7 de octubre de 2023

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LOS DIOSES ANTIGUOS ERAN BUENA GENTE

Eduardo Pérsico, de su serie DIÁLOGOS CON EL OTRO (*).

9 de marzo de 2009

- …es que los dioses adecuarían su forma a voluntad. Ningún aspecto que le imagináramos los hombres serviría NI para diseñar una estampita de la comunión. A ratos de eternidad, esas deidades lucirían cabeza de serpiente o serían raudos vegetales voladores con tentáculos para sujetar la lluvia. Sin duda, dioses creativos y con ingenio para saltar de los cielos a la sombría fosa de los mares; equilibrando el qué comer y sin perder su tiempo, atender constante desde el desborde de ríos, las alucinaciones que nos trajeran las tormentas y los apareos que fueran sumando las especies. Así que no alcanzarían los números de siglos para averiguar los patrones de la fertilidad y hasta del hambre que imaginaran esos dioses.

- ¿Desde cuándo lo inquieta eso?
- No sé, pero ante los libretos que repiten quienes dicen ser intermediarios entre nosotros y dios, supongo que los dioses anteriores hicieron su tarea mucho más divertida. Sugiriendo cada tanto algún oráculo o acertijo para ir pasando el tiempo infinito pero sin dejar de perseguir a los millones de doncellas que andarían por el espacio.
- ¿Millones? Es una buena ocurrencia y nada más.

- Que esto fuera así es una idea que nadie afirmaría con días, fechas y lugares del hecho, - por eso es religioso el asunto- pero vale que esos personajes también imaginarios fueron unos dioses visibles. Casi comunes, de compartir por ejemplo jolgoriosas borracheras con los primeros de nosotros, esta humanidad, sin reclamar en pago ningún rezo ni confesión sagrada. Bien sabían que no servía de nada y por eso eran dioses de verdad que sabían su oficio. .
- ¿Unos ricos tipos? .
- No, dioses dedicados a la felicidad, a propiciar los placeres merecidos y ídolos a venerar en un lujoso templo con una imagen siniestra detrás de cada arenga.
- Sí, de pibe nos aterraba el sangrante corazón de Jesús.
- Entonces imagine, funcionarios de la fé anunciando premios y castigos para controlarnos el sexo. Esa dicha de todas las especies.

- Si, un altar donde reza algún pedófilo queda lejos de esos dioses tan bromistas y humanos.
- ‘Nos pertenece sólo nuestro cuerpo, amor, y volveremos a amarnos debajo de la lluvia’, está escrito y los dioses antiguos festejarían esa emoción inigualable. En tanto los dioses que hoy convocan sirven a enjoyados actores en púlpitos publicitarios, donde los convirtieron en sirvientes de unos que usando sin rubores bonetes y capas, se burlan del mundo recitando preceptos ‘dictados por Dios’. ¿Eso y las metáforas de confesionario no son una procacidad?.
- Eso lo sabrá usted.
- Por eso le digo, seguro que entre los antiguos dioses hubo menos mala gente.. .
- Lo dejo en paz, y dichoso que pueda imaginarlo.

(*). Eduardo Pérsico, escritor, nació en Banfield y vive en Lanús, Buenos Aires, Argentina.