7 de octubre de 2023

INICIO > OTRAS SECCIONES > TEXTOS SELECCIONADOS

EL TRISTE DERROTERO DE HEBE BONAFINI Y ESTELA CARLOTTO

Por: Guillo Pistonesi.

17 de junio de 2008

Ya no es ninguna novedad que Hebe de Bonafini no sólo comulga sino que se dice parte del gobierno de los Kirchner. Como no podía ser de otra manera, en la pelea con los patrones del campo se ubicó en el lado gubernamental. Según el diccionario de la Real Academia Española "patético" es un adjetivo que significa "Que es capaz de mover y agitar el ánimo infundiéndole afectos vehementes, y con particularidad dolor, tristeza o melancolía".

Estela

El lunes 9 de junio, cuando Cristina Fernández utilizó la cadena nacional para afirmar que alrededor del 2% de la recaudación estatal de un año y medio podría estar destinada para la construcción de hospitales, escuelas y caminos rurales, una de las cámaras que tomaba la escena fijó la imagen en varias oportunidades en la figura de Estela de Carlotto, la Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. Estaba sonriente, sentada en la primera fila de aquél llenísimo Salón Blanco de la Casa Rosada.

A su derecha, también sonriente, estaba sentado Cristiano Rattazzi, el Presidente de Fiat Argentina. Rattazzi es miembro de la familia Agnelli por parte de su madre. Giovanni, su bisabuelo, el fundador de la Fiat en Turín, fue un declarado fascista italiano que no dudó en portar la camisa negra en su mocedad y financiar el reinado del Duce Benito Mussolini, mientras que miles de obreros y militantes comunistas como Antonio Gramsci yacían en las mazmorras del régimen.

Durante la dictadura genocida argentina, desaparecieron al menos catorce obreros de esta emblemática empresa, entregados a las fuerzas estatales por los gerentes de las plantas que poseía la Fiat en El Palomar y Córdoba. Había que acabar con la "guerrilla fabril" como los burgueses denominaban por aquel entonces a los obreros que cuestionaban sus ganancias y se comenzaban a organizar en forma independiente de las burocracias cómplices –muchos de sus representantes, como Hugo Curto de la UOM Caseros, hoy intendente de Tres de Febrero, también estaban aplaudiendo a Cristina en aquél Salón Blanco–. El clan Agnelli y su prole, fieles a su larga historia, fueron partícipes de un plan sistemático que significó el secuestro y la desaparición de miles de obreros en la Argentina.

Cristiano Rattazzi está más que orgulloso de sus antepasados del clan Agnelli y de su empresa. Desde 2004 todos los años, con el auspicio de la UIA y la Fundación Noble –Clarín–, entrega el "Premio Giovanni Agnelli al periodismo".

"Lo que seguramente no puede haber son aumentos disparatados de los salarios. Eso es más inflación seguro", afirmó don Cristiano después de bajarse de su avión personal que lo traía de Punta del Este, su destino favorito en el verano (Clarín, 26/01/06). Hace unos días se publicó que el grupo Fiat obtuvo 700 millones de dólares de ganancia sólo en el primer trimestre de 2008. ¿Disparatado?

El titular de Fiat Argentina, fiel descendiente de los Agnelli, siempre suele elogiar a Néstor Kirchner por el manejo que hizo de las cuentas públicas y se jacta de tener una buena relación con la Presidenta. No se pierde un solo acto en la Rosada.

Patético.

Hebe

Ya no es ninguna novedad que Hebe de Bonafini no sólo comulga sino que se dice parte del gobierno de los Kirchner. En este marco, y como no podía ser de otra manera, en la pelea con los patrones del campo se ubicó del campo gubernamental.

La novedad es que la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo solicitó la detención de los dirigentes de las entidades agropecuarias que protagonizaron el lockout patronal.

Si algo quedó nuevamente en evidencia en la crisis con "el campo" es que las distintas fracciones de la clase dominante utilizan cualquier método, legal o ilegal, para conseguir sus objetivos. Se puso de manifiesto, una vez más, que a la hora de defender sus privilegios o intereses, aquellos que hace un tiempo decían por lo bajo que había que matar a los piqueteros y públicamente afirmaban que toda la fuerza pública debía utilizarse para reprimir a los trabajadores ocupados y desocupados que salían a las calles o rutas, ahora utilizaban ese método en defensa de su "rentabilidad".

