses contra proletarios, como quiere hacer ver el gobierno de Evo Morales, quien prácticamente ha responsabilizado a sus -hasta hace poco- aliados mineros “cooperativistas”, y niega que su gobierno haya azuzado este enfrentamiento, como también lo está haciendo con otros sectores como el cocalero, fabril y organizaciones sindicales departamentales de los que en su momento daremos detalles .

El gobierno de Evo Morales ha alzado las manos frente al conflicto entre mineros sindicalizados de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL) y los “cooperativistas” mineros en la localidad de Huanuni, acaecido hace casi 2 semanas, se excusa de cualquier responsabilidad, no ahorra palabras para denunciar la ambición de los “cooperativistas” mineros y pretende desconocer que este último sector fue su aliado electoral -principalmente la camarilla dirigencial “cooperativista”-, que incluso acordonó el perímetro de la Plaza Murillo el día de su asunción al mando presidencial, en una burda imitación (1) de lo que hicieron obreros fabriles y los mineros bolivianos el 9 de abril de 1952, mientras asumía la presidencia Víctor Paz Estenssoro (2), en el contexto de la llamada Revolución del 1952.

Para los medios de comunicación afines a Evo Morales, los “cooperativistas” mineros son empresarios o proletarios devenidos en pequeño burgueses (3). Una falacia, que pretende desconocer las complejas relaciones sociales de producción que se entretejen en un país donde se desenvuelve el capitalismo burocrático.

¿Acaso se pretende decir que las reformas neoliberales de los 80 en Bolivia, identificadas con el simbólico Decreto Supremo Nº 21060 de agosto de 1985, convirtieron a obreros mineros en empresarios o en pequeño burgueses? ¿Acaso se pretende filtrar el criterio que en la producción minera boliviana los grandes beneficiados ya no son ni el imperialismo ni burgueses bolivianos?

Con las reformas neoliberales, los despidos masivos de los mineros trabajadores de la COMIBOL y la paulatina privatización de la minería estatal, coincidentes con un contexto económico mundial de caída de los precios internacionales de los minerales -en particular del estaño-, muchos de los mineros despedidos optaron varios caminos, entre ellos reciclarse como comerciantes callejeros en las ciudades del eje boliviano -La Paz, Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra-, como campesinos cultivadores de la hoja de coca -cocaleros-, chóferes de vehículos de transporte urbano y por último aquellos que se aferraron a la actividad minera optaron por convertirse en “cooperativistas” mineros.

Colocamos el término “cooperativista” entrecomillado, pues en rigor a la verdad no existen cooperativas, sino asociaciones de mineros desempleados que se dieron a la tarea de trabajar en minas poco atractivas para la inversión de capitales, en condiciones paupérrimas, con una precariedad que infringe toda norma de seguridad industrial y ocupacional, siendo la necesidad, la única motivación aparente para someterse a condiciones de trabajo infrahumanas, con tecnologías rudimentarias.

Los “cooperativistas” mineros trabajan sin una relación de trabajo directa, es decir ya no cuentan con empleadores ni con todo el aparato administrativo que controle el proceso del trabajo, el proceso de inmediatez sufrió serios resquebrajamientos, también se fragmentó lo que Marx llamó la cooperación en el proceso productivo (4), característica del capitalismo que convierte al resultado de la producción en un producto social.

De estas condiciones precarias de trabajo, surgieron de entre los mismos “cooperativistas” una casta de intermediarios entre ellos y las empresas mineras nacionales y transnacionales. Esta casta conocida como “rescatadores”, instalados fuera de las minas compraban los minerales extraídos por sus otrora compañeros para luego vendérselos a aquellos capitales que vieron por conveniente este tipo de explotación capitalista, a la cual Marx denomina subsunción formal el trabajo en el capital (5)

Las distintas posiciones en el marco de particulares relaciones sociales de producción que fueron asumiendo los “cooperativistas” mineros en el proceso de la producción, hicieron que una ínfima parte se aburguesara, otra al ser subsumida sólo formalmente por el capital se semi-proletariza, y otra parte se lumpen-proletariza. Manteniendo en todos los casos su relación con capitales tanto nacionales como transnacionales -aunque como dijimos ya no de manera directa.

