7 de octubre de 2023

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La estructura del poder neoliberal en el país se mantiene estable pero suma un nuevo aliado: el Evismo

BOLIVIA: LA CONSTITUCIÓN CONSOLIDA EL PODER TRANSNACIONAL

Los bolivianos quedan más divididos.

27 de enero de 2009

(HORA 25).- La votación de este 25 de enero en Bolivia consolidó la presencia de los consorcios transnacionales y del latifundio, pilares del modelo neoliberal, dejando tras de sí otra profunda huella de división nacional, primero, entre los bolivianos de oriente y occidente, y, segundo, entre urbanos y rurales (campesinos e indígenas), que es el primer paso a la congolización del país.

La nueva Constitución Política del Estado concertada en el Congreso por la cúpula del MAS con el principal partido de oposición, PODEMOS -vinculado a los intereses de Estados Unidos-, fue aprobada con una votación promedio cercana al 60% y con un 40% en contra, según los resultados en boca de urna que las diferencias megacadenas oficialistas y de oposición mostraron a los bolivianos, principalmente, por televisión.

Con estos resultados las empresas transnacionales, petroleras y mineras, causantes del empobrecimiento del país y del enfrentamiento entre bolivianos, no verán afectados sus intereses, porque a pesar de las futuras consecuencias que establece el nuevo texto constitucional, el mismo señala en sus disposiciones transitorias que no podrá afectar los "derechos adquiridos".

Mediante el artículo 399 de la NCPE se consolida el latifundio de los Marinkovic, Costas, Monasterios, Guiteras y un sin fin de terratenientes vinculados a la dictadura de Banzer y del periodo neoliberal (Paz Estensoro, Paz Zamora, Sánchez de Lozada, Quiroga y otros), cuando les fueron entregadas millones de hectáreas, que hoy no serán afectadas porque la consulta popular sobre la tierra no reconoce la "irretroactividad".

Es decir, desde hoy nadie podrá contar con más de 5 mil hectáreas de propiedad agraria, pero los latifundistas de ayer seguirán con sus propiedades mal habidas, que hoy son sistemáticamente transferidas o alquiladas a capitales, brasileños, rusos, menonistas, argentinos y otros países.

Se dice que hay 70 millones de hectáreas para su distribución, pero los resultados son que hasta la fecha el tema de la tierra sigue siendo crucial, en un país casi despoblado. En otras palabras, cada kilómetro cuadrado tiene dueño y no como dicen los expertos del oficialismo que hasta el momento no utilizan los mecanismos legales para proceder a la reversión de latifundismo.

División nacional

Los resultados de la contienda electoral entre SÍ y el NO, fueron nuevamente un gran ejercicio ideológico, político y mediático destinado a dividir la nación que comenzó en abril de 2000 con la guerra del agua y la aparición de la nación aymara vs. la nación camba y que continuó con la elección de Evo Morales, la Asamblea Constituyente, el referéndum sobre las autonomías departamentales, consulta sobre los estatutos autonómicos, el referéndum revocatorio y los sangrientos enfrentamientos en Cochabamba, Sucre y Pando, entre los hechos más destacados.

Esta estrategia que está siendo comandada por las transnacionales y sus gobiernos, que dirigen a los supuestos mandamases y estrategas del MAS y prefectos de la "media luna". Hablar de una intromisión del presidente Hugo Chávez es casi un chiste, por el contrario, está siendo utilizado por los sectores en disputa en Bolivia para crear una animadversión contra el proceso de transformación de Venezuela que va más allá del chavismo, lo mismo ocurre con Cuba, Irán y otros países del supuesto "bloque del mal".

Con los resultados del referéndum de este 25 de enero, nadie pueda negar que en Bolivia mandan las transnacionales, pero las consideradas peces grandes, los peces chicos son el chivo expiatorio, el argumento perfecto para decir a la nación que Evo Morales y sus seguidores está cumpliendo con la nacionalización de los hidrocarburos, pero se olvida de la minería, que hoy está en crisis después de un periodo de bonanza inigualable y hoy se apresta de cargar sobre las espaldas de los mineros la crisis mundial y de los bajos precios de las materias primas.

Con este preámbulo podemos decir que los resultados del referéndum consolidan la posición de los cuatro departamentos orientales de la media luna (Pando, Beni, Santa Cruz y Tarija) en contra del gobierno y pone en la otra vereda a departamentos de La Paz, Oruro, Potosí y Cochabamba, dejando a Chuquisaca en el medio pero completamente dividida. Consolida la división entre Nación Camba y Alto Perú, como lo anunció un estratega estadounidense después de la "guerra del gas", cuando los bolivianos se sintieron más unidos que nunca y pidieron la nacionalización e industrialización del energético.

Por otro lado, consolida una votación de una clase media, que habita principalmente en las ciudades, que luego de haber apoyado incondicionalmente a Evo Morales, hoy se siente decepcionada y opone más a este régimen que inoculó la discriminación positiva o sea el racismo del indígena sobre quienes sean diferentes a él. En otras palabras, campo y ciudad están cada vez más enfrentados, resurgiendo las taras del colonialismo español.

Poder transnacional petrolero

Con la disposición transitoria de la Nueva Carta Magna, a pesar de los "avances", se constitucionaliza y blinda los 44 contratos aprobados por el MAS y PODEMOS por "unanimidad" en el parlamento en Octubre de 2006 que volvieron a entregar a las transnacionales por 40 años más la explotación de los recursos hidrocarburíferos del país.

Y por si fuera poco, en el nuevo texto constitucional como en los estatutos aprobados ilegalmente en Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, la propiedad de los recursos naturales ya no pertenece a la nación boliviana sino a las autonomías indígenas y departamentales.

Por eso, la pregunta es: si están garantizadas las inversiones de las compañías petroleras y su preeminencia sobre la nación boliviana y el estado nacional ¿por qué echar un grito al cielo denunciando al nuevo texto constitucional, apoyando el no? ó ¿por qué calificarla como revolucionaria, apoyando el sí? Toda la campaña sobre la religión y la supuesta afectación de la propiedad privada ¿no fue solo un show montado con mucho dinero transnacional por detrás?

Bolivia en la encrucijada

El 25 de enero a los bolivianos nos pusieron en un callejón sin salida. El Sí fue aprobar la desestructuración del estado nacional vía las autonomías indígenas y el No vía las autonomías departamentales. No hubo la posibilidad de plantear otra alternativa. Los ideólogos del proceso electoral, nos decían que el voto, la asistencia a las urnas son las únicas vías pacíficas para resolver el "empate catastrófico", pero maliciosamente nos daban dos opciones (Sí y NO), es decir, decidir nuestro suicidio entre una dosis de raticida o un tiro en la cabeza.

En suma, los bolivianos estamos frente a un proceso que busca constitucionalizar, vía autonomías indígenas o departamentales, el saqueo de los recursos naturales aplicando el modelo Congo para Bolivia.

Frente a este proceso de disgregación nacional, la verdadera alternativa que tienen los obreros, indígenas y clases medias empobrecidas, los desheredados de esta nación, es nacionalizar la economía y la política del país, reencauzando la agenda de octubre del año 2003 para iniciar la revolución social.