En el otro campo, hasta el gobierno, en boca del ministro del Interior Randazzo, hizo un guiño justificativo al lockout y corte de rutas de los propietarios de los camiones con el objetivo de quebrar a los ruralistas cercados por el fantasma del "caos" y de desabastecimiento. En determinado momento desde la Rosada se ensayó la utilización de las fuerzas estatales, con la detención de ocho ruralistas en San Pedro que ahora han sido procesados a pedido de un fiscal adicto a las órdenes del matrimonio gobernante.

Lock out, represión, cortes, desabastecimiento, detenciones, todo vale. Como valió hace 32 años cuando la clase dominante pisoteó sus propias leyes y Constitución para acabar con una generación de luchadores.

(¡Qué magnífico sería si la clase trabajadora tuviera ese instinto y voluntad de clase para luchar por sus históricos derechos, a favor de la mayoría obrera y popular…!).

Hebe de Bonafini le solicita hoy a un poder judicial infestado de funcionarios designados por la dictadura –como ella denunció en infinitas ocasiones– que utilice a las fuerzas de seguridad genocidas para detener a los jefes de las entidades patronales campestres (¿Qué fuerza debería intervenir? ¿La Prefectura de Febrés o la Bonaerense de Camps y Etchecolatz, hoy con 9.000 efectivos que revistieron durante el genocidio?). Responsabiliza a los miembros de la "Comisión de Enlace" por "asociación ilícita".

Pero ahí no termina. Los argumentos que utiliza parecen salidos de un manual castrense. Según Bonafini, el "modus operandi" de las organizaciones denunciadas, a las que califica como "grupos inmorales", consiste en operar "articuladas celularmente" y "no desdeñan la diatriba y la extorsión lisa y llana", utilizando "perversos métodos terroristas". La denunciante sostiene que las entidades que representan los imputados se "han alzado para impedir la ejecución de normas constitucionales" y para ello "incitan a actos de violencia", por lo que solicita "la detención de los denunciados y sus cómplices".

Hebe de Bonafini no hace más que apelar a imputaciones que fueron diseñadas por la burguesía para reprimir a los explotados y sus organizaciones, como la de la "asociación ilícita". El origen de esta Ley data de 1921, cuando el gobierno de Hipólito Yrigoyen instaura esta figura en el Código Penal para reprimir las huelgas de los obreros rurales en Santa Cruz, como cuenta Osvaldo Bayer. Hasta la utilizó la dictadura genocida –contra la que heroicamente lucharon Hebe y las Madres– con algunos de los jóvenes de la Noche de los Lápices sobrevivientes, blanqueándolos bajo esta figura.

La suma de todas las imputaciones que Hebe y compañía le hacen a los ruralistas pueden encuadrarse en los artículos de la llamada "Ley Antiterrorista", la 26.268. Durante el 2007, los Kirchner hicieron aprobar esta Ley, exigida por el gobierno de Bush. Esta Ley es una peligrosa herramienta del Estado para reprimir al pueblo y sus organizaciones, como bien denunció la misma Hebe de Bonafini hace unos meses en una entrevista con Cristina Fernández, consecuentemente con lo que había afirmado un tiempo atrás: "Estamos retrocediendo 30 años con esta ley, es el terrorismo desde el Estado".

Hoy pide su aplicación, el poder punitivo del Estado contra un grupo de empresarios ruralistas. Debería saber Hebe que mañana esas leyes y esa violencia estatal será utilizada con todo rigor contra los explotados y oprimidos que salen a luchar. Los más de 5.000 procesados que hay hoy en la Argentina por luchar –con gravísimas imputaciones como la "coacción agravada" (Mafissa) o "tentativa de homicidio" (Casino Flotante)– frente a los menos de 400 genocidas imputados, es todo un número incontrastable de este gobierno "nacional y popular".

Hebe de Bonafini apelando a las fuerzas que hicieron desaparecer a 30 mil desaparecidos cuando se están por cumplir 21 meses del secuestro de Julio López. Hebe solicitando la aplicación de leyes diseñadas para reprimir a los que luchan.

Patético.

Una nueva generación de organismos, nucleados en Justicia Ya!, en la Multisectorial de La Plata y en el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia –como el CeProDH y la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, entre otros–, continúan el camino de lucha independiente del Estado contra los genocidas y sus cómplices.

Una lucha que otras y otros ya abandonaron.

PTS