7 de octubre de 2023

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MOVADEF ENTRE GONZALO DE LA CAPITULACION Y OLLANTA HUMALA

Por: Gabriel Adrian.

4 de septiembre de 2014

Los militantes del MOVADEF (Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales) se parecen mucho a los cristianos al inicio al inicio de nuestra era. Los primeros siguen fanáticamente a un Gonzalo que ahora predica la paz desde la prisión, y los segundos se dejaban comer por los leones creyendo que de esa forma se reunirían con el hijo de dios que había subido al cielo.

Los militantes del MOVADEF parecen haber aceptado su destino de seguir el martirologio de Abimael Guzmán, que sin ser un peligro ni para el Estado ni para sociedad, siguen creyendo en la palabra divina de un “presidente Gonzalo”, que desde hace mucho tiempo dejo de ser un revolucionario, y menos un maoísta.

Gonzalo les ofrece el cielo y la paz a sus seguidores del Movadef. Ellos sin reflexión siguen la consigna y muchas veces son víctimas de los leones del gobierno peruano y su corrompido poder judicial. Hace poco el Poder Judicial puso en libertad a 8 activistas de este movimiento. La mayoría de ellos dirigentes del Movadef. La decisión de los jueces era en “consideración” que no había pruebas suficientes que justifiquen una medida tan drástica como de la prisión preventiva. En Perú nunca hay pruebas suficientes y solo existe la represión. Frente a esta decisión se generó una avalancha de las fuerzas más reaccionarias. Los jueces que dictaron la medida de libertad fueron removidos de sus cargos y la prensa servil a las clases dominantes ha lanzado una campaña de criminalización y persecución de los activistas del MOVADEF. El canal de televisión, Frecuencia Latina, encabeza esta campaña infame.

Como siempre lo señalamos cuando escribimos del MOVADEF. El Diario Internacional siempre ha deslindado y lleva una lucha ideológica con el MOVADEF por seguir a la cola de la traición que ha hecho Abimael Guzmán y su cúpula de la lucha del pueblo peruano, primero firmando un acuerdo de paz y ahora llamando a reconciliación nacional llamando a dejar en libertad con militares, policías y ronderos asesinos del pueblo.

Sin embargo, no podemos cesar de denunciar la persecución política que se hace contra el MOVADEF. El programa “Sin Medias Tintas” de los ultraderechistas Carlos Mariátegui y la otrora fujimorista Mónica Delta ha presentado las “pruebas” contra el MOVADEF que los jueces no habrían tomado en cuenta al dar su fallo.

Se presenta un registro de comunicación, es decir, el protocolo de una llamada telefónica chuponeada (léase interceptada) entre “Artemio” y sus colaboradores. En esa supuesta llamada se le comunicaría a “Artemio” de la existencia del MOVADEF. En otra llamada, se le comunicaría sobre la recolección de firmas para la inscripción del MOVADEF. Respecto a esta “prueba” hay que señalar lo siguiente: En primer lugar, que se le comunique a Artemio sobre la existencia del MOVADEF o se anuncie recaudar firmas por este movimiento no son prueba alguna de la vinculación de las huestes de Artemio con el MOVADEF.

En segundo lugar, según informaciones periodísticas y policiales, Artemio buscaba desde años antes de su captura negociar el deponer las armas. Entonces, qué delito puede representar que una organización que busca deponer las armar quiera apoyar a una organización que se quiere inscribir para participar en el circo electoral peruano. En tercer lugar, las transcripciones de llamadas interceptadas no son consideradas como pruebas plenas. Es decir, los jueces no están obligados a aceptarlas como pruebas. En cuarto lugar, es conocido el accionar de la policía peruana falseando documentos para inculpar inocentes de terroristas.

Como se segunda “prueba” se presentan las declaraciones de un “colaborador eficaz” lo que antes se denominaban “arrepentidos”. Es archi conocida la responsabilidad de estos “arrepentidos” en la acusación de inocentes que durante años fueron enviados a las cárceles acusados injustamente. Ha habido muchos casos en los que se ha demostrado que estos “arrepentidos” actuaron de mala fe y sólo pretendían liberarse de delitos que se les imputaban a costa de enviar a otros a la cárcel. En muchos casos, estos “arrepentidos” recibían dinero de la policía, eran presionados o torturados para “colaborar”. Las declaraciones de un arrepentido valen menos que la tinta con la que se escriben sus declaraciones.

Como tercera “prueba” se mencionan documentos sobre el MOVADEF que se habrían encontrado en la celda de Abimael Guzmán y sobre Sendero Luminoso que se habrían hallado en las casas allanadas de activistas del MOVADEF. Para nadie es un secreto que ambas organizaciones tienen afinidades ideológicas y políticas. Miembros del MOVADEF como Crespo y Fajardo son abogados de presos de Sendero Luminoso. ¿Es acaso un delito esto? ¿Es un delito poseer documentos de estas organizaciones más allá si ambas llaman a la bendita “reconciliación nacional”?

Como cuarta prueba se presenta el protocolo una llamada de una supuesta colaboradora de Elena Iparraguirre que le pide a Crespo que vaya a ver a Abimael Guzmán y que le lleve la resolución por la cual se niega la inscripción del MOVADEF como partido político. Suponiendo que esta comunicación haya existido, Crespo es abogado de Guzmán. ¿Qué de extraño hay en que Guzmán quiera ver a su abogado y que quiera enterarse del desarrollo de un movimiento que pide su liberación?

Como estas “pruebas” que si se presentaron a los jueces hacen agua por todos lados, los activistas del MOVADEF fueron liberados. Pero el Estado lanza su caballería nuevamente contra el MOVADEF y amenaza con encarcelarlos otra vez.