7 de octubre de 2023

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OLLANTA HUMALA, ESPIONAJE MILITAR Y CRISIS

(Nota de redacción).

6 de abril de 2015

El parlamento acaba de destituir a la primera ministra del cachaco Ollanta Humala. Junto con ella deben partir todos los ministros. La primera ministra está acusada de espionaje de periodistas y todo aquel que se oponía al gobierno de este militar. El problema es que el parlamento, como es su costumbre, nunca va al fondo del problema. El asunto central en este escándalo es que el principal responsable de espionaje telefónico impuesto por el servicio de inteligencia es Ollanta Humala, quien gobierna a cuenta de los militares. Hay que entender, que en un régimen controlado por las fuerzas armadas, Ana Jara, la primera ministra, es apenas una marioneta que da la cara para encubrir el verdadero rostro de los que manejan la infiltración y el espionaje en Perú.

(Agencias) La relación entre el gobierno y la oposición en Perú alcanzó su momento más tenso luego de que el Congreso unicameral sancionara la noche del lunes, con holgada mayoría y por primera vez en más de 51 años, un voto de censura al gabinete que obligó a renunciar a la primera ministra, Ana Jara, responsabilizada por una red de espionaje ilegal a políticos, empresarios y periodistas revelada a principios de este año por la prensa.

La decisión, adoptada por 72 votos a favor (hacían falta 66), 42 en contra y dos abstenciones, obliga al presidente Ollanta Humala a aceptar en el plazo de tres días las renuncias de todos los ministros, aunque la única que legalmente no puede rechazar es la de Jara.

En ese término, el mandatario deberá designar a su séptimo primer ministro en poco más de tres años y medio de gobierno, así como a los demás integrantes del gabinete, y buscar luego el voto de confianza del Congreso.

En el caso de Jara, la aprobación parlamentaria fue ajustada (55 votos contra 54) y en el de su antecesor, René Cornejo, se obtuvo recién en la tercera y última votación posible, lo que refleja las dificultades que Humala viene teniendo con un parlamento en el que no tiene mayoría propia. Otra muestra de esa delicada relación es la pérdida de legisladores propios, pues, por distintas causas, el bloque de la coalición oficialista Gana Perú se redujo de 47 integrantes a 35 desde que asumió Humala.

Asimismo, otro hecho significativo es que entre quienes aprobaron la destitución de Jara se contó Carmen Omonte, quien fue ministra de la Mujer hasta el 17 de febrero pasado y a pesar de que su partido, Perú Posible (liderado por el ex presidente Alejandro Toledo y habitual aliado parlamentario del gobierno), votó en general contra la censura.

Mientras tanto, el presidente Humala continuó hoy preparando cambios en el gabinete ministerial, para salir de una crisis declarada con la censura de Jara.

El mandatario tiene plazo hasta mañana para anunciar su nuevo gabinete ministerial y, pese a una polémica político-jurídica al respecto, puede ratificar a una parte o a todos los titulares, porque la censura solo deja fuera a Jara.

La censurada, curiosamente, fue cubierta de elogios el lunes durante el intenso debate que terminó adversamente para ella, pues todos los oradores elogiaban su desempeño y alegaban que debía ser sancionada como responsable política de excesos atribuidos a la Dirección Nacional de Inteligencia (Dini).

El hecho fue señalado por el analista opositor Carlos Tapia, al señalar que Jara apunta como candidata presidencial del gobernante Partido Nacionalista en las elecciones de 2016, porque ha terminado siendo victimizada, lo que es muy conveniente para una campaña electoral.

El ministro renunciante de Justicia, Fredy Otárola, dijo que inclusive Jara puede pasar a otra cartera, y pidió que no haya presiones sobre Humala para la conformación de su gabinete ministerial.

Pareció referirse así a declaraciones de legisladores y analistas políticos conservadores que sugieren abiertamente nombres y plantean como requisito fundamental que el nuevo primer ministro sea aceptable para la oposición, cuya exigencia se basa en que tiene mayoría en el parlamento, cuya ratificación necesitará el designado.

El influyente legislador oficialista Daniel Abugattás reivindicó la atribución presidencial de designar a sus ministros y rechazó que se pretenda imponerle al mandatario el perfil que debe tener el nuevo premier.

El parlamentario del conservador Partido Aprista Mauricio Mulder dijo que aceptaría como nuevo primer ministro a miembros del oficialismo como Otárola o al extitular del Legislativo Víctor Isla.

En medio de la avalancha de especulaciones y nombres de supuestos aspirantes al premierato, analistas consideran la posibilidad de que el gobierno nombre primer ministro a alguna figura resistida por los opositores, retando al parlamento a negarle su confianza, equivalente de la censura.

De darse la nueva censura, Humala quedará facultado para disolver el Congreso y convocar a la brevedad nuevas elecciones legislativas, algo que diversos analistas consideran improbable por la falta de fortaleza del Ejecutivo.

Más de un legislador de oposición ha planteado la posibilidad de que, de disolver el mandatario el parlamento, la respuesta puede ser que este imponga la vacancia presidencial prevista en la Constitución para casos extremos.

Por su parte, el presidente del grupo empresarial Confiep, Martín Pérez, afirmó que es necesario que el reemplazante de Jara tenga el respaldo de todas las fuerzas políticas.

Si bien Pérez aseguró que a la Confiep no le toca sugerir un nombre para ocupar el cargo de primer ministro, confió en que el presidente Humala tome una decisión de consenso para reducir el ruido político.

“Debemos revertir de manera positiva y rápida esta situación y podamos recomponer el clima de inversiones. El clima de inversión no se afecta en el cortísimo plazo y espero que el presidente Humala presente un premier que reciba el respaldo de todas las fuerzas políticas”, afirmó Pérez.

Según el líder empresarial, en este momento el país requiere de serenidad, madurez y prudencia de todos los agentes políticos, para ayudar al país a salir de esta situación delicada.