Esta explicación pone de manifiesto como las reformas neoliberales, lejos de convertir a proletarios en empresarios, los sometieron a diferentes condiciones de explotación reimpulsando de esta manera el capitalismo burocrático, que es la forma como se desenvuelve el capitalismo en el Tercer Mundo.

Marx observa que la subsunción formal antecede a la subsunción real del trabajo al capital en los países y en la época en la que realizó su investigación sobre el desenvolvimiento del capital, en un contexto donde el imperialismo recién asomaba. En el caso boliviano, más específicamente de la producción capitalista minera en Bolivia, se aprecia un proceso a la inversa -primero subsunción real y luego subsunción formal del trabajo al capital.

Esta situación es explicada a plenitud por la teoría del capitalismo burocrático (6), donde se insertan como categorías de análisis del proceso de la producción capitalista al imperialismo (7) y sus alianza con las facciones burguesas -compradora y burocrática- de un nación oprimida tercermundista. Esta teoría desmantela las visiones evolucionistas del siglo XIX, insertadas primordialmente por las corrientes positivistas, y dota de un cuerpo teórico que permite estudiar la realidad social en movimiento, que como síntesis conlleva a la comprensión de asumir nuevos retos en la lucha por la emancipación del pueblo, en un proceso donde la última palabra no está dicha, donde los triunfos y derrotas del pueblo no son un designio divino sino fruto de aciertos o errores en la concepción y en los métodos.

La Paz, 18 de octubre de 2006

NOTAS:

(*). corresponsal de El Diario en Bolivia

(1) Las patéticas imitaciones con las que Morales ha pretendido -y pretende- fallidamente escenificar un talante revolucionario, nos hicieron recordar algo que le viene como anillo al dedo, una frase con la que Marx inicia su El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, donde con ironía señalaba: “Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa”. Sobre el acordonamiento de la policía sindical fabril y minera véase El Poder Dual de René Zavaleta Mercado. La Paz: Amigos del Libro. 1987.
(2) Líder del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), partido que luego del Partido Revolucionario Institucionalista (PRI) de México, debe ser uno de los que más veces ha gobernado y se ha mantenido en la escena política en un país de América Latina. Apareció en la década de los 50 haciendo suyo el discurso “nacionalizador” y populista de aquella década, y en la década de los 80 se recicló como partido neoliberal. Octubre de 2003 marcó su ocaso, cuando el nuevo líder del MNR, Gonzalo Sánchez de Lozada, tuvo que huir a los Estados Unidos de Norteamérica, donde se autoexilió luego de ser obligado a dimitir por una fuerte movilización popular en toda Bolivia.
(3) Véase Periódico El juguete rabioso, Nº 162. del 15 al 28 de octubre de 2006. Miguel Lora. “Los mineros empresarios desataron la masacre de Huanuni”. Pp. 8-10.
(4) Véase “Cooperación”. Cap. XI del Tomo I de “El Capital” de Carlos Marx.
(5) Véase el Libro I. Capítulo VI Inédito. Resultados del proceso inmediato de producción. De Carlos Marx. México: Siglo XXI. 15 Ed. 2000. Pp. 54-58. “El carácter distintivo de la subsunción formal del trabajo en el capital se destaca, con la mayor claridad, mediante el cotejo con situaciones en las cuales el capital ya existe desempeñando determinadas funciones subordinadas, pero no aún en su función dominante, determinante de la forma social general, en su condición de comprador directo de trabajo y apropiador directo del proceso de producción”.
(6) José Carlos Mariátegui sin conocer la teoría del Capitalismo Burocrático fue certero en la comprensión de la complejidad del desenvolvimiento del capitalismo en países del Tercer Mundo como el Perú de comienzos del siglo XX. Véase sus 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana. Lima: Amauta. 56ta. Ed. 1991.
(7) Sobre la participación de las transnacionales en Huanuni véase Periódico El juguete rabioso, Nº 162. del 15 al 28 de octubre de 2006. Magdalena Cajías. “Huanuni, la mina que desafío al 21060”. Pp. 11-12 y artículo “la garra transnacional en la masacre de Huanuni” en www.econticiasbolivia.com del 12 de octubre de 2006.